sábado, 20 de septiembre de 2008

capitana maria alejandra camps, sanguinarios de la última dictadura militar: Hija Terrorista Estado: general Ramón Camps



capitana maria alejandra camps.

Su padre fue un chacal, ella es la justiciera elegida por Nilda Garré La hija de Ramón Camps, el jefe de la Policía Bonaerense durante la dictadura, está al frente de la asesoría jurídica del Ejército. La ministra de Defensa la puso a cargo de la investigación interna que detectó un entramado de irregularidades en las contrataciones que realiza el Ejército. La causa ya llevó a 31 militares ante la Justicia y podría involucrar al jefe de la fuerza, teniente general Roberto Bendini. En el ámbito castrense es vista como una "traidora". Aunque sabe que es una tarea que genera críticas, ella prefiere no polemizar: "No voy a decir nada, a mí me gusta el bajo perfil".


Por Fernando Oz

Capitana. María Alejandra está al frente de la investigación que tiene en jaque a la jerarquía militar.Nilda Garré presentará en estos días nuevos elementos de prueba para aportar a la causa que gira en torno al escándalo de la megaestafa en las cuentas de diferentes unidades del Ejército. La punta de lanza de la ministra de Defensa es la capitana María Alejandra Camps, hija de uno de los jerarcas más sanguinarios de la última dictadura militar:


El general Ramón Camps. Fue la capitana Camps quien detectó una amalgama de irregularidades en las contrataciones que hacían sus superiores. La oficial es la jefa de la asesoría jurídica del Comando de Intendencia del Ejército, epicentro del escándalo que podría llegar a las puertas del despacho del jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini. En su extenso requerimiento de instrucción de 122 páginas, el fiscal Federal Eduardo Taiano nombró en once oportunidades las acciones que había realizado Camps. También le pidió al juez Federal a cargo de la investigación, Rodolfo Canicoba Corral, que cite a la capitana "en su condición de jefe de División Asesoría Jurídica del Comando de Intendencia, para que brinde precisiones acerca de su intervención en los expedientes de contratación en los que emitiera dictamen". Pese a su pasado como militante de Montoneros, Garré no tuvo ningún tipo de problemas en basar su denuncia en los informes de la hija del jefe de la Policía Bonaerense desde abril de 1976 hasta diciembre de 1977. Gracias –en gran parte– al trabajo de la capitana Camps, la ministra de Defensa llevó a la Justicia a 31 militares, todos supuestamente involucrados en la "manipulación sistemática de procedimientos de contratación de bienes y servicios por parte de funcionarios del Ejército para favorecer a determinadas empresas, en connivencia con los integrantes de éstas". Un ejemplo es el caso del dictamen 30/07, donde la capitana Camps formuló una serie de observaciones en relación con las diversas falencias que presentaba un expediente para una contratación desdoblada de 150 mil pesos. Entre otros puntos, cuestionó la documentación aportada por los oferentes, puesto que no cumplían con las exigencias legales. Pese a ello, el general de brigada Eduardo Salvador Gibelli (jefe del Comando de Intendencia y por lo tanto jefe de Camps) dictó una resolución para aprobar la licitación privada Nº 04/07 y adjudicar a las firmas cuestionadas.

Hoy el general Gibelli es uno de los que encabeza la lista de oficiales que tendrán que desfilar por los tribunales de Comodoro Py para prestar declaración indagatoria como imputado en la megaestafa en las arcas de tres unidades del Ejército. Las mismas maniobras que aplicaba Gibelli en el Comando de Intendencia, según el expediente judicial, eran aplicadas por el general Raúl Horacio Gallardo en el Comando de Operaciones Terrestres, y por el general retirado Héctor Mario Giralda en la Dirección de Asuntos Históricos del Ejército.

Estricta y de bajo perfil. "Desde que nací tuve bajo perfil y voy a seguir manteniéndolo así. Le pido por favor que se dirija a las autoridades del Ministerio de Defensa, yo no voy a decir nada ni voy a dar ningún tipo de declaración", contestó la capitana Camps cuando PERFIL le pidió mantener una entrevista. —Vamos a escribir un artículo sobre usted, por eso nos interesa hablar.

—Ya le dije que me gusta el perfil bajo. Además, no me explique nada, ya me imagino lo que van a publicar. María Alejandra es abogada, pero le gusta llevar uniforme al igual que su padre. Ingresó al cuerpo de profesionales del Ejército "de grande. Algo pasada de edad", explicó a PERFIL una fuente que trabajó con la capitana desde que está en los cuarteles de Palermo. Otro oficial que compartió los mismos pasillos en el Comando de Intendencia la describe de la siguiente manera: "Es callada, de poco trato con los compañeros de trabajo. Toma tecito mientras todos tomamos mate". Después de su rol frente a las contrataciones irregulares, aunque nadie lo diga abiertamente, la capitana Camps es vista como "una traidora" por el entorno de Los Porotos (nombre con el que se describe a los oficiales del servicio de intendencia dentro de las filas del Ejército).

"Lo que pasa es que en los cuarteles la ropa se lava adentro", argumentó uno de los oficiales que podría quedar procesado por los delitos de administración fraudulenta, incumplimiento de los deberes de funcionario público, falsedad ideológica, y asociación ilícita. Más allá de las esquirlas desperdigadas sobre el campamento de los numéricos Porotos, dentro del Ejército la oficial Camps es vista como "un cuadro intachable" y de "una extrema rectitud y apego por las leyes". A diferencia de su hermana, Patricio Alejandro Camps eligió no llevar el mismo uniforme que su padre y se dedicó a la gastronomía. "Es una lástima que mi hermana esté metida en ese tema, pero es su trabajo", dijo el hijo del ex general beneficiado por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y definitivamente por el indulto decretado por el ex presidente Carlos Menem en 1990. Heredero de los sabores del Gato Dumas y alejado de los uniformes, Patricio es uno de los dueños de uno de los exclusivos restaurantes de la Recoleta: La parrilla Clarks. En cambio, su hermana es uno de los brazos ejecutores que utiliza la ministra Garré para perseguir a militares presuntamente corruptos y librar su propia interna con el kirchnerista jefe del Ejército.


http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0295/articulo.php?art=9787&ed=0295




El temible "amo de la vida y de la muerte" Se lo conoció como "el amo de la vida y de la muerte", dirigió la Policía Bonaerense desde abril de 1976 hasta diciembre de 1977 y manejó los peores centros clandestinos de detención. Participó en La Noche de los Lápices y en el secuestro del periodista Jacobo Timerman. Pero pese a su prontuario y de haber sido encontrado culpable de numerosos delitos, el general Ramón Juan Alberto Camps no pasó un solo día tras las rejas. Uno de los pocos en entrevistarlo fue el periodista de la revista española Tiempo Santiago Aroca. Durante el diálogo, que se realizó a fines de 1983, Camps no tuvo problemas en defender la tortura como el camino más corto para conseguir información. También admitió la desaparición de personas y sus simpatías con Hitler. La Justicia Federal condenó al jerarca de la dictadura en diciembre de 1986. La pena era la reclusión perpetua por haberlo encontrado responsable de 214 secuestros extorsivos (de 47 de ellos se desconoce el destino de sus víctimas), 120 casos de tormentos, 32 homicidios, dos violaciones, dos abortos provocados por torturas, 18 robos y diez sustracciones de menores. Claro que la condena nunca la cumplió. Primero se salvó beneficiado por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final impulsadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y después por el indulto decretado por el ex presidente Carlos Menem. En 1994 la muerte encontró a Camps en una fría cama del Hospital Militar Central: el cáncer lo había fulminado.


http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0295/articulo.php?art=9787&ed=0295#sigue



Otra causa que acecha a Bendini Los investigadores de la megaestafa en las licitaciones del Ejército esperan que la Unidad de Auditoría Interna del Ministerio de Defensa finalice un nuevo informe sobre posibles irregularidades en otras unidades militares. Esta situación podría sumar a más militares a la ya extensa lista de imputados. La megaestafa fue denunciada el 7 de agosto por la cartera que comanda la ministra Nilda Garré. Se estipula que el desfalco alcanzaría unos 70 millones de pesos. Para ir a la Justicia sólo se tomaron en cuenta 25 licitaciones "al azar". Las irregularidades fueron detectadas en el Comando de Operaciones Terrestres, en el Batallón de Intendencia 601 y en la Dirección de Asuntos Históricos. Según la denuncia, en la estructura del Ejército había una supuesta asociación ilícita integrada por militares y civiles que se dedicaban a digitar licitaciones. La causa dio un giro después de que el Ministerio de Defensa aportara a la causa como elemento de prueba un correo electrónico "anónimo" que podría involucrar al propio jefe del Ejército, Roberto Bendini. Diario PerfilGarré, irónica: la causa que puede terminar con Bendini preso se apoya en la hija del general Ramón CampsLa investigación que ya puso frente a la justicia a 31 militares sigue adelante. Y María Alejandra Camps es su punta de lanza. 14.09.2008 09:02 María Alejandra Camps, hija de Ramón Camps, y la ministra de Defensa Nilda Garré. Foto: Cedoc Nilda Garré presentará en estos días nuevos elementos de prueba para aportar a la causa que gira en torno al escándalo de la megaestafa en las cuentas de diferentes unidades del Ejército.


La punta de lanza de la ministra de Defensa es la capitana María Alejandra Camps, hija de uno de los jerarcas más sanguinarios de la última dictadura militar: el general Ramón Camps. Fue la capitana Camps quien detectó una amalgama de irregularidades en las contrataciones que hacían sus superiores. La oficial es la jefa de la asesoría jurídica del Comando de Intendencia del Ejército, epicentro del escándalo que podría llegar a las puertas del despacho del jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini.En su extenso requerimiento de instrucción de 122 páginas, el fiscal Federal Eduardo Taiano nombró en once oportunidades las acciones que había realizado Camps.



También le pidió al juez Federal a cargo de la investigación, Rodolfo Canicoba Corral, que cite a la capitana "en su condición de jefe de División Asesoría Jurídica del Comando de Intendencia, para que brinde precisiones acerca de su intervención en los expedientes de contratación en los que emitiera dictamen".Pese a su pasado como militante de Montoneros, Garré no tuvo ningún tipo de problemas en basar su denuncia en los informes de la hija del jefe de la Policía Bonaerense desde abril de 1976 hasta diciembre de 1977.


Gracias –en gran parte– al trabajo de la capitana Camps, la ministra de Defensa llevó a la Justicia a 31 militares, todos supuestamente involucrados en la "manipulación sistemática de procedimientos de contratación de bienes y servicios por parte de funcionarios del Ejército para favorecer a determinadas empresas, en connivencia con los integrantes de éstas".



http://www.perfil.com/contenidos/2008/09/14/noticia_0019.html




EL SEGUNDO DE BENDINI FUE DESIGNADO AL FRENTE DE LA FUERZA

Dos por uno en el Ejército


Por Nora Veiras

Ante su inminente partida a Nueva York, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cubrió rápido la vacante: designó al subjefe del Ejército Luis Alberto Pozzi en reemplazo de Roberto Bendini, quien después de cinco años y cuatro meses en el cargo pidió el retiro compelido por su procesamiento en una causa por peculado. La perinola de nombres empezó a detenerse poco después del mediodía cuando el jefe de Gabinete, Sergio Massa, recibió en su despacho a Pozzi. Ante la ausencia de la ministra de Defensa, Nilda Garré, quien recién anoche regresó de su viaje oficial a Chile, las especulaciones crecían al ritmo de la falta de precisiones. La confirmación de este general de Comunicaciones, con buenas relaciones en el Ministerio de Planificación, no implicó más cambios en la cúpula, pero está lejos de haber conformado las expectativas de renovación. La duda es si será sólo una conducción de transición hasta diciembre, cuando se definen todos los ascensos. Pozzi, a los 60 años, se hace cargo de una fuerza que en el último mes y medio pasó a disponibilidad por orden de Garré a seis generales y otros 38 altos oficiales por denuncias de corrupción.

“Es una decisión de la Presidenta”, explicaban en Defensa sobre la elección de Pozzi y, de inmediato, apelaban al hermetismo sobre qué otro candidato hubieran preferido. “Es de Comunicaciones, lo cual es raro para llegar a la jefatura. No es ni de Caballería ni de Artillería ni de Infantería. Es de perfil bajo, tiene una relación frecuente con la ministra y con el resto de los funcionarios”, se conformaban. Hasta que se vio a este hombre que egresó en 1968 del Colegio Militar en la Rosada, eran muchos los que apostaban al general Daniel Oscar Camponovo, comandante operacional del Estado Mayor Conjunto, y a Sergio Fernández, jefe del II Cuerpo de Ejército, como posibles sucesores de Bendini. Tras la reglamentación de la Ley de Defensa, Camponovo fue designado por Garré en ese cargo que le permite disponer de los medios de las tres fuerzas y se desempeñó como comandante electoral en los últimos comicios. Su designación tampoco hubiese implicado el pase a retiro de más de un par de oficiales. Fernández tiene predicamento dentro de la oficialidad y su ascenso hubiese tronchado la carrera de otros seis generales. Los más audaces levantaban también el nombre de Hernán Prieto Alemandi, uno de los generales más jóvenes. Su encumbramiento habría desplazado a otros 23 altos oficiales.

PáginaI12 informó ayer que una de las alternativas era el ascenso de Pozzi como salida transitoria hasta tanto la Presidenta analizara cada una de las carpetas de las Juntas de Calificaciones. “Esta vez la purga se viene haciendo. No es como cuando asumió Bendini que se pasó a retiro a 19 generales, en la Armada a 14 contraalmirantes y en la Aeronáutica a 10 altos oficiales. El inconveniente es que no se puede garantizar autoridad con un mandato a término”, especulaba un funcionario. Pozzi, como subjefe del Ejército, fue quien tuvo que anunciarle al entonces jefe de Inteligencia Osvaldo Montero, su pase a retiro acusado de conspirar para desplazar a Garré poco antes del cambio de gobierno en noviembre pasado. Pozzi, al igual que Bendini, tenía buena relación con Montero. Como hombre de Comunicaciones, algunos memoriosos recuerdan que se vio envuelto en medio de una puja de intereses empresarios cuando el ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanian decidió implementar el sistema de servicio a la comunidad 911 y convocó a la participación de los especialistas del Ejército. Según informó La Nación en mayo de 2004, los militares habrían ofrecido desarrollar un dispositivo de seguimiento satelital de patrulleros para monitorear la ubicación de los móviles, que Arslanian rechazó. El entonces ministro había ordenado investigar un convenio con la empresa Megatrans SA firmado por sus antecesores Aldo Rico y Ramón Verón. Finalmente, la puja se habría definido a favor de Nec y Siemens, con buenas relaciones con los uniformados.

Money money

Poco antes de escribir su renuncia, Bendini convocó a un grupo de generales y dos le pidieron que diera un paso al costado, porque era evidente que ya no conducía nada. La confirmación de su procesamiento en una investigación que, en realidad, tenía abierta cuando fue elegido en mayo de 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner, aceleró el desenlace. Lo que resulta extraño es que en Gobierno no estuvieran al tanto del derrotero de la causa en la Cámara Federal de Río Gallegos que revocó la falta de mérito que le había permitido a Bendini seguir en el puesto. Ahora, procesado por el desvío de 500 mil pesos del Ejército a una cuenta personal, terminó cayendo por su propio peso. La pena máxima prevista para el delito de peculado es de 10 años.

Desde principios de agosto, Garré, en base al trabajo de una auditoría interna, viene denunciando ante la Justicia los manejos delictivos de altos oficiales del Ejército que habrían comprometido fondos por alrededor de 80 millones de pesos. El aval de la Presidenta fue condición para avanzar en ese sentido. Cuarenta y cuatro altos oficiales –entre ellos seis generales– y 71 civiles están siendo investigados por el juez Rodolfo Canicoba Corral. “Si sos el jefe o das un paso al costado o te hacés cargo, no podés mirar para otro lado”, repetía un alto oficial que hace rato esperaba el relevo de Bendini. La decisión fue cubrir rápido la vacante. Cristina Kirchner habló por teléfono con Garré y la ministra a su vez se comunicó con Sergio Massa, quien ofició de emisario de la decisión. Apenas lo confirmaron en el cargo, Pozzi se reunió con el secretario de Asuntos Militares, Germán Montenegro, para repasar la agenda hasta fin de año. El lunes tendrá su encuentro cara a cara con Garré y se definirá la ceremonia de asunción. Este ingeniero en Comunicaciones, especialista en informática, que desde diciembre de 2006 es el segundo de Bendini tendrá que demostrar que no tiene nada que ver con su antecesor.



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http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-111917-2008-09-20.html


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