Para los militantes del MIR Nelson Herrera Riveros, Mario Lagos Rodríguez y Luciano Aedo
Arias, asesinados en 1984
La verdad tardó 25 años
Lucía Sepúlveda Ruiz
Punto Final
La verdad judicial sobre los asesinatos de los dirigentes miristas Nelson Herrera Riveros, Mario Lagos Rodríguez y Luciano Aedo Arias se impuso tras la completa reconstrucción de escena encabezada por el ministro en visita de la causa, Carlos Aldana, el pasado 23 de septiembre. En la compleja diligencia que revivió el caso Vega Monumental de Concepción (23 de agosto de 1984) participaron un centenar de ex agentes de Santiago, Concepción y Chillán; testigos, peritos y expertos de la policía. Tras contrainterrogatorios, careos, filmaciones y pericias practicadas en el lugar de los hechos, el ministro -que recibió la causa en febrero de 2009, desde la justicia militar - procesó al brigadier ®de ejército Marcos Spiros Derpich Miranda (“Gitano”), segundo al mando de la CNI, como autor intelectual del homicidio de Nelson Herrera en el marco del operativo “Alfa Carbón” contra el trabajo político, social y militar del MIR del BioBio a Valdivia.
Los asesinatos en Valdivia de Juan José Boncompte, Rogelio Tapia y Raúl Barrientos permanecen aún en la impunidad total. Derpich –que en democracia se desempeñó en la DINE, Dirección Nacional de Inteligencia del Ejército hasta ser encausado y luego absuelto en el caso Silbermann -. es el único alto oficial procesado en el caso Vega Monumental, junto a los seis autores materiales de los crímenes.
En abril de este año, el ministro Aldana había realizado la reconstitución de escena de la fase Los Angeles del operativo donde fue asesinado Mario Mujica Barros , procesando a José Antonio Zapata Zapata (“Ramos Sanhueza) y Bruno Antonio Soto Aravena (“Melero”) de la CNI Concepción, por homicidio calificado. En ambos casos, todos los procesados están libres bajo fianza. Derpich pasó sólo 17 días preso en el Regimiento Chacabuco.
Cautivo de Santa Juana
La diligencia permitió aclarar las circunstancias en que fue ultimado Nelson Herrera, de quien sólo se sabía que llegó muerto al hospital regional de Concepción. El auto de procesamiento de Derpich establece: “En circunstancias que Nelson Herrera Riveros descendía del bus se sintieron disparos en el lugar, resultando herido a bala en su región frontal, siendo detenido por agentes de la ex CNI y esposado de sus manos, ingresado a un automóvil al cual subieron 3 a 4 agentes de Santiago que formaban un equipo y se dirigieron al Hospital Regional de Concepción….Pero una vez iniciado su trayecto el jefe del equipo recibió un comunicado radial por la frecuencia o canal 1, del jefe de la división Regionales de la CNI que estaba en el cuartel Regional Concepción de la CNI en Pedro de Valdivia, el cual le ordenó cambiar a la frecuencia 2….recibiendo una orden del señalado jefe, el cual le señaló que el detenido no podía llegar vivo al hospital y que debía ser eliminado o “despachado” …por lo que desviaron su ruta al camino a Santa Juana …bajando al detenido… uno de los agentes colocó su revólver a unos dos centímetros de distancia de la frente de la víctima, disparando sobre la misma un tiro, impactando en la parte frontal de la cabeza de Herrera Riveros”.
Los autores materiales
La confesión provino, entre otros, de José Abel Aravena Ruiz, (“Muñeca”/”Cucharita”, de Santiago, jefe de la Brigada Azul de persecución al MIR, ex miembro de la Brigada Caupolicán y torturador en José Domingo Cañas y Londres 38) y de Sergio Agustín Mateluna Pino (“Guatón Ordenes”, de Concepción). Ellos integraban el equipo asesino a bordo del vehículo, junto a Luis Enrique Andaur Leiva (“Cavieres”, suboficial de Carabineros, Brigada Azul), este último verdugo ejecutor de Herrera. El trío fue procesado por la justicia militar por “violencia innecesaria”. También están procesados los miembros de la Brigada Azul Luis Hernán Gálvez Navarro (“Vitoco”) y Roberto Farías Santelices (“Petete”) (por el asesinato de Luciano Aedo en Hualpencillo); y Manuel Angel Morales Acevedo (“Baretta”), por ultimar a Mario Lagos frente a la Vega Monumental, que bajaba de un taxibus, disparándole cuando estaba con sus brazos en alto.
En el asesinato de Lagos también participaron Hugo Hechenleitner (coronel ® de carabineros, entonces teniente, alias “Comandante Martínez”) cuyo procesamiento inicial fue anulado por el fiscal militar, y Egon Barra ( cabo de ejército,“Siete Fachas”), que no ha sido procesado. Las identidades reales de los agentes se lograron en la justicia militar el 2003, porque en 1984 los agentes declararon con nombres falsos y testimonios armados por el abogado Miguel Parra y consensuados con el fiscal militr de la época, Pedro Marisio.
Como encargado de regiones de la CNI, el entonces coronel Derpich había integrado el mando que junto a Jorge Mandiola, jefe de la CNI de Concepción y Alvaro Corbalán, jefe operativo de la Central Nacional de Informaciones, ejecutó la masacre, planificada con un año de anticipación. Según declaraciones de Mandiola, Derpich viajó en agosto a Concepción con 60 funcionarios al mando de Alvaro Corbalán, alojados en el Regimiento Chacabuco, en tanto que los oficiales lo hicieron en el Hotel Araucano. Diez equipos actuaron en Concepción, Talcahuano, Los Angeles, Valdivia, Coronel y Lota, asesinando a siete dirigentes miristas y deteniendo a 16 militantes del MIR de esa zona, torturados y vejados. Una niña de tres años fue retenida por la CNI y entregada a sus familiares luego de tres días. Alfa Carbón dejó a 13 niños sin padre. Cuatro de ellos son hijos póstumos.
La causa de Valdivia
La Corte de Apelaciones deberá fallar próximamente sobre la petición de la destacada abogada Magdalena Garcés, defensora privada que solicita acumular al caso Vega Monumental/Los Angeles, la querella interpuesta a comienzos de octubre de este año por los familiares de Juan José Boncompte, Rogelio Tapia y Raúl Barrientos asesinados el 24 y 23 de agosto de 1984 en Valdivia,. La profesional, que se hizo cargo de la defensa dos años atrás, fue quien logró el traspaso de la causa de la Vega a la justicia ordinaria, para acumularla con la causa de Los Angeles. Su objetivo final es condenar la triada Mandiola/Corbalán/Derpich que planificó y ordenó el operativo de aniquilamiento del MIR de la zona sur.
La reconstitución, presenciada por Javiera Herrera, Patricia Flores, compañera de Luciano Aedo, Luciano Aedo (hijo), y Rodrigo Muñoz –que militaba con los caídos – fue valorada por los familiares y la defensa. Patricia Zalaquett, viuda de Nelson Herrera comenta: “Los asesinos, que se cubrían con anteojos, gorros y parkas, recibieron un fuerte escarnio público. En la Vega Monumental, la gente bajaba de los edificios de Lorenzo Arenas y les gritaba ‘¡asesinos’! Había lienzos del MIR. En la memoria eso quedó como algo horroroso porque los vecinos vieron como los mataban. En Hualpencillo, donde cayó Luciano, se inició la diligencia, para luego seguir a la Vega y a Santa Juana. Había un bus con 30 agentes, los hacían bajar de a poco. Pero Corbalán se negó a asistir.”
Abogada Garcés, ¿cómo evalúa la diligencia?
“Fue muy bien conducida y realizada. Respecto de Luciano Aedo quedó claro que fue rematado en el suelo y que nunca disparó. Jorge Vargas Bories reconoció que él y Jorge Mandiola estaban presentes. En la Vega donde fue asesinado Mario Lagos. Fue evidente que Hugo Hechenleitner, jefe de uno de los equipos, y Egon Barra, mienten al decir que estaban mirando esos hechos a media cuadra. Barra dijo que desde Santiago les advirtieron que podían morir unos dos agentes en la operación. Ellos siempre hablaron de un herido a manos de los miristas, para mostrarlo como enfrentamiento. En El confesó Hualpencillo, Carlos Palma Löpez, de la Brigada Azul, resultó herido. que quien le disparó no fue Aedo sino el agente Galvez Navarro, por eso lo apodaron “el Bala Loca”. En el caso de Los Angeles, también fue fundamental la reconstrucción de escena del asesinato de Mario Mujica. Se examinó la entrada y salida de las balas, y por orden del juez Aldana sacaron la puerta de la casa, porque ahí estaban las marcas de los disparos. Se estableció que fue un homicidio calificado y hubo fuego cruzado con balas trazadoras de los agentes afuera de la casa.”
Abogada, ¿habrá justicia finalmente?
Hemos avanzado bastante, es un proceso. Sin embargo no está garantizado que podamos procesar a los mandos, y hay que considerar lo que puede pasar en la Corte Suprema y su postura de aplicar la media prescripción y la amnistía en ocasiones. Lo que ocurra está inmerso en esa lógica. Espero que cuando llegue ese momento, la Corte haya cambiado sus criterios actuales.
Patricia ¿qué esperan ahora los familiares?
“A nosotros nos ha hecho muy bien lo que sucedió ahora, porque es difícil vivir con sentimientos de impotencia y rabia frente al Estado chileno, y a su nula falta de apoyo institucional para que haya justicia en el caso de los ejecutados. En dictadura, el fiscal militar Pedro Marisio hizo una reconstrucción de escena con la versión oficial, y nuestros compañeros disparando… Por mucho tiempo esperamos que se reformara la justicia militar y no pasó nada. El programa de DDHH del Ministerio del Interior no toma causas de ejecutados, sólo apoya legalmente los casos de detenidos desaparecidos. Hemos esperado 25 años para ver estos avances y me da temor llegar al punto en que tengamos toda la verdad y el máximo de involucrados y ellos sean absueltos o les apliquen la media prescripción para dejarlos en libertad..La Corte Suprema encontró el resquicio legal para que prevalezca la falta de justicia. Porque la justicia no es sólo la verdad, es el castigo proporcional al daño cometido. Y al final, todo será una lotería, dependerá de la sala penal que nos toque cuando finalmente llegue el caso a la Suprema.”
¿Cómo se han mantenido como colectivo de familiares?
“Por puro cariño no más, entre todas nosotras. Ha sido fundamental, el compromiso, el ejemplo de los que murieron. Eran todos hombres excepcionales, nuestra vida militante con ellos fue muy fructífera, en el plano de los valores. Hay un sello muy importante que dejaron en nosotras como sus compañeras, sus esposas y sus jefes políticos. En esta labor Rodrigo Muñoz, ha sido crucial, ha tenido la objetividad para colaborar muy certeramente en la investigación. Por su parte, Javiera, Germán (hijo de Cristina y Mario Mujica), Luciano (hijo de Luciano Aedo) y Tamara Lagos (de Mario Lagos), junto al estudiante de periodismo Esteban Gómez, hicieron el video “20 años” para dejar un testimonio vivo de lo que fueron sus padres. Se estrenó en Concepción y en Santiago lo mostramos este año en el acto del aniversario número 25. Ha sido muy difícil sensibilizar a la sociedad chilena sobre estos hechos que provocaron horror en Concepción pero que en el resto del país se desconocen.”
- Fuente: www.puntofinal.cl
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