viernes, 14 de noviembre de 2008

CARLOS MENEM, HUGO ANZORREGUY Y JUAN JOSE GALEANO SERAN INTERROGADOS POR DESVIAR LA INVESTIGACION DEL ATAQUE A LA AMIA 14-11-08

CARLOS MENEM, HUGO ANZORREGUY Y JUAN JOSE GALEANO SERAN INTERROGADOS POR DESVIAR LA INVESTIGACION DEL ATAQUE A LA AMIA
Un banquillo para los encubridores del atentado

El juez federal Ariel Lijo les adjudica haber interrumpido la investigación de la pista sobre Alberto Jacinto Kanoore Edul, uno de los sospechosos del ataque terrorista.


Por Irina Hauser

Carlos Menem, su hermano Munir, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, el ex juez federal Juan José Galeano y el ex comisario Jorge “El Fino” Palacios fueron, según el juez federal Ariel Lijo, los grandes responsables de que no se conozca la verdad sobre el atentado a la AMIA. Por eso los citó a todos a indagatoria en una resolución que les adjudica un papel determinante en la “interrupción de la investigación” de la pista sobre Alberto Jacinto Kanoore Edul, uno de los principales sospechosos del ataque terrorista. El magistrado basó su decisión en un pedido del fiscal Alberto Nisman, quien les atribuyó una larga lista de delitos que van desde destrucción de pruebas y documentos, incumplimiento de los deberes de funcionario público, falsificaciones y omisión de deberes. Por la suma de imputaciones podrían recibir hasta 21 años de prisión.

Kanoore Edul es un empresario de origen sirio que estuvo en la mira desde los primeros pasos de la pesquisa. Tenía una relación de años con los Menem, aunque el vínculo con el ex presidente había sido cultivado por su padre, Alberto Edul (ver aparte). Uno de los primeros datos que unió a Kanoore Edul con el ataque fue un llamado que ocho días antes le hizo a Carlos Telleldín. Ese mismo domingo, 10 de julio de 1994, Telleldín entregó la Trafic cuyo motor apareció entre los escombros de la AMIA. En la agenda de Kanoore Edul, además, había una lista de once talleres mecánicos, llamativo en alguien dedicado al rubro textil. También figuraban el teléfono y la dirección de Mohsen Rabbani, el ex agregado cultural de la Embajada de Irán sobre quien una semana después del atentado ya recaían sospechas de participación. Ahora tiene pedido de captura. Otra coincidencia es que minutos antes del estallido la empresa Santa Rita, también de empresarios de origen sirio, dejó un volquete en la puerta de la mutual judía y luego otro en la cuadra –Constitución al 2600–, donde tenían domicilio los Kanoore Edul.

Según la resolución del juez Lijo, “el abandono” de esta línea en el expediente y “las conductas ilícitas” que se sucedieron tuvieron un punto de partida concreto. Fue una vista que Kanoore Edul padre hizo a la Casa Rosada el 1º de agosto de 1994, después de la cual Munir Menem, que era director de Audiencias, habló en nombre de su hermano Carlos “con el juez Juan José Galeano, quien luego de dicha comunicación detuvo esa línea de investigación, con el fin de evitar que Alberto Kanoore Edul y personas de su entorno, entre las que se encuentra Mohsen Rabbani, sindicadas como posibles responsables del atentado, no fueran sometidos a proceso penal”, precisa el documento. La misma instrucción, añade, estuvo incluso dirigida a “las fuerzas de seguridad e inteligencia” que intervenían.
Aquel día en que Edul padre apareció en la Casa de Gobierno iban a concretarse allanamientos en tres domicilios de su familia y la detención de su hijo. Al ex juez Galeano se le imputa haber dispuesto con “motivos falsos” la interrupción de los procedimientos que él mismo había ordenado. Uno de los allanamientos ni siquiera se hizo y los otros dos se realizaron al atardecer, pese a que los policías de “El Fino” Palacios merodeaban la cuadra desde bien temprano. El propio comisario, según ya reveló el fiscal Nisman, llamó desde un teléfono a su nombre a dos números de los Edul a las 11.29 y 11.37 de la mañana.

Lijo dice que Palacios prestó “una colaboración necesaria en el ocultamiento de la información que podría incriminar a Alberto Jacinto Kanoore Edul y a su entorno” y omitió aportar “a la investigación” los números de teléfono que él mismo había discado “de manera de imposibilitar su observación por parte de las autoridades judiciales”. Los elementos que se llegaron a secuestrar no fueron analizados por el juzgado de Galeano hasta dos años después, entre ellos la agenda que tenía los datos de Rabbani y la lista de talleres. La agenda recién comenzó a ser investigada en el año 2000. A esa altura nueve de los talleres ya habían desaparecido. Por el allanamiento que no fue y su presunto aporte al encubrimiento será indagado también el comisario inspector Carlos Antonio Castañeda, que estaba a cargo del Departamento de Protección al Orden Constitucional.

El teléfono celular de Alberto Kanoore Edul y los números fijos del grupo familiar fueron intervenidos por orden de Galeano, y a pedido de la SIDE, a partir del 26 de agosto de julio del ’94. Sin embargo, el 2 de agosto, la central de inteligencia cortó las escuchas “sin orden escrita del magistrado” quien, según el juez Lijo, de todos modos “consintió” esa baja con una orden posterior. Por esas “conductas tendientes a ocultar la información” serán interrogados como sospechosos Anzorreguy, ex Señor Cinco, y su subsecretario Juan Carlos Anchezar. A ambos, además, están complicados por haber “consignado falsamente”, en notas entregadas al juzgado, “que las escuchas realizadas” a los Edul “carecían de valor informativo”.

Aquellas grabaciones, al igual que los legajos con las transcripciones desaparecieron, algo que se les imputa a Galeano y a Palacios. Cuando el ex presidente Néstor Kirchner ordenó que se levante el secreto sobre todo el material ligado a la causa AMIA, el fiscal Nisman accedió a los diálogos. Entre ellas, por ejemplo, hay una llamada de Mabel, hermana de Kanoore Edul, en la que le cuenta a la esposa que Edul padre está en la Casa Rosada. En otra comunicación, Alberto Edul habla con el área de Audiencias de Presidencia de la Nación, aporta más datos sobre la situación de su hijo y pide que les sean transmitidas a Munir Menem y a “Beatriz” (por Amira Beatriz Yoma). Lijo señala que esa comunicación fue “concomitante o posterior a los allanamientos”.

Carlos Menem y su hermano Munir deberán presentarse el 9 de diciembre. Anzorreguy y Anchezar tienen cita el 10. Galeano deberá ir a tribunales el 11 y los policías Palacios y Castañeda, un día después. Si bien los delitos que le imputó la fiscalía en conjunto podrían implicar penas muy severas, el juez no les dictó prisión preventiva porque tuvo en cuenta las penas mínimas, que son inferiores a tres años de prisión, o sea, excarcelables.

Todavía queda el enigma sobre el horizonte que les depara a los Edul quienes, según allegados a la causa, sigue viviendo en Buenos Aires. Cuando Kanoore Edul hijo declaró, años atrás, dijo que quería la camioneta para reemplazar una que le habían robado. Tuvo un robo, pero fue varias semanas después. La llamada a Telleldín, aseguró, la había hecho su chofer, pero éste sostuvo que era domingo, un día que nunca trabajó. La mayor parte de la prueba, en rigor, ya no está. La fiscalía apuesta a nuevos indicios bajo análisis. Pasaron catorce años del atentado y aún no se pudo probar cómo se materializó.


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Contactos familiares

La relación de la familia de Alberto Jacinto Kanoore Edul con la de Carlos Menem tiene una larga historia y las une un pasado común en Siria, según refleja el dictamen que presentó en mayo el fiscal Alberto Nisman. Quien tenía el vínculo más estrecho con el ex presidente era el padre: hasta hizo un aporte para la compra del primer departamento del riojano en Capital Federal y colaboró con su campaña electoral, aunque no se sabe si aportó dinero. Durante la presidencia de Menem, Edul padre iba a la Casa Rosada con cierta regularidad donde se veía “fundamentalmente con Menem y en menor medida con Ramón Hernández y Alberto Kohan”, aunque también estaba ligado a los Yoma, según declaró un amigo suyo que era secretario de la Cámara de Comercio. En la Cámara, añadió, Edul tenía reuniones periódicas a la que asistían miembros de Presidencia de la Nación y de la SIDE. En su camino a esos encuentros, contó, pasaba por la central de espías y la Casa Rosada para dejarle a Menem de regalo unas “empanadas árabes”. Kanoore Edul hijo también admitió en su momento la cercanía con Menem, quien incluso les habría facilitado un crédito del Banco Nación en un mal momento económico, dijo. Cuando a Edul padre le tocó hablar en tribunales relativizó todo y dijo que al ex presidente lo conocía sólo como “vecino del barrio” desde hacía 33 años. El día que estaban por detener a su hijo, sin embargo, tuvo las puertas de la Rosada abiertas de par en par.


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Los acusados






- El ex presidente Carlos Menem tenía vínculos con el padre de Alberto Kanoore Edul, quien llamó ocho días antes del ataque a Carlos Telleldín. Kanoore Edul padre visitó la Casa Rosada y luego Munir Menem habló en nombre de su hermano Carlos con el juez Juan José Galeano, quien después de esa comunicación detuvo esa línea de investigación.







- El ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy está acusado junto con Menem de, entre otras cosas, destrucción de pruebas y documentos, incumplimiento de los deberes de funcionario público, falsificaciones y omisión de deberes. Por la suma de imputaciones podrían recibir hasta 21 años de prisión.

- Al ex juez federal Juan José Galeano se le imputa haber dispuesto con “motivos falsos” la interrupción de los procedimientos que él mismo había ordenado.







- Los otros acusados son Munir Menem, el ex comisario Jorge “El Fino” Palacios, el comisario inspector Carlos Antonio Castañeda, que estaba a cargo del Departamento de Protección al Orden Constitucional, y el subsecretario de la SIDE Juan Carlos Anchezar.


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