sábado, 17 de diciembre de 2011

2011-GENOCIDIO ARGENTINA:LA CIDH ENTREGARA PARTE DE SUS LEGAJOS DESCLASIFICADOS MEGACAUSA ESMA- 15-12-2011

NO NOS RENDIMOS



NO NOS CALLAMOS



NO L@S OLVIDAMOS







LA CIDH ENTREGARA HOY AL JUEZ TORRES, PARA INCORPORAR A LA MEGACAUSA ESMA, PARTE DE SUS LEGAJOS DESCLASIFICADOS




Imágenes que prueban los vuelos de la muerte







El expediente que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hace público por primera vez incluye más de 130 imágenes e informes de las fuerzas de Uruguay sobre el hallazgo de cuerpos arrastrados por el mar durante la dictadura.


Por Alejandra Dandan




El informe es un texto mecanografiado, fechado el 22 de abril de 1976. Alguien, que podría haber sido un perito, describe las referencias del hallazgo de un cuerpo de sexo femenino, cutis blanco, cabello negro, estatura 1,60 metro; complexión mediana; de unos treinta años y con un tiempo de muerte aproximado de entre 20 y 25 días. El cuerpo apareció, según la misma referencia, en la Laguna de Rocha, de Uruguay, comunicada con el mar. Físicamente “presentaba indicios externos de violencia: signos de violación, probablemente con objetos punzantes; fracturas múltiples y el codo izquierdo destrozado; múltiples fracturas en ambas piernas con indicios de haber sido atadas; enorme cantidad de hematomas diseminados por todo el cuerpo; destrozo total del cráneo y del macizo oseofacial”. No encontró el perito “ningún posible elemento identificatorio”: “El cuerpo fue extraído desnudo de las aguas y las huellas dactilares obtenidas no arrojaron respuestas positivas”.


El informe conservado hasta ahora entre los archivos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ve la luz por primera vez en 32 años. Es parte de un legajo con más de 130 imágenes y partes de la Prefectura y el servicio de inteligencia uruguayos sobre el hallazgo de cuerpos arrastrados por las corrientes marinas hasta las costas de ese territorio, durante los años de la dictadura argentina. Los informes más viejos datan de 1975. Los indicios permiten inferir que serían desaparecidos argentinos. Entre los papeles, un mapa muestra los ciclos de las corrientes y ubica las costas de Buenos Aires como punto de partida. Los documentos son para la Justicia una de las pruebas más claras de la existencia de los vuelos de la muerte: las imágenes muestran los cuerpos atados con ligaduras en las manos y las piernas, sogas armadas con tiras de persianas y marcas de torturas. Los documentos llegaron al país en manos del secretario ejecutivo de la CIDH, el argentino Santiago Cantón, que hoy los entregará en nombre de la Comisión al juez Sergio Torres, encargado de la megacausa ESMA.


Como informó Página/12, para la CIDH la entrega de los documentos representa un cambio de paradigma en su funcionamiento porque es la primera vez que abre sus archivos confidenciales para un proceso de justicia. El valor de los documentos todavía es materia de análisis, pero el juzgado los considera clave no sólo por los vuelos sino porque podrían habilitar una solicitud para que el Estado uruguayo desclasifique todos los documentos relacionados con el hallazgo de cuerpos en la misma época.





La carpeta de documentos tiene solapas de cartulina, todavía contiene los archivos originales, organizados aparentemente por personas, con más de una imagen en cada caso. Las imágenes son impactantes porque, además del estado de los cuerpos, intentan mostrar algunas de las características de los procesos a los que fueron sometidos. En una se ven marcas que parecen ser rastros de la picana en las piernas de una mujer, cuyos dedos están pintados con esmalte de uñas. En otras, hay cables, sogas y trozos de sogas de persianas sujetando las manos de las víctimas, que para el juzgado podrían ser pruebas del modo en que eran “trasladados” los desaparecidos durante los vuelos de la muerte. “Las imágenes están diciendo que esas personas eran tiradas con ligaduras, muestran cómo los sacaban, tienen el valor de tener además datos de los antecedentes o los pasos previos porque muestran que esos cuerpos están marcados con picana, que fueron entonces arrojados al mar en determinadas condiciones”, dicen en el juzgado.



La primera prueba categórica sobre la existencia de los vuelos apareció en 2005 con la identificación de tres cuerpos de Madres de Plaza de Mayo, entre ellos el de Azucena Villaflor, enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. Según el informe del fiscal Eduardo Taiano y el trabajo del Equipo de Antropología Forense (EAAF), los cuerpos presentaban “múltiples traumatismos originados por el choque contra una superficie dura y las fracturas típicas que presentan los huesos largos (eran) compatibles con las producidas por haberse arrojado el cuerpo al mar en los vuelos de la muerte, previa inyección del sedante Pentotal”.



La carpeta


El origen de la carpeta 37 con los archivos de la CIDH todavía es un misterio. Incluso para Cantón. En una de las solapas, de todos modos, se lee “Argentina observation in loco”. Es decir, el archivo corresponde a los documentos que la CIDH habría tomado durante su visita a la Argentina entre el 6 y el 20 de septiembre de 1979. Uno de los problemas para precisar su procedencia es que le falta información de contexto, como la que poseen otros documentos acumulados en esa visita. “Esto estaba en una carpeta guardada hace treinta años –dice Cantón–. Si uno va a ver el archivo tiene que suponer que se entregó durante la visita de la comisión, pero, si fue así o no, no se puede saber. Se pudo haber archivado mal o pudo haber sido información relevante para la visita y se entregó después, pero todo eso lo desconocemos. Son 130 fotos en total. Y es de suponer que están tomadas por un perito. No son fotos de un turista. Lo hizo la Prefectura uruguaya y la policía, se nota con el correr de las hojas que al comienzo lo hicieron con mucha más inocencia y después, cuando se dan cuenta, parecen haber cambiado de fórmula.”


Con el paso del tiempo, hoy puede entenderse que esa documentación que ahora se judicializa por primera vez no contiene las únicas imágenes o los únicos informes que se conocieron de los aparecidos argentinos en la costa uruguaya. El mismo Cantón quiso dejar a salvo ese punto. Porque ni para la CIDH ni para el juzgado importa mucho hoy cuánta difusión hayan tenido estas imágenes en otros espacios, sino que estaban archivadas donde estaban archivadas y que por primera vez una causa que investiga los vuelos de la muerte las incorpora como prueba.


Las fotos, al parecer, tuvieron su propia historia fuera de esos archivos. Es posible pensar que copias de ese juego u otras distintas hayan sido las imágenes que capturó un ex marino uruguayo, Daniel Rey Piuma, que desertó de la fuerza, pidió refugio en Brasil y difundió las imágenes a través de una organización civil a comienzos de los ’80 y luego con un libro, Un marino acusa. Publicado en 1988, el libro no muestra las fotos de los cuerpos por su truculencia, pero reseña informes que coinciden con las que estaban en la CIDH.


Otra pista de la circulación de esas fotos la tiene el Equipo Argentino de Antropología Forense. Los antropólogos que trabajan en la identificación de cuerpos hallados en cementerios de Uruguay cuentan con informes que reflejan los datos existentes en la Justicia uruguaya. Entre esos informes, tienen datos del hallazgo de tres cuerpos el 22 de abril de 1976, como también los hay en el legajo de la CIDH. Y hace años trabajaron en la identificación de otro cuerpo que parece coincidir con otro registrado en el legajo de la CIDH, porque menciona la marca de un tatuaje: “FA”. Para el EAAF, aquel cuerpo podría ser el de Floreal Avellaneda, porque ellos mismos hicieron la identificación antes del juicio realizado en San Martín y, entre otros datos, trabajaron con un tatuaje marcado con esas misma letras.


“Yo no sé si estas fotos han sido o no han sido publicadas alguna vez, pero, sin perjuicio de eso, el valor que tienen hoy por hoy es el valor judicial –dice Cantón–. Porque el juez no las tiene y todas estas cosas le permiten, creo yo probar la existencia de un plan sistemático: indican que los ataban y los tiraban y eso hasta ahora no está probado judicialmente. Todo el mundo sabe que existían los vuelos de la muerte, pero no existe una prueba judicial.”


Los datos



El legajo tiene tres grandes grupos de documentos: informes mecanografiados de tipo pericial, fotos y mapas. Los informes relevan características físicas de las personas al momento de ser encontradas y entre los datos arriesgan una hipótesis sobre el presunto momento de la muerte. La indicación de que la persona podría haber muerto 25 o 30 días antes, por ejemplo, puede ser un indicador para pensar el momento de los “traslados”. También hay descripciones de marcas de pantalones, en ocasiones ropa que sólo se fabricaba en Argentina.






Otro de los informes a los que accedió Página/12, del 22 de abril de 1976, describe a una persona de la que no pudieron establecer el tipo de cutis con exactitud: “posiblemente fuera de raza blanca o amarilla”. De sexo masculino, de entre 30 y 40 años, con cabello “imposible de determinar”, una complexión mediana y un tiempo de muerte estimado entre 25 y 30 días. Los datos son un indicador, por ejemplo, de una de las razones por las que en algún momento los uruguayos creyeron en la hipótesis de que los cuerpos que aparecían en las costas pertenecían a las víctimas del naufragio de un barco asiático. Si bien es posible que los peritos hubiesen puesto “raza blanca o amarilla” porque los rasgos de las personas aparecían alterados por la hinchazón, algún dato de los legajos parece señalar que la versión fue difundida por los militares o la policía uruguaya en el marco de una campaña de desinformación, especulan en la CIDH. Una hipótesis que a los antropólogos del EAAF no les cierra, porque consideran posible la confusión.



Además de las imágenes, hay mapas. Uno señala con referencias las zonas con cuerpos encontrados (Montevideo y Colonia) y las zonas en las que se encontraron restos humanos (entre Carmelo y Colonia, Colonia y Montevideo, y La Paloma y Castillos). Otro mapa es de corrientes marítimas y señala a Buenos Aires como la zona donde fueron arrojados los cuerpos.





Las 65 cajas con archivos


Por Alejandra Dandan



Santiago Cantón, secretario ejecutivo de la CIDH, es una de las personas que promovieron que ese organismo de la OEA abriera los archivos confidenciales recogidos para el histórico informe prohibido de 1980. El acceso a documentos para las causas argentinas empezó a concretarse el mes pasado, durante una visita a la sede de Washington del juez Sergio Torres, quien fue a buscar documentos para la megacausa ESMA. Torres encontró 65 cajas de archivos y copió una selección, pero cuando se topó con imágenes que podrían probar los vuelos de la muerte pidió a la CIDH el material original. Eso es lo que hoy aportará Cantón.



–¿Por qué este legajo demoró tanto en conocerse?



–Para los organismos de este tipo, las denuncias son confidenciales por motivos obvios y no hay un mecanismo para hacer pública esa información. Esto fue parte de la discusión que tuvimos para ver de qué manera entregar esta información a ciertas causas judiciales.



–¿Hay más información?



–Creo que no hay más datos, pero no sabemos porque están guardados como se archivaban hace años. No hay nadie además en la comisión de aquella época. Tendremos que ir sabiéndolo con el tiempo.





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viernes, 16 de diciembre de 2011

2011-GENOCIDIO ARGENTINA:fosa común cadáveres de 15 COMPAÑEROS,Arsenal Miguel de Azcuénaga provincia de Tucumán dictadura militar (1976-1983)






Hallados 15 cadáveres en una fosa de la dictadura argentina




Destacado by Agencias





Los cuerpos, que fueron quemados, se han localizado en un centro de detención clandestino de la provincia de Tucumán


Las autoridades argentinas han hallado una fosa común con los restos mortales de 15 personas en el Arsenal Miguel de Azcuénaga de la provincia de Tucumán (en el norte del país), que durante
la dictadura militar (1976-1983) funcionó como centro de detención clandestino, según ha informado el Centro de Información Judicial. Según fuentes judiciales consultadas por el diario Clarín, los restos mortales pertenecerían a personas desaparecidas durante ese período la dictadura militar. Entre estos restos, habría "cuerpos completos en diferentes posiciones, algunos de ellos atados en las extremidades superiores", algo que se observa con claridad en las imágenes difundidas por fuentes judiciales.


En la fosa, el mayor centro de detención de la provincia, se han encontrado también "elementos asociados a los restos mortales, como proyectiles de armas de fuego, ropa y calzado", así como "círculos de neumáticos" y "rastros de combustión" que indican que los cadáveres, que han sido encontrados enterrados a distintas profundidades, habrían sido quemados.


En opinión de estas fuentes, la quema de los cadáveres y su posterior ocultación en una fosa, "refuerza la presunción de la comisión de un delito de homicidio agravado y un accionar posterior destinados a garantizar la impunidad del delito". Según organizaciones de derechos humanos, la dictadura militar argentina causó 30.000 muertos y desaparecidos.


El hallazgo se ha producido en el marco de la investigación de la 'megacausa' del Arsenal Miguel de Azcuénaga. Allí trabajan desde hace meses el Equipo Argentino de Antropología Forense y el Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán.


Desde 1975, el arsenal funcionó como un centro de detención clandestino siguiendo el modelo de los campos de concentración del régimen nazi, con barracones de prisioneros, doble alambrada y torres de vigilancia.


El gobernador de Tucumán, José Alperovich, ha celebrado el hallazgode la fosa porque "permite a los familiares de las víctimas proporcionarles una tumba" y "es bueno para la sociedad conocer la realidad que se vivió en la dictadura militar y que se negó por la ausencia de cadáveres". "Esta fosa demuestra que el genocidio de la dictadura militar fue tremendo, así como el grado de aberración que hubo en Argentina", dijo el gobernador en declaraciones a la agencia de noticias Télam.




Ultima modificacion el Jueves, 15 de Diciembre de 2011 15:44

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Hallados 15 cadáveres en una fosa de la dictadura argentina

– 15 diciembre, 2011

Posted in: Internacionales

Excavación de la fosa común de la dictadura con 15 cadáveres encontrada en un centro de detención en la provincia de Tucumán. / AFP / EQUIPO ARGENTINO DE ANTROPOLOGÍA FORENSE

Los cuerpos, que fueron quemados, se han localizado en un centro de detención clandestino de la provincia de Tucumán


Las autoridades argentinas han hallado una fosa común con los restos mortales de 15 personas en el Arsenal Miguel de Azcuénaga de la provincia de Tucumán (en el norte del país), que durante la dictadura militar (1976-1983) funcionó como centro de detención clandestino, según ha informado el Centro de Información Judicial. Según fuentes judiciales consultadas por el diario Clarín, los restos mortales pertenecerían a personas desaparecidas durante ese período la dictadura militar. Entre estos restos, habría “cuerpos completos en diferentes posiciones, algunos de ellos atados en las extremidades superiores”, algo que se observa con claridad en las imágenes difundidas por fuentes judiciales.

En la fosa, el mayor centro de detención de la provincia, se han encontrado también “elementos asociados a los restos mortales, como proyectiles de armas de fuego, ropa y calzado”, así como “círculos de neumáticos” y “rastros de combustión” que indican que los cadáveres, que han sido encontrados enterrados a distintas profundidades, habrían sido quemados.

En opinión de estas fuentes, la quema de los cadáveres y su posterior ocultación en una fosa, “refuerza la presunción de la comisión de un delito de homicidio agravado y un accionar posterior destinados a garantizar la impunidad del delito”. Según organizaciones de derechos humanos, la dictadura militar argentina causó 30.000 muertos y desaparecidos.

El hallazgo se ha producido en el marco de la investigación de la ‘megacausa’ del Arsenal Miguel de Azcuénaga. Allí trabajan desde hace meses el Equipo Argentino de Antropología Forense y el Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán.

Desde 1975, el arsenal funcionó como un centro de detención clandestino siguiendo el modelo de los campos de concentración del régimen nazi, con barracones de prisioneros, doble alambrada y torres de vigilancia.

El gobernador de Tucumán, José Alperovich, ha celebrado el hallazgode la fosa porque “permite a los familiares de las víctimas proporcionarles una tumba” y “es bueno para la sociedad conocer la realidad que se vivió en la dictadura militar y que se negó por la ausencia de cadáveres”. “Esta fosa demuestra que el genocidio de la dictadura militar fue tremendo, así como el grado de aberración que hubo en Argentina”, dijo el gobernador en declaraciones a la agencia de noticias Télam
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HALLAN UNA FOSA COMUN Y LOS RESTOS DE VARGAS AIGNASSE



El ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde el propio Bussi participaba de los fusilamientos.
Imagen: Télam


Las víctimas de Bussi



En Tucumán, ayer se encontró una fosa con restos de al menos quince desaparecidos. En otro lugar de la provincia fueron identificados los restos del senador justicialista.

Los esqueletos estaban quemados, con las manos atadas. Fueron encontrados en una fosa común en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, donde funcionó el centro clandestino de detención en el que el dictador Antonio Domingo Bussi, recién fallecido, solía presentarse para fusilar a los secuestrados, disparando él mismo un tiro en la nuca del primero de la fila. La confirmación del hallazgo coincidió con una segunda noticia: también en Tucumán, pero en una fosa ubicada en otro lugar, el Pozo de Vargas, fueron identificados los restos de Guillermo Vargas Aignasse, senador provincial justicialista desaparecido en 1976.
Según el juzgado federal a cargo de Daniel Bejas, que dio a conocer la información sobre los esqueletos encontrados en el ex Arsenal, los cuerpos corresponden a por lo menos 15 personas. En el lugar está trabajando el Equipo Argentino de Antropología Forense, con colaboración del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán.



Los primeros hallazgos en el predio se habían hecho el 31 de marzo pasado, cuando se descubrieron restos óseos humanos y la presencia de paredes quemadas. A partir de eso, un trabajo de meses de los antropólogos permitió encontrar, según detalló el juzgado, “una fosa común con esqueletos completos en diferentes posiciones, varios de ellos atados en las extremidades superiores, algunos con presencia de proyectiles de arma de fuego y vainas asociados directamente”.



El Centro de Información Judicial informó que los cuerpos “se encontraban ubicados como cayeron” en una fosa “que habría sido de quema”, ya que se encontraron restos de neumáticos y rastros de combustión en los cuerpos. Los investigadores estiman que se trató de un lugar de ejecución.



Desde 1975, en el Arsenal funcionó el mayor campo de concentración de Tucumán, con una doble alambrada perimetral y torres de vigilancia. Hasta allí solía ir Bussi para encabezar ejecuciones de prisioneros con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. Un gendarme arrepentido confió que el entonces gobernador de facto mató así a la adolescente Ana María Corral, de 16 años.



Al mismo tiempo que se conocía el hallazgo de los esqueletos en el predio del Arsenal, los familiares del senador Vargas Aignasse confirmaban que habían logrado ser recuperados los restos del dirigente. La identificación se realizó mediante un cotejo del ADN de tres de sus hijos, María Marta, Gerónimo y Mariana. “Fue un momento de mucha conmoción, porque terminamos un proceso de búsqueda que parecía imposible”, señaló Gerónimo Vargas Aignasse. “Uno siempre tiene la esperanza de que va a encontrar a quien está desaparecido. Esa condición es el limbo del horror, no se puede terminar de resolver el duelo.”



El Equipo de Antropología Forense lleva recuperados varios cientos de trozos de ropa, calzados y huesos sacados del Pozo de Vargas, una vieja construcción de mediados del siglo XIX realizada originalmente para extraer agua. Los restos están entremezclados con cal y otros componentes químicos, lo que dificulta la identificación de las víctimas. En este caso, el cotejo genético dio una certeza del 99,9 por ciento.



Hasta ahora se extrajeron muestras del Pozo de hasta unos 50 metros de profundidad, pero quedarían todavía unos 30 metros más para llegar al fondo, donde se presume que estaría la mayor concentración de pruebas.
Por el asesinato de Vargas Aignasse, Bussi fue llevado a juicio oral y condenado a cadena perpetua junto al ex jefe del tercer cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez.



pagina12.


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