lunes, 30 de noviembre de 2009

La Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas reivindica al líder carapintada--30-11-09

La Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas reivindica al líder carapintada

Los apologistas de Seineldín

Por Nora Veiras

El vicealmirante retirado Eduardo Llambí, presunto partícipe en vuelos de la muerte, está en la conducción de la entidad. “¡Ha muerto un soldado!”, señaló tras fallecer el ex coronel.
LA ASOCIACION DE VETERANOS DE GUERRA DE MALVINAS REIVINDICA AL LIDER CARAPINTADA

Los apologistas de Seineldín

El vicealmirante retirado Eduardo Llambí, presunto partícipe en vuelos de la muerte, está en la conducción de la entidad. “¡Ha muerto un soldado!”, señaló tras fallecer el ex coronel.

Por Nora Veiras

“Más allá de compartir o no su ideario político, el coronel Seineldín fue en vida un símbolo de lealtad a sus camaradas y firmeza en sus convicciones. En defensa de ellas soportó largos años de cárcel y al obtener su libertad dijo: ‘En más de una década de cárcel, el sistema tan sólo ha logrado encerrar mis ochenta kilos de carne y huesos. Mi espíritu siempre ha vivido en libertad’.” La apología de Mohamed Alí Seineldín apareció en La Gaceta Malvinense, una publicación de la Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas, en la que conviven en su comisión directiva el vicealmirante retirado Eduardo Llambí, señalado como uno de los partícipes en los vuelos de la muerte, con el director nacional de Transporte Marítimo y Fluvial, el capitán de ultramar Sergio Dorrego.

“¡Ha muerto un soldado! Aveguema informa con dolor el fallecimiento de su socio 2206”, anticipa la primera plana del periódico con la imagen de uniforme y lleno de medallas de Seineldín. La asociación que nuclea a oficiales de las Fuerzas Armadas que participaron de la guerra de Malvinas lo sigue consignando como “coronel retirado” a pesar de que el grado lo perdió por haberse levantado en armas contra la democracia. “En defensa de sus convicciones soportó largos años de cárcel”, explican los veteranos obviando que “sus convicciones” implicaron impulsar las rebeliones carapintadas con el fin de evitar los juicios por delitos de lesa humanidad. Por su rol protagónico en el último levantamiento de 1990 fue condenado a cadena perpetua; Eduardo Duhalde lo indultó –junto al líder guerrillero Enrique Gorriarán Merlo– poco antes de entregarle el mando a Néstor Kirchner.

“Los avatares (sic) de la vida política-institucional de su fuerza y de la Nación misma lo tuvieron como protagonista de hechos trascendentes para el devenir de la historia. Fue un líder nato, un galvanizador de espíritus. Sus soldados lo quisieron sin ninguna duda, basta escuchar sus testimonios”, abunda la nota ilustrada con las fotos del desembarco en Malvinas.

Aveguema es una de las asociaciones de veteranos que, además de la pensión de 2500 pesos que cobran por la Nación, reclama la pensión de guerra para los militares retirados de la provincia de Buenos Aires. Desde el periódico llaman a apoyar la carpa que instaló en La Plata uno de los grupos de veteranos.

La asociación tiene una larga tradición en la que los pergaminos democráticos no son exactamente destacables. El 14 de junio de 2006 convocaron al ya entonces cuestionado arzobispo castrense, Antonio Baseotto, para oficiar la misa en homenaje a los caídos en Malvinas. En la catedral Stella Maris, el obispo aprovechó las intenciones para pedir por la libertad de los camaradas presos. Desde los bancos asentían, entre otros, Mario Benjamín Menéndez, el gobernador de Malvinas que había sido condenado por su impericia y cobardía en el informe realizado por el general Benjamín Rattenbach.

En la comisión directiva se destacan por sus antecedentes el capitán de navío retirado Alfredo Weinstabl y el vicealmirante Eduardo Llambí. “Damos por descontado que Kirchner no aceptará el juego limpio. ¿Qué hará el zar y la zarina en esta encrucijada?”, pronosticó en un blog Weinstabl ante las denuncias de fraude que se repetían en Córdoba cuando se enfrentaron Luis Juez con los hombres del gobernador Juan Schiaretti.

Llambí asumió en persona el lobby para conseguir que a sus camaradas presos por delitos de lesa humanidad los devolvieran a sus casas. En agosto de 2008 se reunió con el procurador penitenciario Francisco Mungnolo para pedirle por Alfredo Astiz y Ricardo Miguel Cavallo, entre otros.

En la conducción de Aveguema aparece también el capitán de ultramar Dorrego, dependiente de la Secretaría de Transporte de la Nación. Dorrego es veterano de Malvinas, pero por su participación en un buque de la Marina Mercante. Sin embargo, la admiración por el comando que participó en Centroamérica como entrenador de torturadores unifica a todos en la asociación de veteranos.
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