viernes, 27 de noviembre de 2009

Italia : Inicio del juicio a Podlech, TERRORISTA ESTADO-ex fiscal de Pinochet -26-11-09














EL TERROSISTA DEL ESTADO FASCISTA "CH$LENO"= EURO-U$A =PODLECH MICHAUD ALFONSO ENFRENTA JUICIO POR CRIMENES DE LESA HUMANIDAD A PARTIR DEL 18- 11-09- EN ROMA

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“¡YO ESTUVE EN JUICIO CONTRA PODLECH, EN ITALIA!”



Por: Desde Italia: Edgardo Salas Santana




En la mañana del 18 de Noviembre del año en curso tuvo lugar la prima udienze dibattimentale – la primera sesión con debate de abogados – del juicio criminal contra Alfonso Podlech por el homicidio de Omar Venturelli Leonelli. Después de que el 21 de Julio la juez Romina Incutti declarara abierto el proceso, los abogados debían presentar sus primeros alegatos. Y así lo hicieron tanto la defensa (dos abogados), como el fiscal y los abogados de las dos acusaciones particulares, a saber, de Fresia Cea, viuda de la víctima y María Paz Venturelli Cea , su hija. Cada una de las acusaciones particulares estaba representada, también, por dos juristas.



Aun cuando el acusado, además de la acusación del asesinato de Omar Venturelli cargaría en su conciencia la muerte de casi doscientos seres humanos, la justicia italiana se ocupa tan sólo del primero de dichos delitos porque en ese caso la víctima, además de la chilena, tenía la nacionalidad italiana.



Desde el 13 de Agosto de 2008 se aloja Podlech en la cárcel romana de Rebibbia – la misma donde estuvo recluido Mehmet Ali Agça, el terrorista que en 1981 disparó contra el entonces Papa Carol Wojtyla hiriéndole gravemente. Durante la fase de investigación previa al proceso los abogados de Podlech solicitaron se le liberara de la prisión preventiva cambiándola por arresto domiciliario.



Dicha solicitud recorrió todas las instancias de la justicia italiana, hasta llegar a la Corte di Cassazione , el tribunal supremo del país, siendo rechazada en todas ellas.



LA SALA



Serían las nueve de la mañana cuando se abrió el aula y se permitió entrar a los espectadores. La sala del tribunal (entramos en el Aula 28 del edificio B de la cittä giudiziaria di Roma, que más que un grupo de edificios es el sector de la ciudad que alberga a los juzgados) es muy sobria, casi espartana. Y mucho más pequeña de lo que uno se imagina cuando mira la puerta, que es enorme.



Como allí dentro no se permite tomar fotografías, decidí dibujar lo que veía. Y así obtuve el esquema que se ve a continuación



El espacio destinado al público estaba antes de llegar a la balaustrada de color anaranjado, que en realidad está hecha de madera barnizada en color claro. Hay allí acomodo para menos de diez personas sentadas (butacas negras de material plástico) y espacio para unas cuarenta de pie, sin que el lugar quede completamente atestado.



Lo único luminoso y alegre es una ventana que se extiende, a lo ancho, por toda la pared del fondo.



Da la impresión de un vitral con dibujo abstracto, moderno.



Más abajo de la ventana un gran letrero advierte a los presentes que LA LEGGE È UGUALE PER TUTTI. No necesito traducir esto. Si alguien viniese a la idea de colgar uno así en Chile, merecería que lo colgaran a él, por hipócrita.



Más abajo de la divisa judicial la pared está dividida en paneles y acolchada, como las paredes de los estudios de grabación de sonidos. Conté ocho paneles grises, que hacia abajo llegan hasta el suelo.



La mesa del podio es casi tan larga como la colorida ventana. Por delante, el podio es cerrado, lo que impide ver las piernas de quienes la ocupan.



Detrás de la mesa hay dos filas de sillones acolchados con respaldos altos. En la fila de más adelante, en las posiciones centrales, tomaron asiento la juez Romina Incutti – en su calidad de presidenta – y el vicepresidente del tribunal. Los sillones a la izquierda y a la derecha de ellos, como asimismo toda la segunda fila, están asignados al jurado popular.



JURADO



Esta vez los jurados eran diez personas, elegidas al azar desde las listas del registro electoral. Todos llevaban sobre el pecho una banda (como lleva en Chile solamente el Presidente de la República) con los colores de la bandera italiana: verde, blanco, rojo.



En el extremo izquierdo del podio – que falta en el boceto – estaba la mesa del secretariado y archivo. Y al otro extremo de la mesa, allí donde hay dibujada una mesa pequeña, trabajaba una persona muy importante: el informático, también experto en audiovisuales.



Todo el flanco izquierdo de la sala del tribunal está destinado al acusado. Allí se ve una estructura cuadrada transparente. Es, por así decirlo, la "jaula", la cual por estar cerrada por vidrio blindado mejor podría compararse con una pecera o con un terrario para sapos o reptiles.



Allí dentro, dos butacas: una para el acusado y la otra para su intérprete. Las tres butacas en color lila, que se ven al lado del terrario – pero fuera de él – están pensadas para los guardianes armados. Un equipo de filmación autorizado emplazó su cámara frente a uno de los cantos del terrario.



En el pequeño espacio cuadrangular situado entre el estrado (hacia adelante) y la balaustrada (hacia atrás) hay seis mesas con sillas. Por razones de espacio, en el esquema hay solamente cuatro. Las dos de más atrás (las no dibujadas) daban cabida, la de la izquierda a la viuda de Omar Venturelli y a su hija María Paz. Y en al de la derecha tomaron asiento los familiares de Podlech que estaban acompañados de un abogado chileno – alguien dijo que se llamaba Ferrada – que, como es lógico sólo tenía el derecho a actuar como espectador.



La mesa de más adelante, al lado izquierdo era el sitio del Fiscal Giancarlo Capaldo. En la mesa situada inmediatamente por detrás estaban los abogados de Fresia Cea: Giancarlo Maniga y una joven abogado que habla muy bien el español.
La mesa de más adelante, por la derecha, fue asignada a la defensa, Dos renombrados juristas cuyos honorarios vuelan a las alturas del jet set internacional. Y la mesa de más atrás, por el mismo lado, había sido asignada a los abogados de la segunda acusación particular: la de María Paz Venturelli, hija de la víctima de Podlech.



El público se distribuyó de acuerdo a las leyes generales de la política. En el centro y a la izquierda, las personas que simpatizaban con la acusación , y al lado derecho, apoyados contra la mesa negra del esquema, se acomodaron los amigos y/o familiares del acusado. Esa mesa no era negra.



En realidad todos los muebles de la habitación eran de color pardo oscuro, caoba.



EL ACUSADO



El acusado llegó a la città giudiziaria en un furgón policial y, flanqueado por guardias armados, entró en el aula por la puerta de la izquierda que conduce directamente al cubículo de vidrio blindado. Fue de hecho, el último protagonista en ingresar en ella. Iba vestido con un paletó oscuro – marrón o tal vez, azul – y pantalón beige, claro. Como corresponde a los reclusos, no llevaba corbata. Quienes le conocían opinaron que se veía disminuido. Seguramente tenían el recuerdo de haberle visto mucho más orondo en su tenida de combate del ejército chileno. Yo no le había visto nunca antes. Me dio la impresión de un chileno de estatura mediana-baja, rubicundo tal vez por asoleo y algo cohibido. Bien conservado para su edad. Llevaba en la mano unos papeles que no leyó durante toda la audiencia y como no levantó la vista, no fue posible verle los ojos.



LA SESION



Al principio de la sesión se le veía tranquilo.



Apenas iniciado el procedimiento, el defensor solicitó la excarcelación de su mandante, asignándole arresto domiciliario durante el tiempo que demanden las vistas y diligencias del proceso. Justificó su solicitud afirmando que un hombre de su edad difícilmente podría abandonar el país en dirección a Chile sin ser sorprendido por la policía y que un arresto domiciliario bien llevado puede garantizar la imposibilidad de fuga. El defensor recalcó la dureza de su reclusión en Rebibbia, la cual, en realidad no es comparable – es un ejemplo – a las hosterías con cabañas donde algunos criminales convictos y condenados de la era Pinochet comprueban, en carne propia, que aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión.




Apelando a la conmiseración de los jurados recalcó el defensor que ese hombre de 75 años llevaba ya más de un año lejos de su mujer, de sus hijos y nietos, lo que constituye una desconsiderada exigencia para una persona de su edad.



Tanto el Fiscal Capaldo como los abogados de las acusaciones particulares se mostraron extrañados de que un hombre que había pisoteado los más elementales derechos humanos de mucha gente y que nunca se dejó impresionar en lo más mínimo por las súplicas de los familiares de quienes habían caído en sus manos, recurriese ahora a los sentimientos humanitarios del jurado para abandonar la dureza de la reclusión en una cárcel normal dentro de un estado de derecho.



Los tres juristas recordaron que el acusado, juzgado ahora solamente por el homicidio del ex sacerdote obrero Omar Venturelli Leonelli habría enviado a la muerte a muchas más personas y que, por ende, el delito a considerar es especialmente grave. Un homicidio que es parte de un genocidio es un delito particularmente grave. Corrigiendo el dato del defensor, precisaron que Podlech no tiene 75, sino sólo 74 años y recalcaron que el principal argumento contra la concesión del arresto domiciliario es el peligro agudo de que, apenas se vea libre de la vigilancia permanente de la cárcel, emprenda la fuga, dado el hecho de que en Chile le espera la absoluta impunidad.



PATRIA Y LIBERTAD



En su país había sido militante de una organización terrorista de extrema derecha llamada Patria y Libertad, la cual no ha sido ni perseguida ni erradicada. Para una fuga podría contar con la ayuda de gente de su ideología, y sus antecedentes ilustran muy bien el concepto que tiene de justicia. Finalizados los alegatos de los abogados se interrumpió la sesión. El jurado abandonó la sala para deliberar. Quedaron allí los abogados y los espectadores. Se formaron allí pequeños grupos, en los cuales se comentó hablando en voz baja. El tiempo de espera duró entre media y tres cuartos de hora.



SEGUNDA PARTE


Con la entrada del jurado y de los jueces se reanudó la sesión. Todos los presentes se pusieron de pie. La presidenta del tribunal dio a conocer el veredicto del jurado: Alfonso Podlech debe permanecer en prisión durante el tiempo que requiera para su desarrollo el proceso que acaba de iniciarse, porque existe el riesgo de fuga y con él, el de alteración o falseo de pruebas.

DECISION DEL JURADO


Al escuchar la decisión del jurado, el acusado inclinó la cabeza y pareció hundirse algo en su butaca.



Apenas pronunciado el veredicto, los familiares y las demás personas cercanas a Podlech abandonaron de inmediato el recinto, dejándole allí solo. Estaban en su derecho, porque cualquier asistente podía salir de la sala cuando lo estimase conveniente. Pero no por eso dejó de producir – a mí y a muchos otros – una mala impresión. Se fueron como los fans del fútbol que se retiran indignados del estadio cuando su equipo ya tiene el partido perdido en la mitad del segundo tiempo.


Es el triunfalismo herido de quienes, como otros hace años en la patria lejana, querían oír un Sí y les dijeron que No. No juego más: me voy pá la casa.


Podlech soportó la segunda parte de la audiencia sin el abrigo de sus familiares.
Como todos los asistentes, escuchó la toma de posición de los abogados sobre el tema del proceso y la estrategia que ellos diseñaron en sus respectivos discursos preliminares, y lo hizo sin mostrar reacción alguna.


El Fiscal Capaldo – un jurista que se ocupa con los crímenes y atropellos a los derechos humanos cometidos en los marcos de la obscena Operación Cóndor – anunció que se propone demostrar que Podlech es responsable del asesinato de Omar Venturelli Leonelli. En igual forma se expresaron los abogados de las acusaciones particulares.


De acuerdo a sus argumentos, Podlech estaba perfecta y permanentemente al tanto de todo cuanto ocurría, tanto en la cárcel de Temuco como asimismo en el cuartel „Tucapel“, del ejército chileno, sito en la misma ciudad. Como era él quien determinaba lo que había de hacerse, es responsable de los gravísimos hechos perpetrados en ambos escenarios delictuales.


Solo y por su propia cuenta se arrogó y ejerció el derecho a adoptar decisiones que en un estado de derecho civilizado son de exclusiva competencia de los tribunales de justicia. El tenía todo tan controlado, que sin su conocimiento y sin su consentimiento no se habría podido adoptar decisiones sobre la vida y la muerte de los prisioneros que estaban en esos lugares.

Los tres abogados acusadores definieron a Alfonso Podlech como un “terrorista de extrema derecha”, que antes del golpe de estado pertenecía ya a la organización terrorista de ultraderecha llamada Patria y Libertad. Se recordó que el mismo día del pronunciamiento Podlech apareció, vestido en tenida de combate del ejército de Chile para hacerse cargo y dirigir la cárcel de Temuco, y que como primera medida, puso en libertad a diez terroristas que cumplían allí sentencias emanadas de tribunales regulares. Y que, a continuación, puso en marcha una horrenda persecución contra quienes apoyaban al recién derrocado gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende (1970-1973).


En su alegato preliminar el defensor no se remitió a los hechos que se imputa a Podlech, sino que se centró en aspectos meramente formales. Fue algo insólito cuando el jurista anunció el propósito de la defensa, de conseguir la anulación de todo el procedimiento jurídico contra su defendido porque, a su modo de ver, hay motivos suficientes para dudar de que la víctima – el ex sacerdote-obrero Omar Venturelli Leonelli – tuviese efectivamente la nacionalidad italiana en el momento de ser asesinado.


Lo seguro era solamente – insistió – que Venturelli era chileno, y agregó que por tal motivo la justicia italiana no tiene por qué ocuparse de ese hecho tan trágico como lamentable.


A renglón seguido esbozó una semblanza inédita de Alfonso Podlech. Lo retrató como un honorable jurista, un abogado joven y ciudadano moderado que ejerció el cargo de Fiscal Militar durante un lapso de tiempo muy breve en calidad de interino y que en ese ejercicio se había preocupado de preservar a los ciudadanos encarcelados y perseguidos de mayores consecuencias y que siempre intentó ayudarles a salir con vida... muchas veces contra la voluntad y aun contra la resistencia de los militares que en el tiempo en que ocurrió el lamentable fallecimiento de Omar Venturelli Leonelli actuaban en la detención, interrogatorio y asignación de terroristas de izquierda a los distintos Consejos de Guerra. Algo así como el poli bueno de las películas policiales. Subrayó que presentaría en calidad de testigos a numerosos ex soldados que estarían en condiciones de confirmar su afirmación. Hizo saber al tribunal que existe todavía la posibilidad de que cuando falleció Omar Venturelli, el acusado Podlech no fuera ya Fiscal Militar, sino otro individuo, un alto oficial de ejército, cuyo nombre y apellidos el ejército chileno, por desgracia, no está en condiciones de dar, porque cuando ocurrieron los lamentables hechos la situación era tan confusa y precipitada, que sólo pocas órdenes, nombramientos, traslados y otras disposiciones de las autoridades militares de la Provincia de Cautín pudieron formularse por escrito...

En resumen, entendimos que la defensa se propone:


Primero: Poner en duda que Omar Venturelli Leonelli, en el momento de ser asesinado, tuviese la nacionalidad italiana;


Segundo: Establecer que Alfonso Podlech posiblemente no tenga nada que ver con la muerte de Omar Venturelli Leonelli.


En su contraargumentación, el Fiscal Capaldo se expresó de la siguiente manera sobre lo declarado por la defensa sobre la nacionalidad de Omar Venturelli.

Primero: Aclaró que si alguien quiere poner en duda la nacionalidad italiana de Omar Venturelli Leonelli, debe decir por qué lo hace.


Segundo: Recordó que todo el procedimiento de la justicia italiana recién pudo iniciarse una vez demostrada la nacionalidad italiana de Omar Venturelli Leonelli. De acuerdo a la ley italiana esto se rige por el principio jus sanguinis. Y el padre y el abuelo paterno de Omar Venturelli son italianos.

Tercero: Dejó establecido que la Fiscalía no debe demostrar nada. Omar Venturelli Leonelli es nacional italiano. Y la Fiscalía no tiene que demostrar ese hecho. Es justamente lo contrario: es la defensa quien tiene que demostrar que Omar Venturelli Leonelli no era italiano. Aclarado ese punto, subrayó que el tribunal juzga a Alfonso Podlech y no a un soldado desconocido del ejército chileno que existe teóricamente. Estableció que el acusado en este juicio se llama Alfonso Podlech, el cual ha sido reconocido y sindicado por numerosos testigos como el individuo que en aquel momento disponía sobre la vida y la muerte de sus conciudadanos en Temuco y que en consecuencia es el responsable de la muerte de muchas personas, entre las cuales se encuentra el ex scerdote Omar Venturelli Leonelli.


De manera semejante se expresaron los abogados de las acusaciones particulares, los letrados Maniga y Gentili. Este último, actuando en representación de María Paz Venturelli Cea recordó que cuando ocurrieron los hechos, Podlech daba a entender a todo el mundo, con claras palabras, que era él quien daba las órdenes y quien formulaba las directrices. Hubo un momento de mucho dramatismo en la sala cuando el jurista pronunció la frase que hizo famoso a Podlech en Temuco, porque la repitió, como una brusca respuesta estándar, a las preguntas de las madres, hijos, esposas, hijas, maridos, padres y otros familiares de las personas que en esos duros días desaparecían:




"Gli enemici della Patria non hanno diritto a tomba!"


http://memoriaoralancestralautobiog.blogspot.com/2009/11/ex-soldados-chilenos-estan-listos-para.html


( ¡Los enemigos de la Patria no tienen derecho a tumba! ) – resonó en el aula la voz del jurista. Con eso dejó claro Podlech que no tenía el menor interés en preocuparse por el paradero de los restos mortales de los enemigos políticos suyos ( y no de Chile) – concluyó su contraargumentación.



A las 13:30 horas la juez Incutti dio por terminada la audiencia, fijando la próxima sesión para el 9 de Diciembre.


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Testigos declaran en Roma contra ex fiscal de Pinochet


/ EFE


Alfonso Podlech Michaud, ex fiscal militar de la dictadura militar, enfrenta un juicio por el asesinato del ex sacerdote de origen italiano Omar Venturelli, hecho ocurrido tras el golpe

Miércoles 9 de diciembre de 2009 Actualizada 11:30 País
Fotos

Alfonso Podlech Michaud.

Tres testigos declararon hoy en la tercera audiencia del primer juicio por el asesinato del ex sacerdote de origen italiano Omar Venturelli en 1973, cuya responsabilidad fue supuestamente del ex fiscal militar durante la dictadura Alfonso Podlech Michaud.
Lautaro Calfuquir, compañero de Venturelli en la cárcel de Temuco, declaró ante el tribunal que el ex sacerdote salió del recinto a las seis de la tarde del día 4 de octubre de 1973, “una mala señal porque los que eran sacados a esa hora siempre eran torturados o desaparecían”, dijo a Efe.
“Venturelli nunca regresó”, subrayó Calfuquir quien a su vez, fue torturado “con golpes clásicos y picaduras de corriente, aunque no me tocaron la cara”.
Otro testigo, Paolo Berzhenko, que entones era profesor de Historia en la Universidad Católica de Temuco, relató al tribunal que se encontró a Venturelli en la Fiscalía Militar, donde se realizaban los interrogatorios y los consejos de guerra, y cuyo fiscal militar era Alfonso Podlech Michaud.
Según Berzhenko, “Venturelli fue interrogado allí, pero se le hizo desaparecer antes y nunca fue juzgado”.
Por último, Eleuterio Toro, profesor de Matemáticas en la misma casa de estudios, explicó de qué forma se llevaba a cabo la represión en esa localidad.
Detalló el origen italiano de Venturelli, dijo conocer a su familia, a sus padres, que vivía en la colonia italiana Capital Pastene, señaló a Efe.
El sistema judicial italiano contempla que el juicio pueda realizarse “por derecho de sangre”, lo que implica el inicio de procesos por delitos cometidos en cualquier parte del mundo contra ciudadanos de Italia.
En la audiencia anterior del pasado 18 de noviembre, los jueces italianos dictaminaron la negación de la custodia fuera de la cárcel romana donde ahora se encuentra Alfonso Podlech Michaud.
La Fiscalía italiana abrió en 1998 una investigación para esclarecer la desaparición de cuatro ciudadanos italo-chilenos durante la dictadura militar, entre ellos el ex religioso cuyo paradero se perdió mientras permanecía en arresto político.
Podlech Michaud, de 75 años, fue detenido el 27 de julio de 2008 en el aeropuerto madrileño de Barajas en cumplimiento de una orden europea de detención y entrega emitida por las autoridades italianas y, el 13 de agosto el ex fiscal militar fue extraditado a Italia desde España y encarcelado en la prisión de Rebibbia (Roma).
Durante la dictadura, cuatro ciudadanos ítalo-chilenos desaparecieron: Juan Bosco Maino Canales, Omar Roberto Venturelli Leonelli, Juan Montiglio Murúa y Jaime Patricio Donato Avendaño.
Los dos últimos figuran en el informe de las Fuerzas Armadas como lanzados al mar, frente a las costas de San Antonio.
En julio de 2006, la familia del ex sacerdote presentó en Chile una querella contra Augusto Pinochet, fallecido en diciembre de ese año, y contra Podlech, quien ejercía como fiscal militar en Temuco, donde ocurrieron los hechos.
Omar Venturelli Leonelli, ex cura que había dejado los hábitos para casarse, se presentó voluntariamente en el regimiento Tucapel, de Temuco, el 25 de septiembre de 1973, tras enterarse por una emisora de radio local de que era requerido por las autoridades castrenses.
Venturelli, que entonces tenía 31 años, estaba casado y era padre de una niña, fue trasladado posteriormente hasta la cárcel de Temuco donde fue visto por otros presos hasta el 4 de octubre de ese mismo año, fecha en que se pierde su rastro.
Un documento firmado por Alfonso Podlech señaló que el ex sacerdote había sido liberado, pero nunca más se supo de él.

LANACIÓN

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9 de Diciembre de 2009

Tres testigos declararon en Roma contra fiscal militar Podlech

"Venturelli nunca regresó", subrayó uno de los testigos, agregando que el sacerdote de origen italiano fue torturado "con golpes clásicos y picaduras de corriente".

por EFE

Tres testigos declararon este miércoles en la tercera audiencia del primer juicio por el asesinato del ex sacerdote de origen italiano Omar Venturelli en 1973, cuya responsabilidad fue supuestamente del ex fiscal militar durante la dictadura Alfonso Podlech Michaud.


Lautaro Calfuquir, de origen mapuche y que fue compañero de Venturelli en la cárcel de Temuco, declaró ante el tribunal que el ex sacerdote salió del recinto a las seis de la tarde del día 4 de octubre de 1973, “una mala señal porque los que eran sacados a esa hora siempre eran torturados o desaparecían”, dijo.

“Venturelli nunca regresó”, subrayó Calfuquir quien por su parte, fue torturado “con golpes clásicos y picaduras de corriente, aunque no me tocaron la cara”.
Otro testigo, Paolo Berzhenko, que entones era profesor de Historia en la Universidad Católica de Temuco, relató al tribunal que se encontró a Venturelli en la Fiscalía Militar, donde se realizaban los interrogatorios y los consejos de guerra, y cuyo fiscal militar era Alfonso Podlech Michaud.Según Berzhenko, “Venturelli fue interrogado allí, pero se le hizo desaparecer antes y nunca fue juzgado”.

Por último, Eleuterio Toro, profesor de Matemáticas en la Universidad Católica de Temuco, explicó de qué forma se llevaba a cabo la represión en esa localidad.
Detalló el origen italiano de Venturelli, dijo conocer a su familia, a sus padres, que vivía en la colonia italiana “Capital Pastene”, señaló.

El sistema judicial italiano contempla que el juicio pueda realizarse “por derecho de sangre”, lo que implica el inicio de procesos por delitos cometidos en cualquier parte del mundo contra ciudadanos de Italia.

En la audiencia anterior del pasado 18 de noviembre, los jueces italianos dictaminaron la negación de la custodia fuera de la cárcel romana donde ahora se encuentra Alfonso Podlech Michaud.

La Fiscalía italiana abrió en 1998 una investigación para esclarecer la desaparición de cuatro ciudadanos italo-chilenos durante la dictadura militar (1973-1990), entre ellos el ex religioso cuyo paradero se perdió mientras permanecía en arresto político.

Podlech Michaud, de 75 años, fue detenido el 27 de julio de 2008 en el aeropuerto madrileño de Barajas en cumplimiento de una orden europea de detención y entrega emitida por las autoridades italianas y, el 13 de agosto el ex fiscal militar fue extraditado a Italia desde España y encarcelado en la prisión de Rebibbia (Roma).

Durante la dictadura, cuatro ciudadanos ítalo-chilenos desaparecieron: Juan Bosco Maino Canales, Omar Roberto Venturelli Leonelli, Juan Montiglio Murúa y Jaime Patricio Donato Avendaño.Los dos últimos figuran en el informe de las Fuerzas Armadas como lanzados al mar, frente a las costas de San Antonio.

En julio de 2006, la familia del ex sacerdote presentó en Chile una querella contra el dictador chileno Augusto Pinochet, fallecido en diciembre de ese año, y contra Podlech, quien ejercía como fiscal militar en la ciudad de Temuco, donde ocurrieron los hechos.

Omar Venturelli Leonelli, ex cura que había dejado los hábitos para casarse, se presentó voluntariamente en el regimiento “Tucapel”, de Temuco, el 25 de septiembre de 1973, tras enterarse por una emisora de radio local de que era requerido por las autoridades castrenses.

Venturelli, que entonces tenía 31 años, estaba casado y era padre de una niña, fue trasladado posteriormente hasta la cárcel de Temuco, donde fue visto por otros presos hasta el 4 de octubre de ese mismo año, fecha en que se pierde su rastro.
Un documento firmado por Alfonso Podlech señaló que el ex sacerdote había sido liberado, pero nunca más se supo de él.

ELMOSTRADOR

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Italia : Inicio del juicio a Podlech, ex fiscal de Pinochet










por Carlos López Fuentes, Hector Zavala Leiva (Francia)

jueves, 26 de noviembre de 2009



Con ocasión de la realización (el 18 de noviembre último) de la primera audiencia del juicio de Alfonso Podlech en un tribunal en Roma (Italia), les hacemos llegar las informaciones y nuestras impresiones de este acontecimiento. Miembros de nuestra Asociación (ex prisioneros políticos de la región de Temuco) estuvieron presentes en su calidad de testigos.Es la Justicia Internacional, una vez más, que asume las deficiencias y la falta de voluntad en Chile para juzgar a los responsables de las graves violaciones de Derechos Humanos.

Italia : Inicio del juicio a Podlech, ex fiscal de Pinochet


por Carlos López Fuentes, Hector Zavala Leiva (Francia)

jueves, 26 de noviembre de 2009

Equipo "piensaChile"Estimados,Esperamos se encuentren bien.



Con ocasión de la realización (el 18 de noviembre último) de la primera audiencia del juicio de Alfonso Podlech en un tribunal en Roma (Italia), les hacemos llegar las informaciones y nuestras impresiones de este acontecimiento. Miembros de nuestra Asociación (ex prisioneros políticos de la región de Temuco) estuvieron presentes en su calidad de testigos.






El croquis que va en agregado, fue realizado por Edgardo Salas ese mismo día y corresponde a la sala de la Audiencia.






Es la Justicia Internacional, una vez más, que asume las deficiencias y la falta de voluntad en Chile para juzgar a los responsables de las graves violaciones de Derechos Humanos.






Reiteramos nuestra intención de contribuir con estas informaciones, para que nuestro país pueda conocer la realidad sobre este personaje, sobre las violaciones de Derechos humanos y la situación de impunidad existente para este y otros responsables de estas violaciones en Chile.






Nuestros saludos,
Carlos López Fuentes
Hector Zavala Leiva
Collectif pour les Droits de l’Homme au Chili (en France)

ddh_chili_fr@hotmail.com




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ITALIA : INICIO DEL JUICIO A PODLECH, EX FISCAL DE PINOCHET.





El miércoles 18 de noviembre, a las nueve y media de la mañana se inició el juicio al ex fiscal militar de Temuco Alfonso Podlech, quien lleva encarcelado un año y cuatro meses, en una prisión romana, desde que fuera detenido en Madrid, por Interpol. El Tribunal Penal de Roma abrió la primera audiencia para tratar el caso de Podlech, acusado de la desaparición, rapto y detención ilegal del ciudadano Italo-Chileno Omar Venturelli Lionelli, cuya desaparición se produjo el 4 de Octubre de 1973, de la cárcel de la capital de la Araucanía.



Ruth Kries, esposa del Dr. Henríquez detenido desaparecido, resume bien el contraste de la problemática pendiente de los Derechos Humanos ; entre el avance de la Justicia Internacional y el retroceso en Chile, cuando afirma que : « lamentamos que esta misma posibilidad no exista en nuestro país. A pesar de que han pasado más de 20 años desde que Pinochet dejara el gobierno, aún prima la impunidad en la mayoría de los casos ».

Sala del Tribunal



Podlech fue la última persona que entró a la sala de Audiencia del Tribunal de Roma; custodiado por cuatro gerdarmes armados y tomó posición en el banquillo de los acusados, una pequeña « jaula » de vidrio, en la cual posteriormente entró la traductora oficial para acompañarlo. El jurado estaba compuesto por 12 miembros, dos jueces profesionales (Presidente y Vicepresidente) y 10 jurados populares elegidos por sorteo, de las listas electorales de los ciudadanos Italianos. Frente al jurado estaba el Fiscal acusador Giancarlo Capaldo. En ambos lados de la sala se encontraban los abogados. Por una parte, los abogados de las víctimas : Giancarlo Maniga, que representaba a Fresia Cea, esposa de Venturelli y dos abogados más de la parte civil que representaban a María Paz Venturelli, hija del detenido- desaparecido. Por parte de la defensa de Podlech, habían dos abogados Italianos y un abogado chileno, este último de apellido Ferrada que no tuvo derecho a la palabra. También estaban presentes las víctimas directas provenientes de diferentes países : familiares del desaparecido ; familiares de otros desaparecidos de la región de la Araucanía, como también ex presos políticos de la cárcel de Temuco. El acusado movilizó una parte de sus familiares y amigos. Entre el público se encontraban periodistas y tres personas que filmaron toda la audiencia.



Mientras se esperaba la entrada de Podlech, en la sala reinaba un gran silencio, ya que no era seguro que se presentara a la audiencia. Cuando aparecieron los gerdarmes hizo su entrada el ex fiscal militar de Pinochet quien se instaló en su jaula y el silencio poco a poco se fue rompiendo. Existe una foto de Podlech que ilustra casi todos los artículos de los diarios que dieron cuenta de su captura, hace 16 meses. Esa foto ya está sobrepasada, puesto que ella no refleja en nada lo que es, hoy, el ex fiscal militar de los consejos de guerra de Temuco : Podlech es un hombre acabado, disminuido, una « especie de pajarito », pero que no da muestras de estar enfermo. En su cara le bailan sus lentes, tiene menos pelo, los pantalones claros que llevaba antes, hoy le quedan grandes. Vestía una chaqueta azul marina, camisa azul claro, corbata oscura y zapatos negros. Cuando el jurado le permitió sentarse, puso en su rodillas una carpeta amarilla, de la cual nunca sacó nada. Podlech en su « jaula » parecía un mini Eichmann, el conocido nazi, autor y responsable de la solución final para los judíos quien fue juzgado también en una jaula en un Tribunal de Israel y condenado a la pena máxima. Quizás el punto común de ambos sea la ideología de la barbarie nazi.



Una vez que el Presidente abrió la audiencia, con el ritual de la presentación de los actores y verificaciones que se imponen, el Fiscal acusador Giancarlo Capaldo abrió el fuego, tomando la palabra y exponiendo la acusación criminal contra Alfonso Podlech por la responsabilidad que le cabe en el rapto, detención ilegal y la desaparición de Omar Venturelli de la cárcel de Temuco, ocurrida hacen más de 36 años. Enseguida vino el turno de la defensa que pidió inmediatamente la libertad condicional o el arresto domicilario de Podlech, puesto que según ellos su cliente no era responsable de los actos por los cuales se le acusaba ; todo lo contrario, él había ayudado a disminuir los excesos y además porque se trataba de una persona que estaba viviendo una « experiencia carcelaria muy dura », con el agravante de la barrera de la lengua…Los abogados de las víctimas replicaron que se trataba de un individuo responsable de crímenes, raptos, que perteneció a los grupos terroristas de Patria y Libertad quienes se habían opuesto violentamente al programa de la Ley de la Reforma Agraria, durante el gobierno de la Unidad Popular presidido por el Dr. Salvador Allende y que vistió el uniforme militar desde el mismo día del golpe de Estado, el 11 de septiembre de 1973, asumiendo de inmediato el cargo de Fiscal Militar del Ejército en Temuco y encabezando la brutal represión de la zona de La Araucanía.



La audiencia fue interrumpida para deliberar sobre la solicitud de la defensa, concerniendo la libertad condicional. Esta interrupción duró aproximadamente 10 minutos y una vez reanudada la audiencia, el Tribunal determinó tajantemente rechazar la demanda de los abogados de Podlech, puesto que existía la posibilidad que el acusado huyera, escapando a la acción de la justicia. La decepción fue grande para los abogados del acusado y sus familiares. Estos últimos daban la impresión que venían con la intención de partir con el acusado del Tribunal, libre. Podlech, cuando la traductora le explicó, la decisión que acababan de tomar los jueces del jurado, se puso cabizbajo y la expresión de su cuerpo reflejó que, en ese momento, se derrumbó. El rechazo categórico a la demanda de libertad del acusado, tuvo un efecto inmediato : el abandono de la sala de sus parientes y amigos…



A partir de la negación de la libertad del acusado, los abogados de Podlech volvieron a la carga con el argumento de que Venturelli no era Italiano y que en consecuencia el Tribunal no tenía fuero para ocuparse del caso, ya que según ellos Venturelli tenía solamente la nacionalidad Chilena. En el fondo argumentaban que existía un vicio de procedimiento. La réplica del Fiscal Giancarlo Capaldo no se hizo esperar, afirmando y indicando que Omar Venturelli poseía la nacionalidad Italiana por origen sanguíneo y que sus padres, la madre y el padre, eran ciudadanos Italianos, tal como su hijo, entregando al Presidente del jurado los documentos que fundamentaban de sus argumentos.



Al final el jurado decidió fijar immediatamente la fecha de la próxima Audiencia, para el 9 de diciembre donde expertos verificarán el cuestionamiento y la veracidad de la nacionalidad Italiana de Venturelli.



Dentro de 15 días, el 9 de diciembre aparecerán en la barra los testigos favorables al ex Fiscal militar de Pinochet, entre los cuales se destaca el ex Obispo de Temuco, Bernardino Piñera, algunos abogados de la región de la Frontera y otras eminentes personalidades cercanas ideológicamente a la dictadura y la ideología del acusado. Por parte de las víctimas también están citadas personas con sus propios testimonios, tales como : ex presos políticos de la penitenciaría de Temuco y familiares de detenidos-desaparecidos de la IX Región del país.





Un detalle importante se dió en la sala del Tribunal, ese 18 de Noviembre, gente del público y de las víctimas mostraron silenciosamente fotos de los desaparecidos de la región de La Araucanía, donde el ex fiscal Podlech : torturó, asesinó e hizo desaparecer presos políticos. Es importante también destacar que la segunda audiencia del día, que se realizó en la misma sala, concernía el proceso del criminal Argentino, el Almirante Emilio Massera (ausente en el Tribunal), miembro de la Junta Militar, acusado por homicidio de personas de nacionalidad Italiana. En este proceso estaban presentes las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo.



La próxima audiencia del caso Podlech será decisiva. Una vez que será dilucidado el cuestionamiento de la defensa, de la nacionalidad italiana de Omar Venturelli, se entrará de lleno en el aspecto jurídico del caso, el verdadero contenido del juicio y se dejará de lado el aspecto formal.


Carlos López Fuentes ; Héctor Zavala Leiva
Ex-prisioneros políticos de la dictadura militar
Collectif Droits de l’Homme au Chili (France)
París, 24 de noviembre de 2009.

Comentarios (1)

Escrito por

, el 27-11-2009 16:44

Resulta interesante recordar que el cura Bernardino Piñera Carvallo quien declarará como testigo a favor del criminal Podlech es nada menos que el tío del candidato Piñera. El mismo que declara urbi et orbe que votó no en el referendo de 1988. Cuando se tiene parientes como el señalado resulta difícil creer el discurso del cambio que susurra el candidato Piñera. En suma, el hombre es un pinochetista vergonzante que elude a trocha y mocha su vinculación con el oprobio de la dictadura de Pinochet. La derecha chilena no cambia ni cambiará.
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