martes, 4 de noviembre de 2014

TERRORISMO MEDIATICO EN EDITORIAL DEL DIARIO lanacion.com.ar ; EN CONTRA DE LA PREEXISTENCIA DE LA NACIÓN MAPUCHE-Miércoles 22 de octubre de 2014 | Publicado en edición impresa

Los argumentos falaces sobre el pueblo mapuche

Por Juan Carlos Radovich(1),
Alejandro Balazote(2),
Mónica Berón(3),
Sebastián Valverde(4)
y Gabriel Stecher(5)

En los últimos días nos hemos vuelto a sorprender ante discursos vertidos en diversos medios de comunicación que tienden a negar la preexistencia –y por consiguiente los derechos– del pueblo originario mapuche. Nos alarma que argumentos largamente refutados por una multiplicidad de investigaciones y producciones desde diversas disciplinas (como la antropología social, la historia, la arqueología y la etnohistoria), tanto en nuestro país como en el extranjero, vuelvan a emplearse para llegar a la errónea conclusión de que “Villa La Angostura nunca fue una zona indígena”, fundamentada en una explicación igualmente insólita: que “los mapuche no andaban en los bosques”.
Precisamente los avances científicos de las últimas décadas revelan el grado de dinamismo que poseían los pasos cordilleranos en Norpatagonia –caracterizados por ser zonas boscosas– a partir de la articulación y complementariedad entre los diversos pueblos indígenas entre sí, y a ambos lados de la Cordillera de los Andes.
A la vez, debemos remarcar los vastos testimonios orales de las diferentes familias mapuche asentadas en la zona con anterioridad a la consolidación del Estado en la región y a la “efectiva frontera” con el actual país de Chile.
En plena coherencia con estos relatos de diversas familias, existe una contundente evidencia histórica que da cuenta de la presencia de población mapuche en la zona cordillerana del Departamento Los Lagos.
En este sentido, en el libro Antigüedades en la Región de los Lagos Nahuel Huapi y Traful, autoría de Milcíades Vignati –uno de los primeros etnógrafos de los pueblos indígenas de la Patagonia– (Instituto del Museo de la Universidad Nacional de La Plata. La Plata, Argentina, 1944), se presenta un croquis realizado por el comandante Bejarano en 1872 de la margen norte del lago Nahuel Huapi, el área de la península Huemul y zona cordillerana (de paisaje boscoso). En dicho croquis se puede observar claramente la presencia de tolderías, e incluso figuran los nombres de lonkos mapuche como Saihueque, Ñancucheo y Quenquemtreu (Quintriqueo), este último antepasado de la actual comunidad homónima. Este dato posee gran relevancia, ya que permite demostrar con respaldo documental la presencia ancestral de estas familias con anterioridad a la denominada Conquista del Desierto.
Cabe recordar que cuando se conformó la Colonia Agrícola Pastoril Nahuel Huapi, en el año 1902, les fue otorgado el lote Nº 9 (donde actualmente se asienta el ejido de la localidad de Villa La Angostura) a los pobladores mapuche Ignacio Antriau y José María Paisil. Pero, además, estos pobladores indígenas colaboraron con la “comisión de límites” que trabajó en la zona por aquellos años y que concluyó precisamente con la delimitación de la frontera con Chile en 1902, después del fallo del laudo arbitral británico. Este beneficio a los antepasados que dan origen a la actual comunidad Paichil Antriao les fue otorgado justamente como reconocimiento por su colaboración con la comisión de límites.
El hecho de que Antriau y Paichil colaboraran con los responsables de trazar la delimitación fronteriza es la muestra más elocuente, no solo del grado de conocimiento y uso que efectuaban del territorio –donde en la actualidad se asienta Villa La Angostura–, sino también del hecho de que su asentamiento en la zona era previo a la constitución de los límites entre ambos Estados.
Muchas otras familias mapuche también se encontraban asentadas en la zona cordillerana en las proximidades del lago Nahuel Huapi. Un ejemplo de ello son los Quintupuray del lago Correntoso (que actualmente conforman la comunidad del mismo nombre). Los relatos orales de estas familias revelan la presencia ancestral en su área actual de asentamiento, pero lo mismo afirma el emblemático libro de Curruhuinca Roux Las matanzas del Neuquén. Crónicas mapuches (Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1993), que sostiene: “Los Quinto [por los Quintupuray] se hallaban en Correntoso desde antes que naciera Parques, en el ’34. Desde mucho antes. Se mentaba que vivían allí cuando Roca entró a Neuquén, en el ’79 [por 1879]” (Curruhuinca Roux; 1993:264). Los antecedentes que aquí exponemos (y sobre los cuales no nos explayamos por motivos de espacio) son sólo una breve muestra de los sólidos y vastos antecedentes que desde ya es factible consultar en diversas investigaciones, publicaciones y documentos.
Por otro lado, cabe señalar que la disciplina histórica en las últimas décadas ha asumido visiones mucho más dinámicas y que conciben la sociedad en términos más complejos –que lo considerado tradicionalmente–, donde no puede construirse la historia de la región o localidad recuperando exclusivamente los testimonios de un sector social (en este caso los denominados “pioneros”). Por el contrario, es necesario atender a múltiples grupos sociales (como los pueblos indígenas, criollos de escasos recursos muchas veces también con ascendencia indígena, etc.), de los cuales se han empezado a conocer sus vivencias en años recientes.
Por cierto, dejar afuera a estos grupos sociales sería no considerar a la mayor parte de la población de aquel entonces, que tal como lo revelan los propios censos de la época, estaba constituida –en orden de importancia demográfica– por migrantes chilenos, argentinos de escasos recursos, en tanto los pobladores europeos representaban un porcentaje mínimo.
Según el Segundo Censo de la República Argentina de 1895 (primero efectuado en la región) para el Departamento IV (actualmente Aluminé, Huiliches, Lácar y Los Lagos) la población de nacionalidad europea era de tan solo 34 habitantes (lo que representaba el 1,2% del total) mientras los registrados como chilenos ascendían a 1401 habitantes (51,0%), 1301 argentinos (47,4%) y 10 censados como de “otras nacionalidades” (0,4%) (Segundo Censo de la República Argentina; 1898).
En el tercer censo, de 1914, esta proporción no había variado demasiado, ya que en el Departamento Lagos (actual distrito del mismo nombre junto a Lacar) los argentinos eran 1519 (46,7%), los chilenos 1531 (47,0), los europeos 141 (4,3%) y otros orígenes (1,9%) (Tercer Censo Nacional, 1916).
Como miembros de la comunidad científica deseamos expresar nuestra preocupación por estos mensajes vertidos en diferentes medios de comunicación por autores no especializados que, desconociendo los aportes académicos de varias décadas en relación con el tema (y que son compartidos por vastos sectores de la sociedad), terminan siendo empleados para deslegitimar al pueblo mapuche, creando confusión y despertando sentimientos discriminatorios en la sociedad nacional.
Instamos a la opinión pública en general, a los medios masivos de comunicación y a los funcionarios involucrados a abordar la temática con la complejidad y responsabilidad que se merece, acorde con los avances científicos de las últimas décadas y con lo estipulado en la Constitución nacional, las provinciales, así como las demás legislaciones vigentes –que establecen la autoridad de organismos públicos responsables de este tema– que ya han reconocido al pueblo originario mapuche y a diversas comunidades de la zona.
1. UBA, Conicet, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Inapl).
2. Facultad de Filosofía y Letras (UBA).
3. UBA, Conicet, Presidenta de la Sociedad Argentina de Antropología (SAA).
4. UBA, Conicet.
5. Cátedra de Extensión Rural - Asentamiento Universitario San Martín de los Andes, Universidad Nacional del Comahue.




lanacion.com

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Miércoles 22 de octubre de 2014 | Publicado en edición impresa



Editorial

Propiedad indígena y usurpaciones

Es necesario distinguir entre la existencia de un posible conflicto social y la actitud de aprovechadores de los reclamos de pueblos aborígenes
La conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América activó movimientos indígenas en todo el continente, así como estudios acerca de la situación de los pueblos originarios en varios países latinoamericanos. Sin embargo, la persistencia de abusos y atropellos en otros países de la región no puede dar derechos en naciones ajenas a aquellos conflictos, como es el caso de la Argentina.
Son muy preocupantes las tendencias anárquicas que se vienen produciendo desde hace algunos años en el sur de nuestro país y que se manifiestan en ocupaciones de campos y otras usurpaciones a la propiedad privada, a veces violentas, como ha ocurrido en diversos casos en que fueron removidos cementerios familiares e instalaciones de viviendas o establecimientos destinados a beneficiarse con actividades turísticas.
En efecto, la usurpación de tierras en las provincias de Neuquén y Río Negro ha constituido desde hace ya demasiado tiempo una violación de los legítimos derechos de decenas de propietarios que han visto menoscabado su derecho de propiedad.
La persistencia de las irregularidades y abusos que hoy en día se cometen fueron gatillados por activistas de dudosa o nula legitimidad, y no tendrían otro fin que profundizar un conflicto. Se trata de un cóctel explosivo en el que se combinan reivindicaciones de inexistentes pueblos originarios sobre territorios que consideran tradicionales, por una parte, con acciones clientelistas a cargo de intendentes e incluso de gobernadores que facilitan esas ocupaciones con fines políticos, generando, a su vez, muy serios problemas jurídicos sobre los datos catastrales y los registros de tierras.
Tal como informó recientemente este diario, hay unas 140 causas de reclamos territoriales de mapuches en la Patagonia (60, en Río Negro, y 80, en Neuquén), mientras que 347 representantes de esa comunidad están imputados por el delito de usurpación.
El último hecho grave conocido fue el incendio del refugio Neumeyer, en el Club Andino Bariloche, en tierras del Parque Nacional Nahuel Huapi. Un supuesto sector de esa agrupación aborigen se adjudicó la autoría del ataque. Sin embargo, todas las comunidades y organizaciones regionales indígenas desconocieron al grupo que se identificó como Movimiento Mapuche Autóctono Puel Mapu.
Quienes han estudiado seriamente el origen y destino de los pueblos originarios parecen coincidir en señalar que los mapuches recién habrían llegado a nuestra Patagonia en los últimos cien años y aún hoy continúan migrando hacia la Argentina.
Asimismo, esos estudiosos tienden a coincidir claramente en que son originarios de lo que es hoy el sur de Chile. Y, ciertamente, si no son oriundos de nuestro país, no tienen mayor derecho sobre territorio argentino, como tampoco los tendrían los galeses, hoy legítimamente instalados en Chubut, como los irlandeses y holandeses afincados en la provincia de Buenos Aires, o los checos, croatas e italianos a lo largo del país, por haberse radicado y adquirido nuestra nacionalidad.
Somos nación por haber nacido en un contexto histórico determinado, que abarca el ?descubrimiento, la conquista, la colonización y la organización interna, hasta la conformación institucional como república soberana. Ese proceso político nos constituyó en una Nación-Estado la que, a su vez, nos otorgó legalidad institucional dentro de un ámbito jurídico-político determinado.
Pero, a no engañarse, en el caso de los mapuches, la posesión de la tierra es el fondo de la cuestión. Muy curiosamente, el acento se encuentra puesto en los campos y fincas con mayor valor inmobiliario, aunque también en la inmensa estepa patagónica. Los pequeños pobladores con tenencia precaria son frecuentemente acosados por grupos dirigidos y organizados.
Cuando la reforma constitucional de 1994 consagró el artículo 75 inciso 17 y dispuso que corresponde al Congreso "reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, así como la propiedad y posesión comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan.", estaba dando cumplimiento al artículo 3 de la ley 24.309, que se refería únicamente al reconocimiento étnico y cultural de tales poblaciones, pero sin habilitar la modificación del derecho de propiedad, establecido en la parte dogmática de la Constitución, cuya reforma fue expresamente prohibida.
La consecuencia de esa reforma no ha sido menor, toda vez que, como lo reconocen muchos constitucionalistas, debe ahora armonizarse el tradicional sistema de propiedad privada con esta nueva modalidad de propiedad comunitaria sin que, hasta la fecha, y a veinte años de la reforma constitucional, se haya sancionado una nueva ley de tierras y que no se haya reglamentado acabadamente la cuestión. Es sorprendente, asimismo, que el tema fuera excluido del Código Civil y Comercial de la Nación recientemente sancionado y promulgado.
Nos encontramos frente a otro tema vinculado con el manifiesto deterioro cultural e institucional del que sacan provecho algunos activistas en ambos lados de la Cordillera. Por el momento, la única barrera que el Gobierno ha puesto al avance de estas llamadas comunidades es el consabido populismo instrumentado a través de planes sociales, del acceso a la televisión pública y al dinero de fácil adquisición.
Resulta menester que el Congreso legisle responsablemente sobre esta delicada cuestión a los efectos de establecer límites precisos al ejercicio pleno de los derechos consagrados en la Constitución.
Debe definirse, por ejemplo, qué pueblos son o no originarios, debiendo precisarse en qué condiciones se adquiere el derecho a la propiedad comunitaria de tierras cuya posesión tradicionalmente ocupó otra comunidad, entendiéndose por tales a los que efectivamente mantenían territorios y culturas anteriores a la ocupación de esas tierras, como los guaraníes y los diaguitas, pero evitando que se agazapen los saqueadores detrás de legitimidades inexistentes, como las tribus nómades que cruzaban la Cordillera para, en malones, robar ganado y asolar poblaciones como si ello comportara una práctica comercial legítima.
El reconocimiento claro y preciso de los límites expuestos no excluye que los organismos pertinentes puedan avanzar en una agenda de desarrollo con programas sobre emprendimientos y educación, entre otros, para mejorar la calidad de vida de sectores postergados de la población.
La Patagonia ofrece así un lamentable contexto de abandono y deudas internas, donde se entremezclan pobladores sin papeles con referentes políticos inescrupulosos, con inversionistas con escaso apego productivo y mucho interés especulativo.
A todo eso se agrega la carga histórica de una pretendida guerra no asumida, en la que los colonos de origen criollo y europeo llegaban a esas tierras contemporáneamente al exterminio de los tehuelches en manos de los mapuches o araucanos arribados desde lo que hoy es la República de Chile.
Hay también cierto romanticismo por parte de capitales filantrópicos de origen europeo que suelen apoyar a estos movimientos, siendo que tales fondos son muchas veces captados por oportunistas dedicados a convencer a supuestos descendientes de "recuperar lo que les corresponde" cuando, en realidad, muchas veces se trata de sectores "transculturados", tergiversadores de la verdadera realidad de los hechos, de extracción urbana, lo que termina generando grupos sociales dependientes del Estado.
Es menester distinguir la inexistencia de un pretendido conflicto social de la manifiesta actitud de algunos ventajistas.
La imagen lamentable de la estatua del general Julio Argentino Roca -de cuya muerte se cumplieron cien años el último domingo-, cubierta de pintadas y de leyendas tildando de genocida -un delito inexistente en su tiempo- a quien incorporó importantísimas extensiones a nuestro territorio, no es más que una nueva tergiversación de un relato que sólo pretende esconder la verdad bajo la alfombra para sacar réditos mezquinos.
Resulta necesario poner paz y orden en esta importante cuestión, ejerciendo la ley y la autoridad para que no volvamos a internarnos en un estado de naturaleza preestatal, en el que los hombres libres y justos no tengan ante sus manos otra alternativa más que la defensa propia de sus derechos.

domingo, 2 de noviembre de 2014

EMBAJADOR EDUARDO CONTRERAS: “Los actos terroristas que se han registrado son de la ultraderecha”

EMBAJADOR EDUARDO CONTRERAS: “Los actos terroristas que se han registrado son de la ultraderecha”

16 octubre, 2014 – 18:53

eduardoPor las reformas

El embajador de Chile en Uruguay cree que la ultraderecha está detrás de los ataques con bombas en su país.
Por Marina González / Foto: Sandro Pereyra
Eduardo Contreras es conocido por haber sido el abogado de derechos humanos que, junto con la histórica dirigente comunista chilena Gladys Marín, inició un juicio por el que fue desaforado el ex dictador Augusto Pinochet en 1998. Milita desde hace 50 años en el Partido Comunista, cuyo Comité Central integra, y era diputado en el momento en que Pinochet dio el golpe de Estado, en 1973. A partir de entonces, Contreras pasó largos años exiliado en Panamá, Cuba y México. El político también es periodista y fue subdirector del semanario El Siglo, del Partido Comunista, hasta que asumió en mayo como embajador en Uruguay. En ese medio publica una columna semanal desde hace 25 años.
-¿Cómo evalúa el regreso de su partido al gobierno por primera vez desde 1973?
-El ingreso del Partido Comunista a Nueva Mayoría [la coalición de gobierno] marca un antes y un después. Nosotros no estuvimos de acuerdo con la forma en que se terminó la dictadura, porque se habían establecido pactos. Hubo sectores de la política chilena -la derecha, pero también de la Concertación [coalición ahora sustituida por Nueva Mayoría]- que negociaron, y eso a los comunistas no nos pareció. Los problemas que tenemos como democracia se deben a que Pinochet no fue nunca derrotado, y eso crea una democracia a medias y genera la necesidad de cambios de fondo. Esos cambios de fondo nunca los vimos en programas de gobierno anteriores. Pero ahora está presente la reforma tributaria -que ya es realidad, apenas unos meses después de que Michelle Bachelet asumiera en marzo-, la reforma laboral y, lo más importante, que es una nueva Constitución. Lo que nos suena mal es que tengamos una democracia que se enmarca institucionalmente en una Constitución que es autoritaria, una Constitución que Pinochet impuso en 1980 por la fuerza. A este gobierno sí hay que apoyarlo; hay reforma educacional, hay reforma tributaria, hay reforma de la Constitución. ¿Lo lograremos? Dependerá de la lucha del pueblo.
-¿Cómo va la convivencia con la Democracia Cristiana?
-Bien. No es fácil, y en ese caso Uruguay es un ejemplo. Ustedes crearon el Frente Amplio en una época en que nosotros creamos la Asamblea Popular. Nosotros conseguimos ser gobierno y nos derrocaron. Ustedes no fueron gobierno antes, lo han sido ahora y por lo tanto la alianza entre socialdemócratas, marxistas y cristianos es sólida en Uruguay, tiene muchos años. En Chile es un experimento que recién comienza. Es cierto que hubo un asomo durante el gobierno de Allende, y hubo contactos de sectores progresistas con la democracia cristiana, pero nunca llegó a establecerse una alianza. Yo diría que estamos asistiendo al comienzo de la aceptación de un gran compromiso. Si ese compromiso resulta, creo que ayudará de una manera muy importante a la estabilidad democrática de Chile hacia el futuro. Pero es un proceso. Hoy día hay, de ambos lados, visiones muy distintas en muchos temas. No es igual la relación Partido Comunista-Democracia Cristiana en Uruguay que en Chile. Entre otras cosas, porque la directiva demócrata cristiana de 1973 apoyó el golpe. Eso es algo que pesa mucho en la sociedad chilena, aunque es cierto que con posterioridad estos mismos dirigentes lucharon contra la dictadura.
-¿Cómo funciona la colaboración entre Uruguay y Chile en políticas de derechos humanos vinculadas con sus dictaduras?
Nos admira mucho la adhesión de masas que se expresa en hechos como la Marcha del Silencio. La vi bajo la lluvia. Eso en Chile nunca lo hemos tenido. Marca un respaldo a la lucha contra el olvido; la memoria está presente. En Chile, la lucha carece de universalidad. Los estudiantes no tienen nada al respecto entre sus reivindicaciones, la central de trabajadores tampoco. Sin embargo, en Chile -sin ese respaldo- judicialmente se ha avanzado bastante más. Uno puede pensar que si tuviéramos el apoyo que hay en Uruguay esto sería mucho mejor. Creo que es importante el acuerdo de intercambio de información sobre los juicios por violaciones a los derechos humanos que se firmó cuando vino Michelle [en setiembre]. Esa información mutua puede servir mucho para el avance de los procesos. Nosotros estamos tratando de ayudar en todo lo que tenga que ver con el esclarecimiento de crímenes de uruguayos que fueron asesinados en Chile. Habían ido a Chile a buscar asilo; muchos fueron llevados al Estadio Nacional; también hay víctimas fatales y desaparecidos. He conocido a muchos ex presos políticos uruguayos y he tratado de ayudarlos.
-Hace poco se derogó la ley de amnistía en Chile.
-Era un decreto-ley, el 2.191, de 1978, que a partir de nuestra querella [contra Pinochet] en 1998 dejó de aplicarse, por lo tanto su supresión actual es simbólica. Pero ojo, el gobierno ha hecho bien al pedir la “anulación”, no la derogación. Si se derogaba quería decir que había sido válido y que todos los crímenes cometidos antes podían volver a discutirse, y no se hubieran podido reabrir los casos cerrados por la ley. En cambio, si la anulas, lo que estás diciendo es “nunca existió”, porque tuvo un origen espurio; nunca la discutió un Congreso.
-En Chile hay ante las reformas expectativas muy fuertes tanto como resistencias.
-Una de las características de la sociedad chilena es una radicalización de las posiciones políticas. Aquí nadie se reconoce de derecha ni partidario de la dictadura. En Chile se reconocen y se enorgullecen. Creo que hay un porcentaje no inferior a 25% de la población que sigue siendo nostálgico de Pinochet y de la dictadura. La reforma tributaria, que toca los bolsillos de las grandes empresas, y la reforma de la Constitución, que para mí y para cualquier persona normal son cambios necesarios, para la derecha fascistoide son la revolución marxista. Por lo tanto, yo no tengo ninguna duda de que estos actos terroristas que se han registrado son de la ultraderecha. Es lo mismo que hacían cuando Allende, aunque usen elementos anarquistas.
-¿Usted dice que son anarquistas instrumentalizados por la ultraderecha?
-Mi lógica es la siguiente: cuando no hay cambios no hay terrorismo. ¿A quién le interesan los actos terroristas? A la derecha, a la derecha empresarial. Y no siempre actúan los derechistas en los hechos. Cuando [durante el gobierno de Salvador Allende] el grupo Patria y Libertad empezó a actuar por la CIA, eran casi de izquierda. Yo esos cuentos ya los conozco. Pero no creo que el terrorismo llegue mucho más allá. La derecha se va a oponer, se seguirá oponiendo y tratará de negociar todo lo que pueda para que las reformas sean lo más débiles que sea posible. Pero además hay un sector, sobre todo en la juventud, que tiene muchas expectativas. Esto que estamos peleando ahora no es más que recuperar lo que teníamos. Chile siempre tuvo educación gratuita. Yo soy hijo de modestos trabajadores y pude ser abogado porque la educación era gratuita y de calidad. Esto se acabó en 1973 con la dictadura. Entonces a estos jóvenes de hoy hay que decirles: cálmense, sólo estamos recuperando lo que siempre tuvimos: educación gratis, salud gratis, que todavía no la hemos recuperado, la política tributaria del pasado era mucho más progresista que la de ahora. Por lo tanto, estamos volviendo a ser el Estado democrático avanzado que nos dio un lugar en América Latina hasta 1973. Ahora me parece sano y natural que se exija más: si se puede dos, ¿ por qué no exigir cuatro? Pero el método del terrorismo masivo nunca fue de la izquierda. La izquierda podrá llegar a considerar el uso de la vía armada, pero eso no tiene nada que ver con el terrorismo. La revolución cubana no es un método terrorista. Lo que me interesa es que los jóvenes apoyen los cambios y no se transformen, sin querer, en enemigos del progreso.
-¿Qué sabe de esos grupos “antisistema” chilenos?
-Chile es el país con la mayor desigualdad del mundo. Eso explica que haya un margen muy grande de descontento. Si a eso le agregas un apagón en un Chile culto, durante la dictadura, eso hace que no florezcan ideas científicas respecto del desarrollo de la sociedad y nazcan ideas extravagantes. Antes de ser embajador fui decano en una escuela de derecho de la Universidad Arcis [Arte y Ciencias Sociales, privada]. Yo veía en los rayados [grafitis] cosas como “muera el gobierno”. Al margen de si tú quieres o no que muera el gobierno, hay una cierta lógica, estás hablando de un sector político que gobierna. Pero luego los rayados de los grupos anarquistas eran “muera el Estado”. La organización política de la sociedad no puede morir, no se mata al Estado. Al final encontré un rayado que decía “muera la sociedad”. Creo que las dictaduras engendran estas cosas. Hoy vivimos en un mundo donde las perspectivas revolucionarias no existen a corto plazo. Los jóvenes viven en una gran desigualdad, sin expectativas, no hay luces que muestren el camino. Ahora, si resultan las reformas será distinto.
Miércoles 15 • Octubre • 2014
http://ladiaria.com.uy/articulo/2014/10/por-las-reformas/

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en la escena política chilena.

 
Por la Redacción de ClariNet
Un escuadrón de la muerte fundado por un nieto de Pinochet aspira a convertirse en partido. Aseguran que grupo terrorista Patria y Libertad volvió. Fundador de esta asociación criminal reitera: Grupos duros del pinochetismo y entidades uniformadas están tras atentados con bombas. El sospechoso y desenfrenado auge de los sofisticados y multimillonarios robos a camiones blindados y cajeros automáticos.

La señal más clara de la desesperación ultra, la entregó el ex capitán del Ejército, hijo del vástago tonto de Augusto Pinochet que aspira a contar con un partido neo nazi al estilo de Ucrania y Grecia.

Sin embargo, llama la atención que entre los planteamientos del supuesto movimiento y en un populismo sin caretas, se adscriba a la legalización de la marihuana y pida una asamblea constituyente para la redacción de una nueva Constitución, pero claro, de corte hitleriano.

Todo esto ocurre cuando el 25 de noviembre se conmemorarán 99 años desde el nacimiento del fallecido Pinochet Ugarte, quien encabezó uno de los periodos más controvertidos, sanguinarios y oscuros en la historia de nuestro país.

El intento de saltar a la arena de la contingencia diaria, se hace llamar Movimiento Por Mi Patria, fundado en el puerto de San Antonio, cerquita de lo que fue el centro de torturas de Tejas Verdes, por Augusto Pinochet Molina, nieto del ex comandante en jefe del Ejército y quien hasta el 2006 fuera oficial en dicha institución, desde donde fue dado de baja tras un ácido discurso durante los funerales del tirano en donde destacó que "derrotó en plena Guerra Fría al modelo marxista" y que "su mujer y familia eran vejados por jueces que buscaban más renombre que justicia".

Este movimiento que se reconoce cercano a la centroderecha busca convertirse en un partido político, según informó el canal de la intentona por reponer la hegemonía estadounidense en América Latina, CNN Chile, y ya recoge las firmas que se encuentran en proceso de conteo para poder realizar el requerimiento legal de la inscripción en el Servicio Electoral.

Eduardo Toledo, vicepresidente de Por Mi Patria, destacó entre las propuestas de la colectividad xenófoba la restricción del ingreso y el trabajo a los inmigrantes y la prohibición sancionada por ley que los militares que cumplen condenas por crímenes de lesa humanidad compartan cárcel con delincuentes comunes, como debería ser.
"El militar jamás pensó que iba a estar envuelto en esa contingencia social y política en la cual le tocó participar", sostuvo.

En las próximas semanas se espera que se confirme si se aceptará la inscripción de Por Mi Patria como partido político con el objetivo de competir en las municipales próximas.

Suma y sigue: Aseguran que grupo de ultra derecha Patria y Libertad volvió y un panfleto anti mapuche aparece en una marcha de camioneros en La Araucanía

A través de las redes sociales circula un amenazante escrito contra los pueblos originarios, encontrado en el sector de Cañete. En la hoja recogida por los lugareños, se da cuenta del supuesto regreso de Patria y Libertad, movimiento de corte terrorista usado en 1973 para todo tipo de delitos políticos graves, que llamó a los manifestantes a responder los supuestos ataques de los comuneros mapuches, incluso con la muerte de quienes protesten contra latifundistas y forestales.

El panfleto plantea que se apliquen distintos castigos a los mapuches, según el daño que se les atribuyan, desde disuadir los atentados, que se responderán con cortes en la cara del responsable, hasta su ejecución extra judicial bajo el pretexto de que se trate de ataques directos en contra de personal de Carabineros. Es decir, se exhorta a la policía uniformada a ponerse al margen de la ley.

El infundio, firmado como Patria y Libertad, que en esencia fue una banda fascista paramilitar, autora de sonados asesinatos, que existió en Chile activamente en los años de 1970 y donde militó el cura Raúl Hasbún, tío del vociferante diputado de la UDI de igual apellido y nombre Gustavo, advierte que han regresado porque se cansaron y advierte que acabará a lo que llaman el "terrorista mapuche" a sangre y fuego.

Frente a esto, un fundador de Patria y Libertad reitera: Grupos duros del pinochetismo y entidades uniformadas están tras atentados con bombas

Hasta ahora son tres las personas detenidas por su presunta responsabilidad en los atentados con bombas en Santiago. Para Roberto Thieme, ex jefe operativo de la ultra derecha en armas, éstos bombazos, en realidad, son producto de las acciones de aparatos de índole militar ubicados., sostiene, en  "raras y altas esferas”, con equipos dedicados a desviar la atención de los verdaderos problemas y dramas polémicos que vive el país.

Los atentados con explosivos en la capital volvieron a llenar los titulares de los diarios. Esto luego que la investigación sobre el ocurrido en el Barrio Yungay determinó que Sergio Landskron, quien se pensaba era parte de un grupo terrorista, es una persona en situación de calle, víctima fatal de ataques terroristas.

Nueva información que da mayor gravedad a los ataques y que para Roberto Thieme, quien vivió por años clandestino entregado a sus prácticas de crear el caos, le llevan a considerar que no son grupos anarquistas quienes están detrás de los atentados, sino que se trata de expertos pagados por esferas más sofisticadas, dotadas de medios económicos, entrenadas y operativas. Su teoría apunta a que las bombas son utilizadas como distracción de las campañas del terror contra los intentos por aplicar un puñado de reformas inaplazables para los desafíos que enfrenta el país.
 
"Tenemos que ver el cuadro desde arriba, la situación actual política y económica del país. Se ve que todos estos atentados, que para mí tienen manos de inteligencia, probablemente de Carabineros y apuntan a los medios de comunicación, que son también propiedad de los grandes empresarios en Chile, todos los conocemos".

"Aquí hay efectos, son como las bombas racimos que contribuyen a dañar a mucha gente, a los que estamos luchando por un país mejor, y por el otro lado favorecen a los poderes fácticos, léanse altos mandos de Carabineros, cuerpos de inteligencia como la ANI que quieren más recursos", añadió.

Araucanía: El punto más "caliente de ataques", según la propia Renovación Nacional, una manera solapada de llamar al diablito reaccionario.

No es la primera vez que durante el 2014 vuelve a aparecer el nombre de Patria y Libertad. En las vísperas del 11 de septiembre, la organización volvía a aparecer sobre el tapete de boca del presidente de La Polar, César Barros, quien amenazó que las reformas propuestas por la presidencia, solo provocarían el regreso del grupo.

Tiempo después, el grupo vuelve a la palestra de mano de panfletos que aparecieron en La Araucanía, escenario del conflicto mapuche y, por estos días, del paro de camioneros. Fue entre ellos que comenzó a circular una hoja con mensajes sobre cómo se debe responder la violencia, supuestamente, originada desde la comunidad mapuche.

No hay que olvidar que bajo el mando de León Vilarín, fueron los camioneros – no todos porque los hubo patriotas y luchadores que pagaron muy caro su pensamiento honesto – los que comenzaron a echar toda la carne al asador para el golpe de Estado genocida de septiembre de 1973, que fue financiado por la CIA de los Estados Unidos.  

El odioso panfleto, en todo caso, ha causado molestia en la zona, sobre todo en el mundo político, en que ven reflejadas los recuerdos del pasado. Patria y Libertad aterrorizó a la población en su momento y bajo la supervisión de militares y marinos cometió distintos ataques y crímenes contra la población civil indefensa durante el gobierno de Salvador Allende y que finalmente terminó con el golpe militar, convirtiéndose en una de las bases de la DINA.

Ahora, como lo dice Thieme:, los atentados sí vienen de la extrema derecha es decir se busca repetir la historia aunque las condiciones concretas no son las mismas. Para él, el llamado a la violencia es injustificado y recalcó que no denota necesariamente una organización sólida detrás del mismo, explicando que cualquiera pudo haber impreso ese mensaje desde cualquier cibercafé a lo largo de una nuestra larga y angosta geografía.
 
Para Thieme, pudieron ser los mismos camioneros quienes imprimieron los panfletos y que ellos tienen una "imagen que para mí es errada de lo que fue el movimiento Patria y libertad en la medida en que se considera en el país que fue uno golpista, terrorista, que ponía bomba y amenazaba y mataba gente. Eso está absolutamente desmentido, pero no lo reconoce la gente", asegura algo que se contradice con la memoria histórica de esa etapa en la vida de Chile.
 
Además, el mismo Thieme, como ha dicho antes, asegura que el movimiento no resucitará y jamás logrará estructurarse mínimamente, aunque, "ha habido a lo largo de estos 40 años, grupitos, minúsculos, o locos sueltos que usan la imagen del movimiento para amenazar y amedrentar".

El fundador de Patria y Libertad, explica que estos mensajes responden al actual ambiente que se vive en el país, uno de incertidumbre, de acuerdo a su percepción. Sobre eso, Thieme opinó que "como dijo el embajador (Eduardo) Contreras, que conozco y respeto mucho, que afirmó en Uruguay que la bombas tiene manos de la derecha y yo creo que sí, concuerdo con Eduardo Contreras".
 
Con esto, y ante la consulta sobre si cree que es ese el sector tras los atentados en el Subcentro y estaciones de Metro, Thieme dice que sí, que la responsable es la "ultraderecha con sectores duros del pinochetismo que siguen existiendo, se ignoran, pero existen".
 
La estupidez habitual
Por su parte, el diputado por el distrito 50 de la IX Región De La Araucanía, René Saffirio (DC), consideró que la aparición de este tipo de mensajes constituye el resurgimiento de actitudes feroces y peligrosas y que además, es volver a un "triste recuerdo" de los años anteriores al golpe, en que este movimiento actuó sin misericordia.

"Es, francamente, dramático. Creo que es una incitación manifiesta a cometer actos francamente salvajes, como infligir heridas en el rostro, cortar dedos o, simplemente, matar a personas. Eso tiene que ser investigado, hay claridad respecto de las personas que participaron en esa manifestación y que distribuyeron ese panfleto, de tal forma que con la misma rigurosidad con la que se tienen que investigar los hechos de violencia en la región, exactamente tiene que hacerse con el origen de estas amenazas, que son graves, que vienen de un grupo, uno de triste recuerdo, no sólo en el país, sino en la región", dijo el parlamentario en referencia a las dictaduras sudamericanas del siglo pasado y salvajadas como la Operación Cóndor.

A raíz de la aparición de este mensaje entre los camioneros en paro en el sur, el diputado que, en vista de los detalles del documento (contenido, tipografía y simbología),  consideró que es una evidencia que éste "es un movimiento que ya está operando".
 
"Es una de las tantas estupideces que se ve en grupos de extrema izquierda o de extrema derecha, que pone a la sociedad chilena en momentos de conflicto en una situación de definirse frente a posturas que son violentas y que la mayoría del país rechaza, sea cual sea su origen. Nuestra política está por rechazar cualquier hecho de violencia, amenaza, independiente de dónde provenga", concluyó.
Pero hay otro elemento inquietante: El sospechoso y desenfrenado auge de los sofisticados multimillonarios robos a camiones blindados y cajeros automáticos.
Decenas de miles de millones suman los asaltos, altamente violentos y planificados de las últimas semanas sin que las policías encuentren siquiera pistas a seguir. Menos la siempre despistada agencia de inteligencia estatal, la ANI.
Nos podrán tildar de paranoicos por meter este tema en este reportaje, sin  embargo no solo nosotros creemos que hay antecedentes a considerar seriamente y al menos alertar de que esta ola de asaltos sea parte de una terrorífica campaña desestabilizadora de nuestra institucionalidad, al igual que los bomberos locos. No es la primera vez que la derecha acude al fomento de la delincuencia para acorralar a un régimen que no le gusta.
 
Hay algunas preguntas que nos hacemos y que son inquietantes.
Prácticamente todas las empresas que operan en Chile en el negocio del transporte de valores son de uniformados en retiro, todos ellos ligados directamente o descendientes de personajes al pinochetismo. En sí, es un modelo de negocios para financiar grupos paramilitares reaccionarios.
Elucubrado en los Estados Unidos, permitió la creación de espeluznantes compañías como Blackwater, que no tiene guardias de seguridad sino equipos de asesinos a sueldo y batallones paramilitares usados en combate en Irak y Afganistán.  

No es un misterio que mercenarios chilenos, todos ellos ex miembros de las Fuerzas Armadas, formaron o forman parte en sus filas. Esto ocurre también aquí, debido a que todos los empleados que contratan dichas empresas son ex uniformados, entrenados, se supone con buena puntería y expertos en autodefensa e incluso ataque.  Rambos chilensis…
 
¿Y de donde salieron estas sofisticadas bandas, aún más Rambos que ellos?
En todos los últimos atracos hay claras deficiencias de los funcionarios, metidas de pata incomprensibles, además una información previa, sumamente precisa, manejada por los asaltantes, detallada hasta el milímetro. Por decir lo menos, todo esto es altamente sospechoso.
 
¿Quienes realmente pierden con estos multimillonarios robos?
 
¿Son mayoritariamente los bancos que acumulan y acumulan extraordinarias utilidades a pesar del enfriamiento de la economía?

¿Responden de alguna manera las empresas transportistas de dinero?
 
¿O son las compañías aseguradoras las que pagan los platos rotos?
 
¿Cuánto desembolsa un banco mensualmente por asegurar sus cajeros automáticos? ¿Les han subido las primas?
 
¿Las aseguradoras no serán propiedad de los mismos bancos?
 
Es decir, cuando se roban mil millones de pesos, ¿eso va a pérdida de la empresa robada?
¿Se descuenta de las utilidades a repartir o es un gasto operacional, que incide en el balance y por tanto en disminuir la tributación de la empresa?
Algo huele muy mal en esta escalada, con delincuentes mejor entrenados y capacitados que los que deben efectuar la vigilancia de los vehículos blindados, aparentemente más vulnerables que una lata de conservas.
¿Sería muy injurioso el solo pensar que detrás de esto está el golpismo, el pinochetismo, aliados con las más grandes empresas, no solo para causar pánico y claro deterioro a las instituciones, sino además ganando enormes sumas de dinero, exentas de impuestos y fácilmente exportables a paraísos fiscales?
No es descartable la hipótesis de que exista una importación de paramilitares colombianos, hoy cesantes en su país, ligados al narco y a la represión, hermanos de leche de los ex dinos y cenetas de nuestro terruño.
Este es material para masticar, pensar, alertar a nuestras autoridades, policías, agentes secretos, jueces, fiscales, para que se abran a hipótesis investigativas que no son descabelladas.
 
Su obligación y la nuestra, es seguir investigando e informando a la opinión pública para que nadie ignore a qué nos enfrentamos.
ClariNet