lunes, 1 de diciembre de 2008

DOS JOVENES APROPIADOS DURANTE LA DICTADURA CONOCIERON SU IDENTIDAD 10-09-08


Liliana Carmen Pereyra y Eduardo Alberto Cagnola fueron secuestrados el 5 de octubre de 1977 en Mar del Plata.


DOS JOVENES APROPIADOS DURANTE LA DICTADURA CONOCIERON SU IDENTIDAD

Nuevas historias recuperadas

Se trata de Laura Catalina De Sanctis Ovando, que habría nacido en el Hospital Militar de Campo de Mayo a mediados de 1977, y de Federico Cagnola Pereyra, que nació en la ESMA en febrero de 1978.

Por Diego Martínez

Otros dos hijos de militantes políticos secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura militar recuperaron ayer su identidad. Se trata de Laura Catalina De Sanctis Ovando, que habría nacido en el Hospital Militar de Campo de Mayo a mediados de 1977, y de Federico Cagnola Pereyra, que nació en la ESMA en febrero de 1978. Son dos jóvenes que después de treinta años tienen la posibilidad de conocer su verdadero nombre y su verdadera historia. En el caso de Federico, fue gracias a una investigación de la agrupación HIJOS. La noticia se anunciará formalmente hoy a las 12 en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, Virrey Cevallos 592.

Laura es hija de Myriam “Tita” Ovando, nacida el 17 de enero de 1956 en Rosario, donde estudió psicología, y de Raúl René De Sanctis, que nació el 21 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Ambos militaban en Montoneros. Myriam fue secuestrada el 1º de abril de 1977 en Virreyes, cerca de su domicilio, en el norte del Gran Buenos Aires. Estaba embarazada de seis meses. Se sabe que estuvo secuestrada en una casa de militantes montoneros, en Escobar, que luego el Ejército utilizó como centro de detención. Desde allí fue trasladada a Campo de Mayo.

En cautiverio, Myriam logró escribir una carta para sus padres. Allí les contó que había dado a luz a una niña a la que llamó Laura Catalina. La carta sugería su certeza de que la niña había sido entregada por los militares a sus abuelos. Pero nunca la recibieron. De Sanctis cayó en mayo de 1977 en la estación de trenes de Campana, provincia de Buenos Aires, y fue visto en el centro clandestino que funcionó en la Comisaría 5ª de La Plata, punto neurálgico del circuito Camps. Ambos están desaparecidos.

Federico es hijo de Liliana Carmen Pereyra, nacida en La Plata el 1º de septiembre de 1956, y de Eduardo Alberto Cagnola, en Chacabuco, 12 de diciembre de 1954, también militantes de Montoneros. Fueron secuestrados el 5 de octubre de 1977 en una pensión de Mar del Plata, en calle Catamarca 2254. Lali, de 21 años, estaba embarazada de cinco meses. Ambos fueron trasladados a la Base Naval local, que encabezaba el vicealmirante Juan José Lombardo (procesado con arresto domiciliario), donde fueron torturados brutalmente. En diciembre de 1977, Liliana fue trasladada para parir en la ESMA, donde funcionaba la maternidad clandestina de la Armada, junto con otra embarazada, Elizabet Marcuzo. Durante más de dos meses estuvo alojada en la “sala de embarazadas”, en el tercer piso del Casino de Oficiales, pegado a “Capucha”. En febrero de 1978 dio a luz a un varón, a quien llamó Federico. La asistió en el parto el médico y capitán de navío retirado Jorge Luis Magnacco, que aún goza de prisión domiciliaria. Los abogados de Abuelas solicitaron que se le revoque el privilegio y se lo envíe a una cárcel común, ya que los últimos exámenes médicos muestran una recuperación del cáncer que padece. Aún esperan respuesta por parte de los jueces federales María Romilda Servini de Cubría y Sergio Torres.

Después de dar a luz, Liliana Pereyra fue retirada de la ESMA, sin su hijo, por los mismos marinos de Mar del Plata que la habían llevado. Federico estuvo al menos un día más en la ESMA, donde quedó en manos de Héctor Febres, el prefecto que murió envenenado pero en silencio en diciembre pasado. Liliana fue asesinada el 15 de julio de 1978. En marzo de 1985 el Equipo Argentino de Antropología Forense exhumó e identificó su cuerpo, que había sido enterrado como NN en el cementerio de Mar del Plata. Cagnola permanece desaparecido. Liliana es hija de Jorgelina Azzarri de Pereyra, “Coqui”, referente de Abuelas de Plaza de Mayo en La Plata, que después de treinta años de espera ayer conoció a su nieto.

Con las dos nuevas restituciones llega a 94 la cifra de hombres y mujeres recuperados por Abuelas. En las dos identificaciones anteriores, confirmadas a fines de julio, las investigaciones fueron impulsadas por los hermanos de los jóvenes apropiados. Ahora se trata de una investigación de los equipos de Abuelas, en el caso de Laura, y de la comisión “Hermanos” de la agrupación HIJOS en el de Federico.

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Redefinir la palabra “progreso” Por Osvaldo Bayer

Redefinir la palabra “progreso”

Por Osvaldo Bayer

Es increíble cómo se silencia la vida de las pequeñas ciudades, de los pueblos, aquello que tiene un verdadero valor para la ética de la vida, para la belleza local, para la verdadera historia comarcal que, por su ejemplo, a pesar de ese silencio, siempre trascienden. Los medios, en su gran mayoría, dedican sus páginas a la crisis económica, a las internas políticas, a los cambios de entrenadores de fútbol y, ahora, si Riquelme o Caranta.

Para demostrar que existen cielos, que se habla del paisaje, que hay interés por la historia o que hay pocos pero existen que se ponen tristes o se desesperan por las estadísticas del hambre de nuestros niños nos meteremos en el corazón de la tierra.

Hoy hablaremos de un lugar bonaerense pura pampa. Lo que ocurrió podría pintarse en un cuadro con rostros de adolescentes riendo, aplaudiendo, entusiasmados. Es que lo que ocurrió en Rojas no ocurrió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. ¿Autónoma de quién? Sí, vamos a decirlo en una sola línea: el Concejo Deliberante de Rojas aprobó por mayoría un proyecto por el cual se cambia el nombre de la calle Roca por el de Pueblos Originarios. Pero aquí viene lo sorprendente: al proyecto lo presentaron alumnos del colegio secundario de la ciudad. De la ciudad. Y los representantes municipales lo aprobaron por amplia mayoría. Con una conciencia y claridad que pueden notarse en las intervenciones de esos concejales. El anteproyecto fue elaborado por los alumnos y discutido con la ayuda de los profesores Liliana Barzaghi, Javier Membriani y Andrea Tamasi sobre la base del proyecto Identidad Latinoamericana que se propone “asumir la identidad de los medios de simbolización a través de los mecanismos democráticos de participación”.

Justamente eso así es iniciar el debate sobre nuestra historia para preguntarnos el porqué de tanta crueldad en nuestro devenir que culminó con el método represivo más sádico y perverso de la historia: la desaparición de personas y el robo de niños. Por ahí se comienza. Preguntarnos por qué glorificamos actos de tanta crueldad y cinismo como lo fue la Campaña del Desierto, que terminó con la muerte o la esclavitud de los pueblos originarios y el apoderarse de sus tierras. Los alumnos de la Escuela de Rojas, después de estudiar una profunda bibliografía y discutirla, llegaron a la conclusión, como dice su anteproyecto, de “que el general Julio Argentino Roca fue el principal actor de la llamada Campaña del Desierto, que significó uno de los momentos más bochornosos de nuestra historia nacional, por el etnocidio y el genodicio que se perpetró contra ‘nuestros hermanos los indios’ (como los llamó San Martín) al solo efecto de robarles sus tierras para otorgarlas a unos pocos propietarios” y que “en el término de veintisiete años, el Estado regalase o vendiese a precios irrisorios 41.787.023 hectáreas a 1843 terratenientes vinculados por lazos económicos y familiares a los diferentes gobiernos que se sucedieron en aquel período. De resultas de ello, cincuenta familias llegaron a ser propietarias de más de cuatro millones de hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Por ley especial se premió al general Roca con 15.000 hectáreas que se agregaron a las 50.000 que ya se le habían otorgado” y que “la mencionada guerra de exterminio se llevó a cabo con una crueldad que repugna a todo sentimiento humanitario y que se hizo posible gracias al sentimiento de superioridad que nacía del enraizado racismo de toda una clase dirigente: por ello, y sin siquiera cuestionarse, llamaron desierto a un territorio ocupado por aborígenes, a quienes hoy la Constitución denomina pueblos preexistentes”. Y luego, el anteproyecto trae una frase de legítimo derecho: “que a la mirada de los niños y adolescentes no corresponde exponer a quien desempeñó un papel nefasto en la historia otorgándole el lugar que se reserva para los héroes y otros personajes dignos del respeto de los argentinos”.

El debate entre los concejales fue profundo y extenso. Votaron por la afirmativa los concejales María Baldoma, Lila Cohen, Alicia Ferrea y Carlos Blázquez (todo del Frente par la Victoria), Daniel Boyeras, Alejandra Sábato, Carlos Veliz y Juan Piqué (UCR), y Laura Onrubiam de la agrupación 26 de Octubre. En contra, Vicente Escorcia, y Alba Molina (26 de Octubre), Miguel Crespo (Frente para la Victoria). Estuvo ausente el vecinalista Luis Miguel Caso, que antes había señalado que votaría en contra.

En los argumentos de los que votaron en contra está demostrado el absoluto vacío de ideas y de defensa de la ética. Por ejemplo, el concejal Vicente Escorcia dijo: “Un cambio de nombre implica trastornos para quienes habitan en esa calle. Por eso, más allá de que considero que Roca fue un personaje nefasto de la historia, voto para que la calle continúe con el nombre que tiene”. Aquí se podría aducir que, con ese argumento, todas las ciudades alemanas deberían hoy mantener sus principales calles con el nombre de Hitler, para no causar “trastornos” a los vecinos. Elba Molina, que también votó en contra del cambio de nombre, adujo: “Cambiar el nombre de la calle no va a cambiar la historia, no va a eliminar las muertes, y por el contrario, creo que dejarlo nos va a recordar siempre la tragedia de los pueblos originarios”. Con ese criterio, nuestras calles tendrían que tener el nombre de Videla, Massera, Etchecolatz, Astiz, etc. Increíble el argumento de la señora concejal.

Y también el concejal Miguel Crespo repitió ese argumento que bien podría calificarse de oportunista. Dijo, textual: “Creo que dejándole el nombre a la calle Roca mucha gente se va a acordar de que este hombre fue un asesino, y siempre va a estar presente en ese carácter. Por eso voto para que no se le cambie el nombre”. En Rojas, la gente lo llama ahora al concejal Crespo con el apodo de “Pilatos Crespo”.

En cambio, los concejales que defendieron la eliminación del nombre de Roca trajeron copiosos datos históricos de cómo ese militar Roca restableció la esclavitud al anunciar el “reparto de indios”, más los fusilamientos y la quita de los niños a sus madres. Y, claro está, el indiscutible negociado del reparto de tierras entre los poderosos de la época.

La ciudad de Rojas nos ha dado el ejemplo. En nuestra “adelantada” ciudad de Buenos Aires, el macrismo rechazó en comisión el proyecto y hay hasta iniciativas soplonas de aprobar una suma de dinero para limpiar el monumento de Roca de la Diagonal Sur de todas las inscripciones de la sabiduría popular. Pero, por más que la limpien...

Y de lo de Rojas pasamos a otro hecho que dignifica a los encuentros populares y a sus búsquedas de una sociedad más profunda. Ocurrió en Los Toldos, también provincia de Buenos Aires, donde los mapuches hicieron un encuentro con el bello nombre de “Caminata por la defensa de todas las vidas”. La música típica de ellos acompañó al encuentro que llevaba como lema “El habla de la tierra, el agua, el viento y el fuego”. Las invitaciones fueron amplias: a los pequeños productores orgánicos, a ambientalistas, y a otros pueblos originarios. Participaron escuelas y jardines de infantes y abuelos mapuches entregaron a los niños plantines de flores y plantas medicinales, como signo de la diversidad biológica. También se plantó una cortina forestal como símbolo de detener las fumigaciones sobre los campos. Se leyó una página de Verónica Azpiroz Cleñan, donde describe lo que era esa región antes y lo que es ahora. Después detalló la tierra donde vivió su abuelo y lo que es ahora. Dijo: “Ayer fui al campo donde vivió mi abuelo. Encontré una tapera. El campo está sembrado de soja, la tierra ya no es negra. Es grisácea. No hay ya ni caballos. Ni vacas, ni lechones, ni plantas, ni huerta, ni flores, ni pájaros, ni mariposas, ni perdices, ni gaviotas, ni el cielo azul de mi infancia. Me quedé pensando. Está en el recuerdo vivo de nosotros, el modo de producción agraria sin lastimar la tierra, con una producción diversificada, en equilibrio con el ecosistema, con el espacio natural y respetando las fuerzas naturales que dan vida a todas las vidas. Los espacios territoriales han sido transgredidos, contaminados por la fumigación y así, ha sido fumigada nuestra salud, nuestro pensamiento y nuestra vida”. Luego señalará las virtudes de la medicina mapuche, con el uso de 250 hierbas medicinales. “El año pasado –señala– hemos recolectado cerca de 50 especies. Pudimos constatar que las pérdidas de las especies en menos de 30 años son abruptas, que el empobrecimiento de nuestra tierra es atroz por el uso de los agroquímicos.” Y la representante mapuche en su documento se pregunta “¿dónde está garantizado nuestro derecho a vivir y curarnos de acuerdo con nuestra cultura, si la ‘lógica chacarera’ y mezquina sigue peleando por retenciones pero nada dice sobre las enfermedades que nos causa el glifosato para que crezca la señora soja? Y nadie da cuenta de la pérdida de la biodiversidad. ¿Y de la muerte de más de 150 especies de plantas medicinales en menos de treinta años? ¿Por qué callamos sobre la muerte de la diversidad biológica gracias a la soja transgénica?”. Y luego, Verónica terminó con esta fuerte frase: “A la soja le digo fuera, fuera de nuestra tierra”.

Roca señaló que conquistaba esas tierras “para atraer al capital extranjero”. Los pueblos originarios –sus víctimas– defienden hoy las hierbas medicinales. Dos reacciones contra el ritmo impuesto por un sistema económico que hoy está aterrando al mundo entero. Habría que redefinir el sentido de la palabra “progreso”.


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DESPUES DE DIEZ AñOS EN SU CASA LE REVOCARON EL ARRESTO DOMICILIARIO A VIDELA 11 de Octubre de 2008




DESPUES DE DIEZ AñOS EN SU CASA LE REVOCARON EL ARRESTO DOMICILIARIO A VIDELA

Marche preso a Campo de Mayo

Fue llevado al Instituto Penal de las Fuerzas Armadas, que está custodiado por el Servicio Penitenciario Federal. “La gravedad de los hechos resulta un escollo insalvable para el otorgamiento de la libertad ambulatoria”, señaló el juez.

Por Diego Martínez

Hace casi un tercio de siglo lideró el golpe que dio comienzo al terrorismo de Estado. Hace 22 años fue sentenciado a prisión perpetua por la Cámara Federal porteña, condena que comenzó a cumplir servido por subordinados en una unidad militar. Hace 17 años recuperó su impunidad gracias al indulto de Carlos Saúl Menem. Hace una década el juez federal Roberto Marquevich ordenó encerrarlo en la cárcel de Caseros por robo de bebés nacidos en cautiverio, pero 37 días después la Cámara Federal de San Martín le concedió el arresto domiciliario. Estuvo en su casa durante diez años. Ayer, a los 83 años, el dictador Jorge Rafael Videla volvió a pisar una cárcel: la unidad 34 del Servicio Penitenciario Federal, ex Instituto Penal de las Fuerzas Armadas, ubicada en el predio militar de Campo de Mayo pero con custodia de agentes penitenciarios.

Videla llegó a los tribunales de Comodoro Py acompañado por un uniformado del Servicio Penitenciario pero, a diferencia de los ladrones de gallinas, sin esposas. Vestía un traje gris jaspeado y llevaba una carpeta abajo del brazo. El juez federal Norberto Oyarbide lo hizo pasar a su despacho y le comunicó que había revocado su arresto domiciliario, que desde 1998 cumple en su departamento de avenida Cabildo 639. Videla salió de Tribunales hacia Campo de Mayo con “cierto enojo sereno”, describió un abogado que se lo topó en el tercer piso.

El 11 de agosto pasado, una delegación de familiares y víctimas del terrorismo de Estado encabezada por María Isabel “Chicha” Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, se presentó ante Oyarbide para recordarle que Videla era el único represor condenado con arresto domiciliario y pedirle que lo enviara a la cárcel. El abogado Alejo Ramos Padilla, que ya había logrado el traslado al penal de Marcos Paz de Miguel Etchecolatz y su patota, recordó en su escrito que la prisión hogareña “no es un derecho automático”, según estableció la propia Corte Suprema de Justicia, y que no pueden existir “diferencias ni privilegios” a favor de Videla. Luego de esa presentación, formulada en la causa por el plan sistemático de apropiación de menores, hizo lo propio la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en la causa por el secuestro extorsivo de los empresarios Federico y Miguel Gutheim.

No sólo los abogados de Videla se opusieron, invocando que llevaba más de diez años detenido sin eludir la acción de la Justicia. El fiscal federal Federico Delgado argumentó que los efectos del indulto de 1990 seguían vigentes porque, si bien la Cámara Federal había confirmado su inconstitucionalidad, la defensa del dictador había presentado un recurso extraordinario que aún esperaba respuesta. Pero el trámite siguió su curso, los peritos médicos determinaron que Videla podía ser trasladado a un lugar de detención siempre que tuviera una atención médica acorde con su edad, y Oyarbide tomó ayer la decisión histórica.

“Al perder virtualidad jurídica el decreto de indulto” menemista “Videla volvió a ostentar carácter de condenado” por la sentencia del Juicio a las Juntas, sostuvo Oyarbide. Recordó que se le atribuye responsabilidad en 27 casos de sustracción, retención y ocultación de menores nacidos en cautiverio o robados a sus padres, en concurso con el delito de sustitución de identidad, por lo que su condena inevitable –si la muerte no lo salva– sería de cumplimiento efectivo. La elevación de la causa a juicio oral y público es inminente. Videla compartirá el banquillo de los acusados con los generales Reynaldo Bignone, Cristino Nicolaides y el marino Jorge “Tigre” Acosta, entre otros.

“La gravedad de los hechos que se endilgan a Videla resulta un escollo insalvable para el otorgamiento de la libertad ambulatoria –agregó el juez–. El carácter permanente de los delitos que se le imputan implica necesariamente la sucesiva renovación del dolo”, es decir su voluntad de continuar ocultando el destino de las criaturas robadas.

Oyarbide evaluó que “cualquier intervención negativa en la investigación afectaría seriamente el desarrollo de la pesquisa al punto de tornar estéril la labor del Tribunal, enderezada a la búsqueda de la reconstrucción de los hechos criminosos”, y consideró que la unidad penal de Campo de Mayo, que aloja a varios gerontes, “cuenta con el equipamiento, la infraestructura y el personal necesario” para atender cualquier emergencia médica que pudiera sufrir el dictador.

Todo indica que el primer juicio oral y público que deberá afrontar Videla será en la causa Plan Cóndor, radicada en el Tribunal Oral Federal 1, aún sin fecha de inicio. Antes, los magistrados deben aceptar o rechazar un pedido de unificación con la causa Automotores Orletti, la cueva que albergó secuestrados a disposición de varios dictadores sudamericanos. En abril, el juez federal Daniel Rafecas lo indagó además por 570 secuestros, 270 tormentos y 29 homicidios en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que no formaron parte del Juicio a las Juntas y por los que también deberá rendir cuentas.

“Haber recibido llamados de Abuelas, Madres y familiares para agradecerme es la mayor satisfacción profesional que puede recibir un abogado que pretende buscar justicia. En realidad soy yo quien les tiene que agradecer a ellos”, comentó emocionado Ramos Padilla. “Era vergonzoso que Videla estuviera en su casa, con innumerables privilegios, cuando hay gente de baja jerarquía cumpliendo prisión preventiva en cárceles comunes, que a diferencia de Videla no fueron condenados”, agregó.

“Es una buena noticia, signo de que al fin algunos jueces y fiscales están despertando. Videla es el genocida mayor, con mayúsculas. Siento que se hace un poco de justicia, nada más que un poco porque ¿dónde están los desaparecidos? ¿Dónde están los niños? ¿Dónde está mi nieta, que ya tiene 32 años?”, se preguntó ayer Chicha Mariani, que dos meses atrás exigió la cárcel para Videla junto con Elsa Pavón, Mirta Baravalle, Clara Petrakos, Paula Logares, Genoveva Dawson de Teruggi y Rosaria Valenzi.

“Este Gobierno es el que más ha hecho por los derechos humanos, lo aplaudo y agradezco, pero falta lo principal: los desaparecidos. Porque así como uno no tiene a sus nietos tampoco tiene la tumba de los hijos para llevarles un flor”, explicó la fundadora de Abuelas, que hace tres décadas busca a su nieta Clara Anahí Mariani.

–¿Qué cree que debería hacer la Presidenta? –le preguntó Página/12.

–Creo que la doctora Kirchner, a quien respeto, debe pedirles a los militares que digan dónde están los chicos. Como jefa de las Fuerzas Armadas tiene el derecho y el deber de hacerlo. Los militares, empezando por Videla, tiene que decir quién los tiene. Ellos lo saben. Sé que la Presidenta trabaja mucho, pero espero que tenga tiempo para hacerlo antes de que yo decida partir.



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PESE AL RECLAMO DE DEFENSA

22 siguen en los cuarteles

Por Diego Martínez

Hace más de un mes, el Ministerio de Defensa pidió a los jueces federales que los militares procesados por crímenes de lesa humanidad sean retirados de los cuarteles, donde cumplen prisión preventiva custodiados por subordinados obligados a respetar su jerarquía. De los 22 uniformados en esa situación, ninguno fue aún trasladado a una cárcel común y sólo un juez –subrogante– acusó recibo.

El pedido de Garré abarcaba dos aspectos: no alojar a los represores en cuarteles de las Fuerzas Armadas y no acatar pedidos de traslados y custodias de criminales de lesa humanidad que cumplen arresto domiciliario.

Más de la mitad de los 22 uniformados presos en cuarteles se alojan en el Cuerpo III de Córdoba por orden de la jueza federal Cristina Garzón de Lascano. Ante reiterados pedidos de querellantes y fiscales, tanto la jueza como la Cámara Federal de Córdoba respondieron que para revocarles el arresto VIP antes deben probar que existe riesgo de fuga o que ponen en peligro la investigación. Esos son los requisitos que la ley exige para revocar una prisión domiciliaria, prevista para mayores de 70 años o personas con enfermedades terminales. Lo que no explican los magistrados es por qué militares que no reúnen las condiciones para gozar del arresto en sus hogares deben permanecer en cuarteles. Si ese criterio se combinara con el principio de igualdad ante la ley, Christian von Wernich debería estar preso en una capilla, Víctor Brusa en un juzgado y Rafael Di Zeo en la Bombonera. Sólo un oficial preso en un cuartel presentó un hábeas corpus para no ser trasladado a una cárcel, recurso que la Justicia aceptó y que el ministerio apeló.

El otro aspecto de la resolución incluía a los mandados cuestionados por el ministerio, que detalló Página/12. Estos incluían trasladar a generales al Hospital Militar, acompañar al dictador Reynaldo Bignone a la pileta del Círculo Militar y custodiarlo durante sus cuatro horas semanales de natación, o al coronel Pascual Guerrieri durante sus caminatas en el Regimiento de Patricios.

El juez federal Ariel Lijo calificó el pedido de Defensa como “una medida correctiva interesante”. Informó que suspendió los traslados y custodias del Ejército y se los encomendó al Servicio Penitenciario Federal. También solicitó a los penitenciarios que determinen en qué instalaciones carcelarias puede caminar Guerrieri si no prefiere comprarse una cinta y quedarse en casa. Lijo explicó que cada solicitud para nadar o caminar se funda en una prescripción médica corroborada por forenses de la Corte Suprema de Justicia.

El juez federal Daniel Rafecas consideró que “es una cuestión del Ejecutivo saber qué fuerza pone a disposición”. Aclaró que la asistencia de las Fuerzas Armadas a la Justicia en casos de militares imputados “es algo que estuvo pautado desde que comenzaron las detenciones”, es decir durante la gestión de José Pampuro como ministro. “Defensa dio instrucciones y se ofreció como representante del Poder Ejecutivo para llevar adelante esa medida, y no teníamos por qué ofrecer reparos”, explicó Rafecas, quien advirtió que ya no tiene represores a su disposición porque elevó las causas del Primer Cuerpo al Tribunal Oral Federal 5.

Desde ese tribunal, que por estos días instruye su quinto juicio por delitos de lesa humanidad, aseguraron que nunca recurrieron al Ejército para custodiar traslados y que ningún imputado les pidió salidas para caminar o nadar. La fuente aclaró que en diciembre pasado, cuando el prefecto Héctor Febres murió envenenado con cianuro en su dúplex VIP de Prefectura, los jueces revocaron otro arresto privilegiado que permitían. El comisario Carlos Enrique Gallone, luego condenado por la Masacre de Fátima, estaba a sus anchas en instalaciones de la Policía Montada y fue trasladado a la cárcel de Villa Devoto.

El juez Sergio Torres, que instruye la megacausa ESMA y encomendaba a la Armada la detención de marinos en desgracia, también aceptó el pedido de Defensa. “Si es la mejor manera de hacerlo, no hay problema, pero necesitamos que alguien lo haga. Si el Servicio Penitenciario cumple, no hay problema”, respondió. Torres aclaró que a fines de 2005, cuando la Cámara Federal porteña le dio la instrucción de que los militares procesados con prisión preventiva debían ser trasladados y custodiados por el Servicio Penitenciario, esa fuerza le respondió que no contaba con personal suficiente para encargarse de la tarea.

Desde el juzgado federal de San Martín, a cargo de Alberto Suares Araujo, surgía el mayor caudal de trabajo para la dirección de Asuntos Humanitarios del Ejército, que todas las mañanas retiraba de sus hogares a los generales procesados por crímenes en Campo de Mayo y los trasladaba al Hospital o al Círculo Militar. Dos semanas atrás, los abogados querellantes solicitaron al juez que ordene los traslados al Servicio Penitenciario, verifique que se realicen con esposas y evite que los agentes de la Policía Federal los reciban con besos y abrazos.

Al margen del sondeo de Página/12, el único juez que respondió al pedido del Ejecutivo fue Guillermo Molinari, subrogante de Santiago del Estero. Molinari explicó que la cárcel provincial no está en condiciones pero que giró oficios a las unidades penitenciarias más cercanas pidiendo cama y comida para los militares detenidos. Los otros magistrados con represores en cuarteles son Carlos Vicente Soto Dávila de Corrientes, Jorge Raúl Parache de Tucumán, Héctor Raúl Acosta de Mendoza, Daniel Herrera Piedrabuena de La Rioja, y Horacio Aguilar, de Jujuy.

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EL JEFE DE GOBIERNO PRETENDE ARMAR UNA ESTRUCTURA DE ESPIAS PROPIOS 30-11-08

EL JEFE DE GOBIERNO PRETENDE ARMAR UNA ESTRUCTURA DE ESPIAS PROPIOS

My name is Macri, James Macri

El plan es armar una dirección de inteligencia criminal. Detrás del proyecto que el macrismo impulsa en la Legislatura aparece la sombra del ex SIDE Raúl Rosa. La oposición advierte que va a ser para espiar a los porteños.

Por Werner Pertot

El macrismo presentó un proyecto para crear una Dirección de Inteligencia Criminal, por lo que el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, tendría sus propios espías. Mientras en PRO sostienen que es una iniciativa similar a las de otras provincias y se usará sólo para “inteligencia criminal”, la oposición porteña cuestionó el momento y las funciones que tendrá la dirección de inteligencia. “Que antes de la transferencia de la Policía Federal quieran crear un organismo de inteligencia, es sencillamente darle a Macri una herramienta para investigar a los ciudadanos”, consideró el ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra. “Esto es la SIDE de Macri”, advirtió la legisladora de Nueva Izquierda, Patricia Walsh.

El proyecto de crear una dirección de inteligencia criminal pertenece a los peronistas PRO Cristian Ritondo y Daniel Amoroso. Una versión señalaba que el autor de la ley es Raúl Rosa, quien asesora en temas de seguridad a Amoroso. Rosa fue agente de la SIDE en el menemismo, un lugar al que llegó recomendado por el represor Luis Patti. Fue dado de baja cuando dejó de ser jefe de la SIDE Miguel Angel Toma. En el entorno de Amoroso, desmintieron que Rosa haya participado en este proyecto de ley.

En el proyecto, se plantea que la dirección se ocupará de “obtener información referida a las actividades criminales que por su peligrosidad afecten la libertad, la vida o el patrimonio de los habitantes de la ciudad”. También señala que formará parte del sistema nacional de inteligencia, que integran la SIDE y el resto de los organismos y que se ocupará también de “ejecutar actividades de contrainteligencia”. La dirección de inteligencia criminal responderá al jefe de Gobierno, que podrá delegar esa función en el ministro de Justicia y Seguridad.

El proyecto de ley plantea que no podrán asumir como agentes de inteligencia quienes “incurrieron en actos de fuerza contra el orden institucional o el sistema democrático, quienes registren condenas por violación a los derechos humanos o quienes pertenezcan a las Fuerzas Armadas”. También indica que la dirección no podrá “almacenar datos sobre personas por el solo hecho de su raza, fe religiosa, acciones privadas u opinión política” y que tampoco podrá “influir en la situación institucional local o nacional”.

“No es la SIDE de Macri. La información que va a tener es la misma de la dirección nacional, donde participan la SIDE y las otras direcciones provinciales”, se defendió Ritondo. “El gobierno de Kirchner creó una Dirección de Inteligencia Criminal. Nosotros estamos siguiendo el mismo camino”, aseguró el legislador porteño, quien planteó que existe ese organismo en diversas provincias –“incluso en Santa Cruz”– y sostuvo que servirá “para el seguimiento de los delitos más complejos”.

“Me parece un disparate y encima es peligroso. El macrismo sigue improvisando en materia de seguridad”, arremetió Ibarra. “La investigación de los delitos es una mera excusa, porque mientras no haya transferencias de la Nación, los delitos siguen siendo investigados por la Federal. En definitiva, termina siendo una costosa estructura que va a servir para investigar a la gente”, afirmó el legislador de Diálogo por Buenos Aires.

“Vemos como preocupación que los organismos de seguridad empiecen a ser una cueva de ex agentes de la SIDE y con fines que están poco claros”, sostuvo el jefe del bloque K, Diego Kravetz, quien recordó a los múltiples ex agentes de la SIDE que asesoran al ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, o los que fueron contratados por el titular de la Agencia de Control, Federico Young. “Ya usan la Agencia de Control Comunal como reservorio de ex agente de la SIDE, gendarmes, militares. Ese lugar tiene a la cabeza a un hombre que reivindica el Proceso y tiene ligazón con gente con poco apego a la democracia”, planteó Kravetz.

El diputado de la Coalición Cívica Facundo Di Filippo afirmó que “es demasiado apresurado crear un departamento de inteligencia, cuando hace falta primero ver cómo se va generando la policía que se votó”. “La ciudad, más que una SIDE con finalidades dudosas, necesita un plan integral de prevención del delito, que no lo tienen después de un año de gobierno”, consideró el socialista Roy Cortina.

“Forma parte del paquete de leyes represivo: la creación de la Policía Metropolitana, Instituto de Formación y el Estatuto policial. ¿Qué le podía faltar para convertirlo en algo peor? Un servicio de inteligencia en la ciudad”, planteó Walsh. “En este proyecto aparece la marca de la gorra: por ejemplo, dicen que no pueden integrarlo quienes estén condenados por violaciones a los derechos humanos. Es inadmisible, porque se sabe que hay pocas condenas a los represores por la impunidad instalada por años en este país. No aceptan que se excluya también a los procesados”, indicó.


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Caen primeras “cabezas” por actos terroristas en la India 01-12-08

Lunes 1 de diciembre de 2008

/ La Nación / Agencias

Presentaron su renuncia el ministro del Interior y el consejero para la Seguridad Nacional

Caen primeras “cabezas” por actos terroristas en la India

El Primer Ministro Manmohan Singh anunció la ampliación de la principal fuerza antiterrorista indio y la creación de la Agencia Federal de Investigación (FIA), para la coordinación de la lucha antisubversiva.

El ministro indio del Interior y el consejero de Seguridad Nacional dimitieron ayer tras los ataques que dejaron 172 muertos en Bombay, mientras las investigaciones apuntaban a un grupo islamista radicado en Pakistán y lucha contra la soberanía india en Cachemira.

El comité de crisis del Estado de Maharashtra redujo la cifra inicial de 195 muertos, por un "doble recuento" en los hospitales. Entre los fallecidos hay 28 extranjeros, incluida una mexicana.

El ministro del Interior indio, Shivraj Patil, renunció diciendo que se sentía en la obligación de asumir la "responsabilidad moral" por los atentados, lo mismo hizo el consejero de Seguridad Nacional M. K. Narayanan.

MÁS FUERZA ANTITERRORISTA

Ante las duras críticas de todos los sectores (político, prensa, etc.) por la falla en la seguridad del país, el Primer Ministro indio, Manmohan Singh, anunció ayer la ampliación de la principal fuerza antiterrorista del país y la creación futura de una Agencia Federal de Investigación (FIA), para coordinar la lucha contra el terrorismo.

El jefe del Gobierno expuso estas medidas al comienzo de una reunión con líderes de las fuerzas políticas del país, a los que pidió unidad ante la "amenaza nacional" del terrorismo tras la masacre de Bombay.

La Guardia Nacional de Seguridad (NSG), que combatieron a los terroristas atrincherados en los hoteles Oberoi y Taj Mahal, y en el Centro de Estudios Judíos Nariman tiene su sede en Nueva Delhi, pero ayer Singh anunció que se abrirán otros cuarteles en cuatro puntos distintos del país y se aumentará el número de efectivos, según un comunicado oficial.

Además, el Primer Ministro anunció el refuerzo de la seguridad aérea y marítima y la puesta en marcha de medidas legislativas que permitan la creación de la FIA.


PAKISTAN PIDE NO EXAGERAR

En plena escalada de tensión entre India y Pakistán, ambas potenciasínucleares, el Presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, pidió a Nueva Delhi que no "exagere", refiriéndose a informaciones de India y Estados Unidos que apuntan a que los autores de la masacre podrían ser miembros del grupo Lashkar-e-Taiba (ver recuadro).

El Gobierno indio evaluaba suspender del proceso de paz con Pakistán tras los ataques perpetrados en Bombay, tras atribuirlos a grupos con base en ese país.

La prensa india dijo que el único asaltante que sobrevivió en Bombay identificó a todos los demás como ciudadanos paquistaníes entrenados por Lashkar-e-Taiba.

Ajmal Amir Kamal, de 21 años, y de quien una cámara captó una imagen vestido con una camiseta de la firma italiana Versace, era sometido a interrogatorio en Bombay, según la prensa.

Las fuerzas de seguridad sólo retomaron el pleno control de la situación 60 horas después, al matar a los tres últimos asaltantes atrincherados con rehenes en el Hotel Taj Mahal.

EL EJÉRCITO DE LOS PIADOSOS

El Lashkar-e-Taiba, sospechoso número uno de los ataques de Bombay, es uno de los grupos islamistas clandestinos paquistaníes que reivindica la lucha contra la “ocupación” india de Cachemira, donde -afirma- la minoría musulmana es perseguida. El Lashkar, que desmintió enérgicamente estar involucrado en los atentados, condenándolos incluso, es ilegal en Pakistán desde 2002. Al igual que otros grupos ilegales, el Lashkar -cuyo nombre significa “El Ejército de los Piadosos”-, se sospecha que ha reforzado sus lazos con los talibanes paquistaníes y Al Qaeda, que reconstituyó sus fuerzas en las zonas tribales del noroeste de Pakistán. Durante mucho tiempo, Islamabad lo dejó hacer e inclusive ese movimiento recibió ayuda de los servicios de inteligencia paquistaníes porque el propio Pakistán se opone a la presencia india en Cachemira, una región disputada entre ambos países y por la cual surgieron dos de las tres guerras que los enfrentaron. El Lashkar, fundado en los años noventa en Lahore (este), cerca de la frontera con India, está en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos, y es sospechoso de haber organizado un ataque el 13 de diciembre de 2001 contra el Parlamento indio en Nueva Delhi que dejó diez muertos.


http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20081130/pags/20081130210400.html

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OSCAR FERNANDEZ MEL, MEDICO Y COMPAñERO DEL CHE EN LA SIERRA MAESTRA Y EL CONGO 01-12-08

OSCAR FERNANDEZ MEL, MEDICO Y COMPAñERO DEL CHE EN LA SIERRA MAESTRA Y EL CONGO

“Aprendí a ser revolucionario Che”

Apenas recibido de médico se incorporó a la lucha contra Batista, enrolado en la columna del Che. También lo acompañó durante los primeros años de la revolución en Cuba y finalmente en el Congo.

Por Gustavo Veiga

–Usted es médico como lo era el Che y compartió con él las experiencias guerrilleras en la Sierra Maestra y el Congo, ¿de qué modo explica cómo se sobreponía a su enemigo íntimo, el asma, en esos ambientes hostiles?

–El Che tenía un diapasón de comportamiento y para tolerar el dolor y el sufrimiento era admirable. El soportaba los ataques de asma con estoicismo. Imagínese que en aquella época lo que él usaba era la adrenalina. No había los remedios que hay ahora. Y por supuesto, le aceleraba el corazón y de tanto darle alguna vez se intoxicaba. También tenía dolores de abdomen. Después que triunfó la revolución yo le ponía su suero con cortisona, cuando él ya no podía más, y eso lo mejoraba, le hacia eliminar la adrenalina. Sus ataques eran los más profundos que yo he visto en mi vida.

–¿Llegó a peligrar su vida por la enfermedad?

–Cuando él, en otras etapas, tenía problemas con el aparatico, ahí sí perdía un poco la calma. Sabía lo que le podía pasar en cualquier momento. Hay algunas anécdotas, como por ejemplo un momento después del desembarco del “Granma”. Un hombre que se llamaba Luis Crespo, del que el Che hablaba con verdadera fruición, lo había ayudado en los primeros días cuando le daban los ataques de asma y no había nada. Luis le decía: tómate de ese fusil y él le respondía, no, déjame aquí. Su asma era muy profundo, demasiado y le venía desde muy pequeño. Usted sabe que había una discusión entre el padre y la madre; se echaban la culpa del problema. Lo cual no tiene sentido porque el asma es una enfermedad alérgica y no creo que ninguno de ellos la haya provocado, y menos la madre, a la cual él adoraba: Celia Serna, una mujer admirable.

–¿Guevara tomaba en cuenta las sugerencias sobre su salud?

–No, si yo le decía algo, no aceptaba nada. Cuando triunfa la revolución, pues, teníamos al doctor Adolfo Rodríguez de la Vega, que era un profesor famoso y perteneció también a nuestra columna y lo llevábamos como hacíamos con médicos importantes del hospital Calixto García para que lo trataran. Yo había pasado a un plano distinto, porque mis especialidades son la traumatología y ortopedia. Y si le ponía los sueros con cortisona, era porque se los imponía. No crea que a él le caía muy bien estar acostado con un suero.

–¿Desconfió alguna vez de que el Che pudiera sobreponerse en la selva a esos ataques de asma?

–El tenía mucha disciplina. Cuando nosotros veníamos desde la Sierra Maestra al Escambray, en el centro de la selva, marchábamos metidos en los pantanos con el agua hasta la cintura. Agua sucia. Pero era tal la confianza que tenía la columna en el Che, que si estábamos perdidos dando vueltas en el mismo lugar, todo el mundo sabía que él nos iba a sacar hacia adelante con una brujulita y un mapita de propaganda de la isla de Cuba.

–¿Qué experiencias compartieron en la campaña de la Sierra Maestra?

–Hubo una parte en la que estuvimos muy alejados. El se encontraba mucho más al oeste y yo más al este. Nos volvimos a encontrar cuando se lanzó la ofensiva del ejército de verano, porque como yo era un médico joven, de veintitantos años, me mandaban para todos los frentes, de un lado para el otro... Y volví a caer con él en el combate de Las Vegas de Jibacoa y sobre todo, en el de las Mercedes, que fueron los últimos para que el ejército de Batista saliera derrotado de la Sierra Maestra. Inmediatamente se formaron las columnas para venir hacia el centro de la isla y aprovechar la ofensiva hacia occidente para partir la isla en dos, y ya me quedé con él y vine en su columna. Ahí sí tuvimos mucho trato, conversábamos mucho, yo no era un hombre de la política y me fui haciendo con él.

–¿Cómo que no era un hombre de la política?

–La gente quería tumbar a Batista y entre ellos estaba yo. Fue con el Che que aprendí a ser revolucionario, si es que llegué a serlo, tanto desde el punto de vista teórico como desde el práctico. Digo teórico, porque como yo llegué a tener tanta admiración por él, hicimos una amistad muy estrecha. Y eso influía mucho. Yo pensaba: si este hombre es comunista, es porque esto es bueno. Después yo realicé mis estudios aparte, pero si me hice revolucionario fue por él. Y cuando le pedía explicación sobre algunas cosas, él las daba. Porque hay otra cosa del Che de la que tampoco se habla mucho: le encantaba enseñarles a escribir y a leer a los soldados, que muchos de ellos eran totalmente analfabetos. En el Congo enseñó a hablar francés. O sea, eso siempre estaba presente.

–Después de que triunfara la revolución, ¿de qué modo continuó la relación entre los dos?

–Ah, hombre, yo seguí con él. Viví en todas sus casas. En la única oportunidad en que no lo acompañé, fue cuando se retiró a la playa porque estaba enfermo de neumonía. Pero después estuvimos en cuatro o cinco casas. En la de Miramar, en la calle 18; después, donde ahora está la última casa en que él vivió, y cuando llegamos a Columbia, que era el cuartel principal de Batista, ahí también. O sea, seguí con él hasta que me casé. Y no era que yo me impusiera: voy a vivir en la casa del Che porque es un gran dirigente, ¡no! El decía: cuál es el cuarto de Oscarito, porque Oscarito me decían a mí. Había satisfacción en él de que yo participara. Disfruté mucho de su amistad y no lo traicioné nunca. Conmigo estaba seguro.

–¿El Che fue su padrino de bodas?

–Sí, por supuesto. Para mí fue una gran satisfacción, porque él no era un hombre de actos protocolares. La boda del Che también fue una boda muy sencilla. Un día se reunieron con Aleida en la casa de uno de los escoltas de él. Y allí, en una mesita, se casaron. El ya estaba un tanto enfermo de neumonía. No se cuidaba la salud. La impresión que yo tengo es que sabía que iba a morir. Imagínese usted un hombre con ese asma y fumaba tabacos hasta que se quemaba los dedos. Cogió el vicio de fumar para combatir un poco los mosquitos en los primeros tiempos de la Sierra Maestra, en la parte más baja. Y lo disfrutaba como usted no es capaz de imaginar. Después del triunfo, en el llano, le recomendaron dejar de fumar. Y él no tenía interés alguno en hacerlo.

–¿Es cierto que usted le presentó a Aleida March, su segunda esposa?

–(Se ríe.) Bueno, cuando nosotros estábamos en el Escambray, tenía siempre armado mi hospital, que era un bohío, con una mesa donde hacía lo que podía. Y entonces llegó Aleida que ya estaba en el movimiento 26 de Julio y venía un poco quemada de la ciudad. Subió con dinero, y el Che me la mandó a mí primero para que le quitara los esparadrapos y que fuera a vivir al bohío donde se supone que estaba el hospital. Un ambiente un poco más lindo para ella, mejor que el de un campamento. No es que yo se la había presentado; sí la conocía un poco más. Era atrevida, agresiva, y empezó a ir con él a los combates. Así se fueron uniendo sin saber que serían marido y mujer, que iban a constituir un matrimonio. Por eso, Aleida guarda un grato recuerdo hacia mí y yo también hacia ella.

–¿También conocía a los pequeños hijos de la pareja?

–Cuando ellos se enfermaban, el Che me decía: “Inyéctalos tú, porque figúrate, me ven muy poco y cuando me ven, si me ven con una jeringuilla van a odiarme”. Cosas cotidianas como éstas se producían. Y ésa fue la amistad que tuvimos y que cultivamos. Yo me imagino que para él también debió ser una satisfacción similar a la que yo siento. Pero claro, él siempre en el papel de jefe, aunque no lo quisiera.

–¿Se frecuentaban en reuniones familiares o resultaba imposible por las múltiples actividades del Che?

–Pudo haberse dado, aunque no lo recuerdo. Sí en una oportunidad fuimos a Colón, mi pueblo natal, y él conoció a mi padre, mi hermano, mi familia... No me acuerdo de más encuentros semejantes, aunque por supuesto, tampoco las evitábamos. El Che trabajaba extraordinariamente y los fines de semana tenía las sesiones de trabajo voluntario. No era un hombre que descansara. Y no disfrutaba de muchos días libres. Yo, a pesar de estar trabajando en otras cosas, salía con él a distintos lados. Fuimos en su avioneta a Cayo Largo, porque se construía un motel ahí, donde estaba la columna 8. Pero no recuerdo relaciones de familia a familia, muy amplias.

–Usted compartió con Guevara la experiencia guerrillera del ex Congo Belga que concluyó en un fracaso, ¿cómo nació esa idea?

–Yo me lo pregunto también. Usted sabe que él tiene un libro que se llama La guerra de guerrillas. Era un hombre que conocía teoría y práctica de la lucha. Pero, ¿cómo fue que se metió allí? Intervinieron algunos factores: la información inadecuada que le llevaron fue uno de ellos. Hubo gente que estuvo viendo el frente guerrillero del Congo Belga y entonces le informó que había miles de efectivos armados, que estaba todo muy bien organizado. Pero el Che, antes de irse para el Congo, hizo dos viajes por todo el continente africano y ahí surgió esa idea. Hay algunas cosas que avalan esto.

–¿Cuáles?

–En primer lugar, que se creó un ambiente en las visitas que él realizó. Hizo mucha amistad con Ben Bella, de Argelia, que era en aquel momento el centro progresista del continente africano. Entonces se reunió con Kwame Nkrumah, con Sékou Touré, con Leopold Sengor, con Julius Nyerere... y en un momento determinado se habló de crear un ejército de los distintos países. Había una efervescencia progresista y revolucionaria en el continente africano, extraordinaria. Esa es la verdad. Y él se encontró en Tanzania con todos estos dirigentes, inclusive con Kabila, que era el jefe del frente congolés. Pues él creía que podía hacer algo, encaminar aquello. También pensaba que a través de la guerra, los soldados africanos podrían alcanzar un mayor nivel cultural, un mayor nivel ideológico, a través de la lucha, siempre y cuando se prestaran a luchar. Pero aquello no resultó así.

–¿Qué conclusiones sacó de aquel foco guerrillero en el corazón del Africa?

–Yo siempre he dicho que es la etapa más plana del Che, donde no pudo aportar nada desde el punto de vista militar e intelectual. Por supuesto que él era un maestro de la lucha guerrillera y sus aliados se aparecían con la propuesta de atacar a las ciudades y él les respondía: esto no se puede. Primero hay que hacerse fuertes, tener tropas, arreglar el frente antes de lanzarse, y no le hacían caso. En lo personal, creo que nos equivocamos de continente, de país y de dirigentes. Porque ya vimos qué fue lo que pasó con Kabila. El otro era Soumialot, que para mí era un tipo totalmente anodino. Me tocó tratarlo. El se la pasaba viviendo de la revolución (sonríe). También estaba Mulele por el noreste... El que podía hacer algo era Kabila, porque nosotros éramos blancos y eso pesa mucho en el continente africano.

–¿Cuántos cubanos acompañaban al Che?

–Unos cien, en determinado momento un poquito más, en otro un poco menos.

–¿A quiénes recuerda entre los más conocidos?

–Bueno, estaban Emilio Aragonés, Margolles, Pombo, Víctor Dreke, que era el segundo del Che, un hombre negro. Había una cantidad de negros cubanos bien grande. Blancos éramos los menos.

–¿Fue al Congo más como médico o militar?

–Había que hacer de todo. En realidad, yo era como un jefe de estado mayor, por llamarle de alguna manera desde el punto de vista militar, pero también debía actuar como médico, porque era un factor político importante. Había una aldea y usted iba a allí a conseguir dos cosas: tratar de curar un poco y hacer política. El médico cubano, el médico de la guerrilla, era importante. Pero también ahí uno se dio cuenta de que el problema de Africa es mucho más complejo.

–¿Por qué?

–Porque usted llegaba y veía a un joven lleno de parásitos. Si tenía la pastilla algunas veces se la daba, pero él seguía tomando agua en el mismo charco. O sea, era relativamente poco lo que podíamos hacer. Por ejemplo, en Kigoma, Tanzania, había prostíbulos y los soldados de vez en cuando iban para allá. Unas veces se escapaban y otras había que darles el pase. Ellos tenían un concepto de la guerrilla que había que darles el pase y entonces venían llenos de gonorrea. La guerrilla en Cuba no tenía pase. Yo nunca había visto una cosa tan exagerada, porque las denopatías eran del tamaño de un puño. Sin embargo, les poníamos una penicilina rapilenta y al otro día no tenían nada. Porque estaban vírgenes de antibióticos. O sea, que debíamos hacer de médicos.

–¿Cuánto tiempo permanecieron en esa región?

–Fuimos en abril del ’65 y salimos en diciembre del mismo año.

–¿Cómo quedó el Che después de esa experiencia?

–El se fue por su lado hacia Tanzania. Allí, en un cuarto, es donde escribe el famoso diario. Una de las veces que viajé a Dar es Salaam me lo enseñó y me dijo: “Oye, estamos duros”. Se lo veía muy resentido por la ida. El tema es que él, pese al fracaso, planteaba dos o tres salidas. Una era que un grupo pequeño de los que estábamos ahí iría a ver a Mulele. Pero éste se encontraba en el noroeste. Había que atravesar todo el Congo hasta que el Che se dio cuenta de que era imposible. La otra consistía en sacar a todos los que estuvieran enfermos porque Africa es un continente extraño. Había compañeros que no tenían nada, pero a las siete de la noche les entraban unos escalofríos y se la pasaban sudando, dando vueltas. Y aunque al otro día por la mañana se les quitaba, eso nos iba debilitando mucho. Entonces la idea era que se dejara enfriar la situación en esa zona para después volver a empezar a levantar el frente guerrillero. Pero parece que primó la idea de ir por otros lados, a América latina, y entonces aceptó con el dolor de su alma salir del Congo. En el diario se nota ese resentimiento que tenía por haber fracasado en el intento. El mismo se echaba la culpa de que no fue lo suficientemente inteligente para estudiar swahili, el dialecto local.

–Se retiran del Congo y desde diciembre del ’65 a la muerte del Che en Bolivia faltan casi dos años. ¿Qué pasó durante ese período?

–Bueno, yo vuelvo a principios de marzo. Traigo todos los documentos, incluyendo el diario. Y a partir de ahí, ya perdí el contacto con él. Me imagino que estaría preparando toda la cuestión de América latina que, en definitiva, era su objetivo final. Que además lo había planteado desde México: él le pidió a Fidel que le permitieran irse a otro país cuando triunfara la revolución cubana. Tenía alma de conspirador de verdad, pero para las buenas causas.

–¿Usted tuvo una estrecha relación con el periodista Jorge Masetti, que murió mientras intentaba crear un foco guerrillero en Salta?

–Yo lo conocí, fue el fundador de Prensa Latina. Una vez producido el triunfo de la revolución, el Che estaba un poco detrás de él, de esa idea, y Masetti con esa tenacidad, con esa profundidad de trabajo que él tenía, consiguió los mejores corresponsales. García Márquez era el que estaba en Colombia y Rodolfo Walsh en la Argentina. No creo que Cuba le haya entregado mucho dinero para fundarla y, si se lo dio, habrá sido el Che. Fue un trabajo muy fuerte y que es obra exclusiva de Jorge Masetti. Yo tengo mi pedacito también, pero porque el Che me lo pidió. Inclusive, el edificio donde funcionaba se lo di cuando era presidente del colegio médico y les cedí un piso completo para la agencia. Y aún sigue ahí. O sea, que aunque no me lo reconozcan, me siento un poco fundador de Prensa Latina. Pero Masetti fue el corazón, el alma, hasta que murió aquí, en el norte, en Salta.

–Dijo que después de la aventura en el Congo perdió todo contacto con el Che. ¿O sea que no intervino en los preparativos para la incursión en Bolivia?

–Yo llegué hasta el Congo. En la parte de Bolivia no participé en nada. El se precipitó en ir, parece que la zona no era la mejor y no había muchos campesinos tampoco. Luego vino la famosa discusión con Mario Monje, el secretario general del PC boliviano, que no asumió la responsabilidad para la que se había comprometido con Cuba. Pienso que ahí influyó lo que pasó en Africa con Kabila. Y el Che tal vez pensó: no voy a subordinarme de nuevo. Pero la operación podría haberse hecho de otra manera porque Kabila no era secretario general de ningún partido comunista ni mucho menos, y Monje sí.

–¿Qué queda de Guevara hoy? ¿Su ideario? ¿Su mito? ¿Su imagen glorificada?

–No creo que haya previsto que se lo recordara a nivel universal como ahora. Pero él afirmaba: yo tengo que hacer algo para que la gente me recuerde. Eso me lo dijo a mí. En Europa, donde estuve con unos periodistas franceses, me comentaron que hay una locura con el mito. No me gusta la palabra mito porque el Che es una realidad objetiva, sus consignas andan por ahí. Yo lo llamaría icono.

–¿Un icono de qué?

–Un icono de la libertad, de las fuerzas más pobres, del progreso de la humanidad... Tenía muchas virtudes y también defectos. No era un hombre perfecto ni mucho menos, pero estaba bastante cerca. El era consecuente entre lo que hacia en su vida pública y en su vida privada. No aspiraba a grandes lujos a pesar de que los conocía. Sabía de un buen vino o un buen bife, pero era capaz de comer lo que se come en la guerrilla, que es un desastre.

–¿Y la gente qué le transmite?, ¿sus valores o un producto de marketing?

–Yo fui embajador en Londres y los ingleses tenían locura con el Che. Había hasta una cerveza. Y una tienda de chucherías. Era un tipo muy admirado. Hay una explosión con él, quizá porque no existen otros dirigentes u otra personalidad de su nivel. Pero a la gente se le olvida que el Che fue comunista. El nunca hubiera estado de acuerdo, quería que se lo recordara de otra forma, con más contenido político.

–¿Queda algún rastro del hombre nuevo por el que Guevara luchaba?

–El decía que el socialismo económico no le interesaba, que no tenía futuro, que debía ir acompañado con un cambio de conciencia de las masas. Y hablaba mucho de eso. Hacía hincapié en los estímulos morales y decía que así se llegaba a la gente. Tampoco era de los que metían la ideología a martillazos.

–¿Qué le pareció la última película sobre el Che donde lo protagoniza Benicio Del Toro?

–Acá en la Argentina me he encontrado con gente que la vio y que le gustó. Todas las películas que se habían hecho antes eran muy malas. La actuación de Benicio ha sido estupenda. También me gustaron las declaraciones que ha hecho. En España le preguntaron si Fidel se había convertido en un dictador. El respondió: no olvidemos que hace cincuenta años hay un bloqueo sobre ese país chiquito. O sea, no se lanzó a una defensa a ultranza de la revolución, pero a mí me pareció que la respuesta fue formidable.

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¿POR QUE OSCAR FERNANDEZ MEL?

Una vida revolucionaria

Por Gustavo Veiga

La trayectoria revolucionaria, militar y diplomática de Oscar Fernández Mel es demasiado prolífica. Nacido en Colón, Cuba, el 24 de marzo de 1931, es médico y está divorciado de la actriz Odalys Fuentes con la que tuvo tres hijos. Combatió con el Che Guevara, a quien lo unía una gran amistad, en la Sierra Maestra y en el ex Congo Belga. El cargo que más lo enorgullece de todos los que ocupó fue el de comandante del ejército rebelde.

Pero luego de que triunfó la revolución de los barbudos (él era uno de ellos, como lo atestiguan las fotografías de la época), fue uno de los doce primeros generales de Fidel Castro, jefe de Estado Mayor del Ejército de Occidente, jefe de los Servicios Médicos de las FAR, viceministro de las FAR, alcalde de La Habana entre 1976 y 1986, jefe del ejército juvenil del trabajo, director de un hospital y embajador en Inglaterra (de donde lo expulsaron por un affaire que provocó la CIA) y Finlandia.

Viajó por primera vez a la Argentina en noviembre de este año para asistir a la presentación del libro Cuba, los gallegos y el Che, de Lois Pérez Leira, un periodista tan gallego como sus padres. A los 77 años aclara que no se ha retirado y que conserva el cargo de embajador. Su pasaporte diplomático lo confirma, aunque para ingresar a la Argentina tuvo que sacar visa.

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JUICIO POR "LA ESCUELITA":Los querellantes cierran sus alegatos 01 de Diciembre de 2008

Edicion impresa pag. 10 » Regionales

JUICIO POR "LA ESCUELITA":Los querellantes cierran sus alegatos

Hoy es el turno de Gustavo Olivera y Gustavo Mazieres, que representan al empleado de la UNC Francisco Ledesma. Les atribuyen a los ocho militares imputados responsabilidades de detenciones, secuestros, torturas y una desaparición.

El abogado Gustavo Olivera, uno de los querellantes que hoy hablará en la etapa de alegatos del juicio.

NEUQUÉN (AN/ACE).- Los abogados Gustavo Olivera y Gustavo Mazieres, quienes representan como querellantes a Francisco Ledesma, una de las víctimas de la dictadura militar, sostuvieron, en el momento de solicitar la elevación a juicio de la causa, que todos los imputados participaron de las detenciones, secuestros, torturas, robos, allanamientos, amenazas y desaparición al menos en una de las 17 víctimas. También dijeron que la división de las tareas era la forma de realización y consumación del plan criminal.

Con el antecedente de pedidos de 25 años de cárcel y de prisión perpetua que formularon la semana pasada la APDH y el Centro de Profesionales de los Derechos Humanos respectivamente, Olivera-Mazieres también pedirán severas condenas.

La audiencia comenzará a las 9 y es la última reservada para los querellantes, ya que la etapa de acusaciones terminará mañana con los fiscales Manuel de Reyes Balboa y Marcelo Grosso.

Unos sí, otros no

Se espera que presencien la audiencia los acusados Enrique Braulio Olea, Hilarión de la Pas Sosa, Jorge Eduardo Molina Ezcurra y Sergio San Martín. Este último la semana pasada no participó por padecer un estado gripal.

En tanto desistieron de estar presentes en la audiencia Oscar Lorenzo Reinhold, Luis Alberto Farías Barrera, Mario Alberto Gómez Arenas y Francisco Julio Oviedo.

"Todos y cada uno de ellos participó, en carácter de autor o cooperador?", de los hechos que se les atribuyen, señalaron los profesionales que hoy, con la profusa prueba testimonial recolectada a lo largo de las audiencias, tendrán la oportunidad de explayarse al formular la acusación.

Ledesma fue detenido el 19 de enero de 1976 de su domicilio en Comodoro Rivadavia. Lo llevaron a la U-6 de Rawson, de donde lo trasladaron a la U-9 de esta ciudad junto a otras víctimas de la represión. El operativo lo comandó Farías Barrera, pero también habría estado Molina Ezcurra y, según se desprendió de los testimonios de las audiencias, pudo haber tenido protagonismo Axel Pastor.

Después, según relató en su declaración en el juicio y previamente en la instrucción, lo llevaron a "La Escuelita" donde fue blanco de un cruel e impiadoso castigo. Picana eléctrica, submarino seco, golpes y todo tipo de castigo físico, junto a una humillante degradación psicológica, constituyeron el calvario que fue su estada en el centro ilegal de detención.

Fin del calvario

Ledesma fue llevado nuevamente a Rawson y de allí a La Plata, donde finalmente fue liberado el 15 de diciembre de 1981. La víctima padeció cinco años de detención.

Olivera y Mazieres señalaron que Gómez Arenas fue el que impartió las órdenes de los ilícitos que se cometieron y que Sosa dio asesoramiento médico a los perpetradores y participó, directa o indirectamente, con la aplicación de tormentos.

Al igual que otros querellantes entienden que las conductas, por haberse realizado dentro del plan sistemático criminal, en tiempos de paz, encuadran en el delito de genocidio -hacen alusión al fallo contra el sacerdote militar Cristian Von Wernich, donde se hizo este enfoque-, en tanto tenían como fin la destrucción de un grupo nacional.

También califican a estos delitos como de lesa humanidad, en tanto el plan y la ejecución cumplida lesionan al género humano en su totalidad.

http://www.rionegro.com.ar/diario/2008/12/01/1228096037133.php

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Los aportes de la UNC

NEUQUÉN (AN/ACE).- El interventor de la UNC, Remus Tetu, tenía una directa vinculación con los miembros del Destacamento de Inteligencia del Ejército que comandaba Mario Alberto Gómez Arenas. Y esa estrecha relación se materializaba a través del rol que jugaban Raúl Guglielminetti, que se desempeñaba en el equipo de guardaespaldas del rector, del suboficial Francisco Julio Oviedo, falso estudiante infiltrado en la comunidad universitaria, y del aporte de rodados y equipos de comunicación de la universidad a los grupos de tareas militares.
En su declaración ante el tribunal, semanas atrás, Francisco Ledesma aportó documentación probatoria de cómo trabajan los agentes de Inteligencia, los militares y los espías civiles en conjunto con las autoridades universitarias.
Ledesma solicitó a los jueces que se investiguen esos vínculos que llevan a hechos anteriores al golpe de estado de marzo del ´76 y ponen en la mira a los miembros de la Alianza Anticomunista Argentina (la Triple A) y su accionar en la zona.
Guglielminetti era uno de los integrantes de los grupos que se encargaron de "marcar" a quienes luego serían detenidos en operativos ilegales y llevados a centros clandestinos de detención -tanto a "La Escuelita" de esta ciudad.

http://www.rionegro.com.ar/diario/2008/12/01/122809603780.php

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La escalada de violencia en territorio mapuche 06-01-08

Domingo 6 de enero de 2008

Por Por Felipe Saleh / La Nación

La escalada de violencia en territorio mapuche

El polvorín araucano

La muerte de Matías Catrileo prueba que el conflicto entre indígenas y terratenientes está lejos de terminar. Encapuchados incendian camiones, predios y cortan carreteras, a la par de los allanamientos policiales sin orden judicial. Ninguno de los dos bandos parece tener ganas de conversar.

La táctica de los mapuches no es muy distinta a la que enseñó Lautaro hace más de 450 años, al principio de la Conquista. Básicamente, emboscar, quemar y huir. Sin dejar muertos ni heridos en riesgo vital. Distintos grupos de encapuchados han protagonizado atentados incendiarios desde el jueves, horas después de que fuera entregado el cuerpo de Matías Catrileo, el estudiante asesinado de un balazo disparado por un cabo de Carabineros.

Paralelamente a los rastreos que realizó un contingente de 30 detectives por el fundo Santa Margarita, donde ocurrieron los hechos, la madrugada del viernes hubo una serie de allanamientos en la comunidad Llupeico-Vilcún, donde vivía el joven muerto. En este sector, al suroeste de Temuco, se realizaron sus funerales en medio de un piquete de uniformados especialmente dispuestos para la ocasión. La ceremonia se hizo en un ambiente de violencia que ha marcado la zona en los últimos días. Tomas de ruta, incendios forestales y un piloto herido cuando se aprestaba a combatirlos con un avión cisterna. Las llamas alcanzaron territorios de las forestales Mininco (de la familia Matte), Arauco (ligada al grupo Angelini) y Cautín (de la familia Von Appen). También cuatro rutas entre la VIII y IX regiones fueron bloqueadas durante la madrugada. "El pueblo mapuche se está armando en la lucha para defender nuestro territorio contra este Estado represivo. Esto va a seguir y así como estamos no hay nada pacífico", dijo con fuerza el lonko Víctor Marilao, jefe de la comunidad Juan Quintramil, ubicada en Padre Las Casas, demostrando que el conflicto puede ampliarse a niveles sin precedentes.

CRIMINALES NATIVOS

La Coordinadora Arauco Malleco llamó al pueblo mapuche a tener una participación "activa" después de la muerte de Matías Catrileo.

Minutos antes de dejar su cargo, en el marco de la petición de renuncia realizado por la Presidenta Bachelet, el intendente de la Región de la Araucanía, Óscar Eltit, negó que hubiera una "guerrilla rural" en la zona. Aunque si de eso se tratara, el único bando que podría contar bajas sería el de los mapuches. En noviembre de 2004 murió de un balazo durante un incidente con Carabineros el joven Alex Lemún. Desde Santiago es difícil ver los matices que puede tener este conflicto cuya escalada actual comenzó en los últimos días de diciembre, cuando ocurrieron tres atentados contra camiones forestales. Es más fácil identificar los bandos en pugna. Por un lado están los mapuches, apoyados por distintas organizaciones no gubernamentales (ONG) y el monitoreo permanente de instituciones internacionales como la ONU y Amnistía Internacional, que describen en sus capítulos dedicados a Chile una "criminalización" de este conflicto y serios retrasos por parte del Estado chileno para solucionar hechos contrarios al derecho internacional. Por otro están los aparatos judiciales y de seguridad, que se limitan a cumplir la ley. En el medio no existe diálogo.

José Aylwin Oyarzún, hijo del ex Presidente y director del Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas, es uno de ellos: "Esta política de criminalización se manifiesta a través de un fuerte control policial en una presencia masiva de efectivos en la zona. El ex general de zona, Augusto Carmona, nos dijo que un quinto del contingente de la región está inmovilizado en las comunas cumpliendo resoluciones de protección judicial a predios particulares, y esos efectivos se dedican en la práctica a amedrentar a quienes viven en las comunidades", dice.

Hay lugares, como los fundos de la Forestal Mininco y los terrenos de los empresarios agrícolas Jorge Luchsinger y René Urban, que cuentan con una dotación aproximada de 30 carabineros cada uno. En el fundo Santa Margarita, de propiedad de Luchsinger, cercano adonde murió Matías Catrileo, ha habido 22 atentados en cuatro años. La noche del jueves, un grupo de encapuchados intentó quemar una siembra de avena en el fundo La Romana, de Urban.

NO A LOS PRESOS POLÍTICOS

Para Roberto Muñoz Barra (PPD), senador por la Araucanía, que Carabineros proteja los predios en peligro es la única forma de resguardar a los agricultores más afectados, y la tesis de la "militarización" en la zona es de "falsedad absoluta; el contingente en la zona de Malleco es mínimo. Las comisarías de Traiguén, Collipulli y Victoria tienen escuálidas dotaciones. Hay algunos grupos móviles que se constituyen con carabineros de la Comisaría de Angol y siempre llegan cuando ya está todo quemado", dice. El parlamentario critica la institucionalidad que se creó para solucionar este conflicto, básicamente la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), dedicada en parte a regularizar la propiedad y entregar tierras a los nativos. "Les compran campos muy hermosos, pero no les dan plata para comprar maquinaria o capacitación. El Gobierno actúa todavía con un criterio de subsidiariedad y no ha demostrado un interés sincero en mantener el diálogo", apunta.

La tensión en la zona mapuche es más antigua que la República, pero es a fines de los setenta cuando se forma la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) como un grupo autonomista. A fines de los ochenta, empiezan a surgir serios frentes de conflicto, a partir de la construcción de centrales hidroeléctricas, carreteras privadas y la explotación forestal en grandes extensiones de territorio, sin considerar a las comunidades indígenas establecidas en la zona. A principios de esta década comienza a aplicarse la Ley Antiterrorista, y los activistas indígenas sufren los golpes más duros contra sus dirigentes, que son condenados a largos períodos de prisión en juicios con testigos "sin rostro" y donde la aplicación de la ley sigue siendo cuestionada. La mayoría de los mapuches encarcelados han sido catalogados como "presos políticos".

Al Gobierno le incomoda que los reos mapuches juzgados con una ley muy parecida a la que usó Pinochet para los grupos armados que lo combatieron tengan, al menos para la comunidad internacional, el status de "presos políticos". En mayo del año pasado, la Presidenta Bachelet se cruzó en Suiza con manifestantes que le pidieron la liberación de los indígenas implicados en incendios. La Presidenta debió aclarar que "en Chile no tenemos presos políticos" y los mapuches detenidos son culpables de "delitos comunes". Pero la reacción internacional ha sido el único modo de acelerar un proceso de solución que tuvo intentos serios durante el Gobierno de Eduardo Frei, que creó la Conadi, y Ricardo Lagos, cuando se conformó la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato. En el actual Gobierno se efectuaron diálogos comunales para redefinir la política indígena.

SALUDOS A LA BANDERA

Pero los esfuerzos han sido en vano. Según Juan Guzmán, ex ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Central, "mucho de lo que se ha hecho es un saludo a la bandera. Los mapuches están cansados de más de cien años de saludos a la bandera. Ellos esperaban que durante los gobiernos de la Concertación hubiera avances, que no ha habido. Debe iniciarse un diálogo que reemplace a la política policial existente. Ésta sólo llama a la violencia", dice.
En la última Asamblea General de las Naciones Unidas, Chile votó a favor de una declaración sobre derechos de pueblos indígenas que implica la "restitución de las tierras o recursos ancestrales usurpados sin su consentimiento; de no hacer esto, otorgar una compensación". Este compromiso debería orientar la política indígena en lo que queda de este Gobierno. Ya en dos ocasiones la ONU ha manifestado sus reparos a la situación de violaciones de los derechos humanos en la zona, principalmente, frente al hostigamiento contra niños y ancianos mapuches. El último informe se conoció en mayo del año pasado.
Por ahora, el vocero Francisco Vidal ya aclaró la posición de La Moneda respecto del conflicto: "Si frente a esos incidentes, las policías no actuaran, la crítica sería porque no se actúa, pero cuando se actúa, la crítica es porque se hace. Se escucha a todo el mundo, pero el Gobierno no puede quedar inmóvil si un grupo, grande o pequeño, su forma de hacerse escuchar es quemando micros, haciendo barricadas o tirando peñascazos. No se puede, porque el que lo hace de esa manera no quiere ser escuchado".
La CAM, por su lado, se mantiene en estado de cautela respecto de lo que vendrá luego de la muerte de Matías Catrileo. "La comunidad mapuche solidariza activamente con nuestro pueblo, porque la muerte de Matías es un hecho muy desgraciado para nosotros", dijo el vocero de la organización, Óscar Ancatripai. Está por verse quién dará el próximo golpe, porque la guerra no ha terminado. LND

Jorge Luchsinger, en pie de guerra

Todo el conflicto mapuche cabe en el fundo Santa Margarita, 18 kilómetros al norte de Temuco. En las tierras de Jorge Luchsinger están todos los ingredientes que explican un odio ancestral. El agricultor proviene de una familia de inmigrantes suizos establecida a fines del siglo XIX y en poco más de cien años logró convertir 280 hectáreas en un campo de alto rendimiento a base de maíz, avena y leche que vende a la filial chilena de Parmalat. Muchos de sus peones son mapuches y lo han acompañado durante treinta años. Pero Luchsinger no confía en ellos. "El mapuche es ladino, torcido, desleal y abusador", dijo en una entrevista.

Alrededor del predio viven ocho comunidades mapuches en condiciones miserables. Para ellos, Luchsinger no es muy distinto a un español de la Conquista. "Ustedes son extranjeros, abandonen estas tierras porque son nuestras", le dijo uno de los encapuchados que el 9 de junio de 2005 incendió su casa, parte de la cosecha y dos autos. En esa ocasión Luchsinger creyó reconocerlos. "Tenían cuerpos estilizados, estaban organizados, no tenían pinta de mapuches", dijo. Si hay algo que distingue a Luchsinguer del resto de los agricultores, que asegura dormir con la escopeta bajo la almohada, es el racismo que contiene su opinión de los araucanos. "El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, vive de lo que aporta la naturaleza, no tiene capacidad intelectual, no tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos. No tiene nada", ha dicho. No es difícil suponer que detrás de los 22 atentados que ha sufrido en 5 años, está su animadversión declarada hacia sus vecinos.

Simpatizante pinochetista y de UDI, algunos sectores al interior de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco ven en él una figura política que podría surgir en las próximas elecciones municipales. Cuando quemaron su casa, Jorge Luchsinger fue visitado por el entonces candidato Joaquín Lavín y prometió no volver al campo. Pero al momento de los incidentes en que murió el estudiante Matías Catrileo, el agricultor contaba con una protección de 30 policías para asegurar a producción de leche, el único negocio que se mantiene en pie. El resto se quemó.


Sixto Parzinger, obispo de Villarrica: "En Chile hay racismo contra los mapuches"

–¿Pudo ejercer tranquilamente su rol como mediador?

–Me llamaron a las diez de la mañana, cuando los comuneros pidieron la presencia de la Iglesia , pero eso no significa que haya mediado, sino que tan sólo fue acompañamiento, una ayuda humanitaria al terrible suceso que había ocurrido.

–Sin embargo, la tensión del momento disminuyó sus posibilidades de ejercer mayor influencia en las negociaciones.

–Como le decía, no fui mediador. Lo que es cierto es que finalmente, entre tanto cerco y vallas de protección, nos permitieron la entrada.

–¿Cuál era la imagen del lugar cuando lo dejaron entrar?

–En el interior estaba el fallecido junto a dos jóvenes. Durante la tarde estuvimos con ellos, hasta que a las 17 horas retiraron el cuerpo. Afortunadamente pude acompañar a sus padres también, quienes estaban bastante afectados, pero a la vez serenos. Ellos decidieron al final que el velatorio se haría en su casa.

–¿Cómo se encuentra una solución para el pueblo mapuche?

–Es tan sencillo como tomar más en cuenta los reclamos del pueblo mapuche. Ellos se inquietan con tanta promesa que no se cumple por parte de las autoridades, por lo que aumenta la tensión. ¿Y qué ocurre después? Se criminaliza y se polariza el conflicto. Por eso, es necesario que el Gobierno actúe con un nuevo trato, con más diálogo y entendimiento. Ellos dicen hacerlo, pero en los hechos no se ve.

–¿Justifica las manifestaciones de comuneros que a veces caen en la violencia en sus actos de manifestación?

–De ninguna manera. Y por ello la solución es tratar más y de mejor manera con ellos. Además, como son impacientes, finalmente priman los radicales que llegan a esos extremos. Insisto: como no ven soluciones explotan muy rápido, llegando a acciones que lamentablemente terminaron con la vida de Matías Catrileo.

–Como extranjero, ¿ve en los chilenos enemistad con los pueblos originarios?

–Veo más que eso. En Chile hay racismo contra los mapuches en todo el pueblo. Aquí es el blanco contra el indio. Y lo que más duele es que no solamente ocurre en Santiago, sino también en nuestra región. Es como si el resto sintiera superioridad frente a un pueblo que quiere recuperar sus cosas. Y más terrible aún es que el racismo está latente, que la mayoría de las veces se manifiesta inconscientemente. En este país no se permite que se les trate igual.


http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20080105/pags/20080105212627.html

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Aznar sabía de vuelos de la CIA DOCUMENTOS QUE REVELAN COMPLICIDAD DE ESPAÑA 01-12-08

DOCUMENTOS QUE REVELAN COMPLICIDAD DE ESPAÑA

Aznar sabía de vuelos de la CIA

En enero de 2002, el gobierno del ex presidente José María Aznar sabía que los vuelos secretos de la CIA con prisioneros en ruta a Guantánamo podrían pasar por España. Esta información forma parte de un documento secreto publicado ayer por el diario español El País, en el cual se revela la complicidad española en el traslado de los detenidos talibanes desde Afganistán hacia la base militar estadounidense en Cuba.

En el documento, fechado el 10 de enero de 2002 y clasificado como “muy secreto”, Estados Unidos solicita al gobierno de Aznar (1996-2004), que esos vuelos puedan aterrizar en territorio español, en caso de que fuera necesario. Por aquellos años, España era una sólida aliada del gobierno estadounidense del presidente George W. Bush.

“El gobierno de los Estados Unidos asegura que estas escalas serían por el tiempo mínimo imprescindible para poder trasladar otro avión al aeropuerto en cuestión para continuar vuelo y que, a estos efectos, dispondrían de aviones de reserva en la región preparados para desplazarse con carácter inmediato si fuera necesario. En todo momento, los Estados Unidos se harían cargo de la seguridad de las personas transportadas”, explica el informe.

El documento fue enviado al por entonces ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, en el cual la delegación diplomática estadounidense le informa que similares procedimientos también se estaban llevando a cabo con otros países.

El juez español Ismael Moreno, magistrado de la Audiencia Nacional (principal instancia penal en España), abrió una investigación sobre la legalidad de los vuelos realizados por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), que sobrevolaron o hicieron escala en España cuando trasladaban a detenidos hacia la base de Guantánamo.

Partiendo de datos que fueron enviados al juez por el Ministerio de Defensa, el diario contabilizó cinco vuelos a Guantánamo que hicieron escala en las bases militares de Rota, Morón de la Frontera (sur) y otros tres que sobrevolaron el espacio aéreo español entre 2002 y 2006.

En 2004, el actual gobierno del socialista José Luis Zapatero (PSOE) sucedió al conservador Aznar, del Partido Popular. Desde el Ministerio de Asunthttp://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-115917-2008-12-01.htmlos Exteriores ayer emitieron un comunicado en el que aseguran que desconocían la existencia de este informe, y que tampoco fue informado por la administración anterior. “El ejecutivo de Zapatero no ha permitido ni permitirá ninguna violación de su territorio en relación con los llamados ‘Vuelos de la CIA’”, señalaron.


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AVANZA LA REFORMA AGRARIA DE EVO MORALES EN BOLIVIA A PESAR DE LA RESISTENCIA ARMADA DE LOS HACENDADOS QUE EXPLOTAN A LOS ABORIGENES 01-12-08


AVANZA LA REFORMA AGRARIA DE EVO MORALES EN BOLIVIA A PESAR DE LA RESISTENCIA ARMADA DE LOS HACENDADOS QUE EXPLOTAN A LOS ABORIGENES

Un esperado regreso a la tierra milenaria de los guaraníes

Una de las veinte familias guaraníes de la comunidad de Iviyeca que viven en condición de servidumbre, según denunció la APG.

Cuando el funcionario llegó a Alto Parapetí para repartir tierras de acuerdo con la nueva Constitución, lo echaron a balazos. Pero volvió y ya hay varias estancias recuperadas.

Por Sebastián Ochoa

Desde Alto Parapetí

El lugar es paradisíaco, la casa es muy linda, pero se hace inevitable pensar en los miles de humillaciones, golpes, violaciones y deshumanizaciones que desde hace más de cien años soportan estas tierras. Huaraca es la estancia de Mario Malpartida, “un cruel hacendado”, lo define una de sus víctimas, el abogado guaraní Ramiro Valle Mandepora. Un hacendado más que concentra algunas de las 157 mil hectáreas correspondientes al Territorio Comunitario de Origen (TCO) Alto Parapetí, cuyo título será del pueblo guaraní, si se cumple el deseo del gobierno nacional y los indígenas. En el Chaco boliviano, que abarca parte de los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija, se calcula que hay entre 500 y 800 familias guaraníes sometidas a “servidumbre análoga a la esclavitud”, como constató la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en junio pasado. Y evidenció que la manera más saludable de liberarlos es devolviéndoles su territorio. Durante todo 2008, el gobierno intentó ingresar en Alto Parapetí para averiguar a quién pertenecen las tierras y para contactar a los guaraníes cautivos. Pero los hacendados se resistieron violentamente, porque si se demuestra que se valen de mano de obra esclava para reproducir sus fortunas, el Estado se apropiará de esas superficies y las entregará a las víctimas. Luego de meses de batallas perdidas, el Viceministerio de Tierras pudo ingresar con grupos especiales de la Policía Nacional.

La pulseada empezó el 13 de abril pasado, cuando técnicos del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) trataron de ingresar en Alto Parapetí, al sur de Santa Cruz, acompañados de 300 guaraníes. El anuncio había provocado una rebelión de los hacendados, que sacaron peones y tractores a bloquear todos los caminos de la zona para evitar la entrada de los funcionarios del Estado. Faltaban pocas semanas para el referéndum autonómico del 4 de mayo y los terratenientes exigían que sus predios fueran peritados por el Instituto Departamental de Tierras, organismo creado por ese estatuto. Así, el “gobernador” Rubén Costas, prefecto cruceño, sería el encargado de otorgar títulos de propiedad. Ya no el presidente de Bolivia.

Hubo una emboscada y más de 50 guaraníes resultaron heridos. Tres personas que fueron golpeadas y torturadas quedaron detenidas en el cuartel de Cuevo: el abogado Valle, la periodista Tanimbu Estremadoiro y el camarógrafo argentino Fernando Cola. El comandante de la guarnición no les permitía salir porque, según la alcaldesa, los pobladores de Cuevo tenían la intención de lincharlos. Pasados tres días, los detenidos comenzaron una huelga de hambre hasta que los sacaran del cuartel. Al instante, los disfrazaron de soldados y se los llevaron de Cuevo en una ambulancia.

Valle es asesor jurídico de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), organización que comenzó en 1996 el reclamo de 10 millones de hectáreas a favor de este pueblo. Finalmente, el Estado aceptó la cesión de dos millones de hectáreas. Alto Parapetí sería parte del territorio.

Hacendados rebeldes

En marzo, Valle había participado de una reunión con los hacendados rebeldes, que tenían el apoyo de la prefectura y de todos los alcaldes y comités cívicos de la zona. “Estaban los alcaldes de Lagunillas, Antonio Paniagua; de Gutiérrez, Alfonso Alvarez; de Cuevo, Sonia Guthrie; el subprefecto de Cordillera, Marcelino Apurani, representantes del comité de Santa Cruz y otras autoridades locales. En esa reunión empezaron a exponer temas políticos para desprestigiar el nuevo texto constitucional. Decían que Bolivia se iba a transformar en un Estado comunista, que las tierras iban a pasar a manos del Estado, que no habría la famosa transferencia de propiedad y sucesión hereditaria. Decían que el petróleo, los recursos naturales, el agua, iban a pasar a manos del pueblo guaraní y la TCO. Nosotros solamente exigíamos que se ejecutara el proceso de saneamiento con la ley vigente, acorde con la Constitución actual. En ese momento, el proyecto de nueva Constitución era un borrador que no tenía aplicación. Pero los hacendados se agarraron de ese tema como una excusa para obstaculizar y truncar los sueños de nuestros hermanos aún cautivos en su propio territorio”, dijo Valle a Página/12.

Las denuncias por las agresiones en Cuevo nunca fueron atendidas por la Justicia, fundamentalmente porque varios funcionarios de este poder tienen lazos de amistad o de sangre con los acusados, integrantes de grupos políticos y económicos que pretenden dominar el oriente boliviano. En 2008, paralelamente a Cuevo, el país atravesó toda clase de enfrentamientos por la causa de la nueva Constitución –impulsada por el presidente, Evo Morales– y los estatutos autonómicos de la entonces llamada Media Luna, cuyos titulares eran los prefectos de Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija.

Durante el intento de golpe de Estado de septiembre, el Ministerio Público creó la Comisión Especial de Fiscales, cuya misión sería investigar los delitos allí donde el Poder Judicial estuviera amordazado por las autoridades locales. Por el caso de Cuevo, habían pasado seis fiscales que soltaron rápido el expediente. Hasta que intervino la comisión especial, que citó a declarar en La Paz a Mario Malpartida y a Ernesto Chávez, dos terratenientes identificados en las agresiones de abril. Como no concurrieron, se ordenó la detención de ambos.

En octubre, luego del “Gran Acuerdo Nacional” entre las fuerzas políticas que permitió convocar a referéndum constitucional, el gobierno recuperó el control del país, especialmente del oriente. Entonces decidió concluir la tarea en Chaco.

De vuelta en Alto Parapetí

El regreso a Alto Parapetí había sido anunciado por el Decreto Supremo N 29802, firmado por el presidente en ejercicio, Alvaro García Linera, el pasado 19 de noviembre. Allí, daba una lista de los tratados internacionales contra la esclavitud a los que adhiere Bolivia, además de las leyes vigentes sobre el tema. Y determinó que el INRA “emitirá una guía que establezca los criterios, la metodología y procedimientos para verificar y establecer la existencia de sistemas servidumbrales, trabajo forzoso, peonazgo por deudas y/o esclavitud de familias o personas cautivas o formas análogas, en materia agraria”. Según las leyes vigentes, si se demuestra que un propietario tiene esclavos, el Estado puede disponer de esas tierras y titularlas a favor de las víctimas.

El jueves 20, funcionarios del Viceministerio de Tierras, el INRA y decenas de uniformados ingresaron en Alto Parapetí por Caraparicito, la estancia de Ronald Larsen, un ciudadano de Montana, Estados Unidos, que tendría 15 familias guaraníes cautivas. Allí, en febrero habían sido secuestrados por varias horas y amenazados de muerte el viceministro, Alejandro Almaraz, y el presidente de la APG, Wilson Changaray, además de seis empleados públicos e indígenas. La semana pasada, los peones de Larsen recibieron con bala a los funcionarios y a la Policía Nacional. Estos últimos entraron en casa de Larsen, detuvieron a tres personas, pusieron en fuga a varias más y decomisaron armamento de caza y de guerra.

Los patrones

“No sabes, hermanito, lo que sentí en casa de ese gringo, después de todas las que nos hicieron pasar”, dijo a este diario un técnico del INRA. El lujo y esplendor de lo de Larsen chocan con la pobreza a la que son sometidas decenas de guaraníes a su alrededor. La policía sólo encontró a los peones. El jacuzzi estaba vacío, nadie recorría el zoológico privado que tiene entre sus 15 mil hectáreas. Se dice que Larsen no está en Bolivia.

Tampoco Malpartida ni Chávez. Los patrones que desde hace décadas esclavizan comunidades, compran y venden tierra con los guaraníes como parte del paisaje, de pronto desaparecieron. Algunos terratenientes se refugiaron en Santa Cruz, donde sus familiares iniciaron una protesta en la plaza central contra “los atropellos del gobierno masista”. Por ahora, las estancias ocupadas por la fuerza pública son Huaraca, Caraparí y Buena Vista, de René Chávez. Garantizarán que el INRA pueda hacer el saneamiento.

Actualmente, las pericias transcurren en el municipio de Camiri. Se calcula que en un mes habrán concluido. En enero, continuarán el relevamiento en los municipios de Cuevo y Lagunillas, que también serán parte de la TCO.

En un pronunciamiento, los cívicos de Cordillera y la Asociación de Ganaderos de Camiri acusaron al gobierno de cometer “actos delictivos, con allanamiento a propiedades privadas, maltratando y torturando a ciudadanos bolivianos sin razón fundada, privando de libertad a humildes guaraníes, atentando contra derechos y principios constitucionales y universalmente consagrados”.

Por ello convocaron “a la unidad en defensa de la legalidad, la constitucionalidad, la democracia, la libertad y el estado de derecho, a defender lo que por historia y en justicia nos corresponde”.

Los terratenientes, autoproclamados “víctimas”, acusan al gobierno de todo tipo de ilegalidades. Algunos sostienen que los policías los torturaron y les mandaron a matar ovejas y gallinas para cocinarlas. La voz principal de los ganaderos la tiene el presidente de la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol), Guido Nayar, que hace años fue –cuándo no– ministro de Gobierno (Interior) del ex dictador Hugo Banzer.

“Rechazo completamente estas insinuaciones de alguna persona y tendrán que demostrarlo. Fueron los propios terratenientes y latifundistas quienes acudieron a la violencia hace unos meses para evitar el saneamiento”, dijo en conferencia de prensa el ministro de Gobierno, Alfredo Rada.

“Si vuelven a hablar de comités de defensa armados, como hicieron hace algunos meses, tendrán que saber que va a haber una respuesta del Estado con la fuerza legal y constitucional”, agregó el ministro.

El gringo Larsen

Luego de abril, cuando el gobierno fue expulsado de estas tierras, los hacendados y la Prefectura iniciaron un plan dentro de la TCO con el espíritu de quitar los deseos de libertad a los guaraníes esclavizados. Se dice que los latifundistas comenzaron a pagar 30 bolivianos (cuatro dólares) por la jornada de trabajo, que generalmente consiste de 14 horas. Antes de abril pagaban 15 bolivianos por día. “Pagaban” es una forma de decir, porque pocas veces el peón guaraní ve algo del dinero. Es costumbre que los patrones paguen en especias, como alimentos y una muda de ropa al año. Quién pone el precio ya se sabe, de modo que los guaraníes quedan permanentemente endeudados. Y las deudas serán la herencia de sus hijos.

La Prefectura, por su parte, empezó a enviar alimentos como parte de un programa gubernamental. También trajo un plan de viviendas, pero en las comunidades aseguran que los regalos se reparten sólo a los guaraníes autonomistas. Los indígenas que exigen el respeto de los derechos básicos quedan de lado por revoltosos. Si los siervos no son dóciles, la opción patronal es expulsarlos de la hacienda, sobre todo para ahorrarse los problemas legales que pudieran ocasionarles.

El gobierno prevé que con el avance del saneamiento de Alto Parapetí, varios hacendados se desharán de los guaraníes que tienen cautivos. Por eso, mediante decreto se comprarán “dos o tres haciendas”. Según el viceministerio una de ellas será Caraparicito, de Larsen. Inmediatamente, estos predios serán entregados al pueblo guaraní como adelanto de la TCO. Allí podrán asentarse los que fueron expulsados.

Miguel Corrales es responsable de Salud de la comunidad yaití, cuyas 15 familias están cautivas de la estancia homónima de Luis Chávez, según denuncia la APG: “Desde abril que no trabajamos más para ellos. A nosotros no nos quieren dar trabajo, aparte no nos pagan bien, no nos conviene. Ahora vino la Prefectura con la construcción de viviendas, pero dieron a la comunidad vecina, El Recreo, y a nosotros nos dejaron a un lao. Pedimos que el gobierno investigue lo que hace la Prefectura. A la otra comunidad la dejaron como autonomista. Antes los guaraníes estábamos bien organizados. No puede ser que un hacendado nos haga esto, engañe a la gente para que nos estemos peleando. Ahora tenemos que luchar por nuestros hermanos esclavizados, por eso apoyamos el trabajo del INRA”.

“No he estudiado ni un día”, contestó Andrea Cerezo Bejarano cuando le preguntaron si sabía leer y escribir. Mientras desgranaba maíz para hacer mote, contó que sirvió como cocinera en Villa Mercedes, “la hacienda de don Alejo Chávez. Ahí nació y ahí murió mi papá. Yo viví en la comunidad hasta los 15 años, cuando mi abuelita murió. Entonces mi papá me llevó a la hacienda. Le pidió al patrón tela porque yo no tenía ropa. En esa época nos daban tela y nos costurábamos. El patrón, en vez de poner la tela a cuenta de mi padre, la puso a cuenta de mí. Así que me puso a trabajar para pagar mi deuda propia. Yo trabajaba y nunca sabía la deuda que pagaba. Nunca veía la plata”.

Andrea cocinaba desde las seis de la mañana hasta las 9 de la noche, lo habitual cuando se es esclavo en la hacienda. Hacia 1980, los guaraníes crearon la APG para defenderse de tantos atropellos. “Cuando llegó la organización de indígenas, los patrones nos decían ‘aquí es privado, no van a poder trabajar en grupo’. Igual seguimos luchando.”

Muchas veces, los guaraníes tienen que servir en otras haciendas donde, aunque poco, pagan con dinero verdadero. “Nunca reconocieron a nuestros padres, que dieron todo su sudor al patrón. Entonces si no pagan, nos vamos a otro lado a trabajar. Y cuando regresamos nos dicen ‘¿por qué no se van de una vez?’. Pero nosotros somos de ahí, es nuestra tierra. No vinimos de otro lado a vivir. Pero ahora vivimos dentro de la propiedad privada, no tenemos tierra. Por eso queremos tierra para nosotros, para nuestros hijos, para nuestros nietos.”

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