SE JACTAN DE PUREZA RACIAL ESTOS RASTREROS, LUEGO QUE LOS TERRORISTAS ESTADO OCCIDENTALES IMPLEMENTARAN GENOCIDIO ECOCIDIO EN NUESTROS TERRITORIOS ANCESTRALES DELITOS QUE SON INPRESCRIPTIBLES E INAMNISTIBLE CONSIDERADOS LESA HUMANIDAD INVISIBILIZANDO NUESTRAS COSMOLOGIA ANCESTRALES
DEMANDAMOS FIN TERRORISMO ESTADO COLONIALISTA CHILENO:
TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL
TRIBUNAL CIVIL INTERNACIONAL
¡¡MARICHI WEU!! PETU MONGUELEYIN
http://memoriaoralancestralautobiog.blogspot.com/
http://200.27.6.250/modulos/noticias/constructor/noticia_nueva.asp?id_noticia=257365
7 de Septiembre de 2008
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El retorno del espíritu colonialista
Por Domingo Namuncura*
En un diario de circulación nacional, el historiador Sergio Villalobos ha declarado que en Chile “indígenas puros propiamente no existen”. Señala que sólo existen “agrupaciones mestizas que se formaron sobre las antigüas etnias” y que los actuales descendientes, aparte de colaborar en su propia dominación, son responsables de haber entregado las tierras ancestrales, las que cambiaban por alcohol (al que tenían por aprecio) y que hoy rige respecto de ellas el concepto de propiedad privada. Agrega que el Gobierno es culpable de lo que denomina el actual “desorden” existente en la Araucanía, lo que conlleva toda especie de hechos delictuales y terroristas. Para el historiador, el ambiente existente en la región del sur es fruto de “la propaganda de antropólogos, políticos y agitadores”.
Junto con rechazar estos comentarios y lamentar su oportunidad y violencia conceptual, es necesario señalar que con reiterada frecuencia la prensa conservadora atiza una estrategia destinada a contraponer los derechos indígenas ancestrales con una teoría discriminatoria y racista, de la cual personeros como el profesor Villalobos, o académicos como Gonzalo Vial o editorialistas de estos medios dominantes son importantes exponentes. Una sociedad democrática, que camina hacia la idea de una sociedad tolerante, inclusiva y no discriminatoria, no puede sino observar con preocupación que estos conceptos vertidos por el historiador no solo son injustos, amén de equivocados, sino que despiertan una natural indignación.
La sociedad chilena, efectivamente, tiene un fuerte componente mestizo que supera a la población indígena propiamente tal. Pero los indígenas puros no han desaparecido de Chile, por mucho que hubo intentos genocidas en ese sentido, especialmente bajo gobiernos conservadores y dictaduras militares, y se encuentran vigentes en muchas comunidades originarias del campo e incluso en ciudades. La prueba de ellos radica en la conformación familiar, en la herencia cultural y genética de muchas familias indígenas, tema que no requiere mayor argumentación.
Lo preocupante de las declaraciones de personeros que se inscriben en la línea argumental del profesor Villalobos es que esa forma de referirse a nuestros pueblos indígenas revive un permanente interés dominante y conservador por evadir un tema estructural y de fondo: Chile es un país racista, intolerante, discriminatorio y excluyente para nuestros indígenas. Y ha costado muchas décadas abrir caminos al reconocimiento de una deuda histórica, lo que se logró en parte en Abril del 2004 con el Informe Presidencial de Verdad y Nuevo Trato.
¿Ignora el profesor Villalobos que la pacificación de la Araucanía implicó que el Estado simplemente invadió las tierras indígenas y que contra la voluntad de nuestros pueblos las declaró “tierras fiscales” porque asumió que no tenían dueño o eran terrenos baldíos? ¿Ignora el historiador que muchas de las actuales haciendas o grandes territorios usurpados de este modo a los indígenas chilenos implicó su exilio interno, su desarraigo cultural, la pobreza y la marginalidad que durante décadas han dominado la relación entre indígenas y chilenos?
Hoy denuncia que existen agitadores y propagandistas, amparados por antropólogos y otras entidades que abren camino a la delincuencia y a un supuesto terrorismo regional, pero nada dice acerca de los hechos de inseguridad que afectan a los propios indígenas, a través de la acción de terceros que invaden sus tierras, acosan a sus dirigentes, atemorizan a las comunidades e incitan a la violencia. ¿Tiene resuelto el profesor Villalobos el origen de los actos delictuales ocurridos en la zona de Vilcún y alrededores?. ¿No le parece extraño que estos hechos de violencia ocurren justo semanas después que nuestra Presidenta ha formulado un gran anuncio de políticas públicas destinadas a establecer importantes derechos ancestrales en Chile?....A lo menos, debiéramos pensar en la responsabilidad de grupos interesados en evitar que los derechos indígenas se instalen en Chile con justicia y conforme al Derecho. Por lo mismo, se hace absolutamente indispensable desnudar ante el país a quienes conforman estos grupos y a quienes los amparan y financian.
En Chile los gobiernos de la concertación democrática han realizado importantes esfuerzos destinados a reconocer los derechos de nuestros pueblos indígenas. Lo ha hecho también Naciones Unidas con la declaración universal aprobada en septiembre pasado. Lo ha planteado la propia Iglesia Católica y cabe recordar que todos los candidatos presidenciales desde el año 1999 a la fecha –sin excepción- han comprometido su mejor voluntad para abrir nuevos caminos a este reconocimiento.
En Chile, los indígenas constituimos una diversidad de pueblos que ya existíamos desde antes de la instalación del Estado independiente. Los derechos indígenas fueron subyugados y su patrimonio territorial fue confiscado de muchas maneras. A los indígenas la sociedad los escondió, los redujo y los invisibilizó. Sobrevivieron a estos hechos solamente por la fuerza de su cosmovisión y la transmisión oral de nuestros Lonkos, Lammen y Caciques. En algunos momentos de nuestra historia recuperaron parte de sus derechos. En otros, como en la dictadura militar, mediante un Decreto ignominioso se les quiso borrar del léxico político y jurídico. La dictadura también dijo en 1978 que en Chile no existían indígenas….
Los comentarios del profesor Villalobos son dolorosos por su insensibilidad. No cuestiono sus argumentos a falta de rigurosidad. Cuestiono sus palabras, porque ellas reflejan la existencia de un tipo de sociedad que quisiéramos ver erradicada: la sociedad de la intolerancia. Nos reconforta, sin embargo, el que la voluntad presidencial es sólida en cuanto a cautelar que antes del 2010, Chile habrá cumplido parte fundamental de sus compromisos con los valores y derechos de nuestros indígenas.
*Domingo Namuncura es vicepresidente del PPD
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