Domingo 2 de septiembre de 2007
Por Luis Narváez y Javier Rebolledo / La Nación Domingo
El contenido del computador portátil incautado al ex general
Los archivos X de Iturriaga
El disco duro del notebook revela detalles de la red que lo protegió y antecedentes inéditos sobre los juicios que enfrenta. La información encontrada indica que sus contactos no sólo le permitieron mantenerse prófugo, sino también elaborar un informe sobre Michael Townley, hasta 1996. Lea aquí un adelanto de su libro, su paso por la temida Escuela de las Américas, en Panamá, y cómo se las arregló para sacarse recientemente una foto con el actual jefe del Ejército, Óscar Izurieta. Su visión política, sus críticas a la Iglesia y a la memoria del general Carlos Prats son sólo una muestra.
Raúl Iturriaga Neumann cambió el camuflaje típico que utilizó en los juegos de guerra, donde se entrenaba con cara pintada, ramas de árboles sobre el casco, armas de todo tipo, corvo, por ropa de ciudadano vulgar, pelo mal teñido y un falso acento español. Así se mantuvo 53 días prófugo, hasta que fue capturado por Investigaciones.
La mayoría de las cosas que le fueron encontradas en el departamento de Viña del Mar, donde se ocultó los últimos dos días antes de la captura, el 7 de agosto, no explicaban el tiempo que logró evadir la condena que hoy cumple por el crimen del mirista Luis Dagoberto San Martín.
La clave para entender su plan estaba en el computador portátil incautado en ese momento y que Iturriaga no alcanzó a intervenir para ocultar los 1,69 gigabytes de valiosa información que escondía el disco duro.
LND logró tener acceso a dicho material que hasta el cierre de esta edición seguía siendo analizado por la Subdirección Operativa de la Policía Civil, a cargo de entregar los informes correspondientes al ministro de fuero Alejandro Solís.
Su contenido es sorprendente. Iturriaga mantenía bases de datos acerca de todo lo referido a su situación: su fuga, las actividades de Investigaciones, recortes de prensa, mapas satelitales del lugar donde estuvo oculto en Vitacura, nombres de militares y sus respectivos correos electrónicos.
Dentro de los 53 archivos que estaban almacenados, el general retirado mantenía cartas dirigidas a sus familiares con instrucciones detalladas para comunicarse con él. Pero también estableció todo un plan de actividades, para seguir evadiendo la acción de la policía, mediante medidas distractivas que debían ser realizadas por su círculo más íntimo.
El notebook guarda los seis primeros capítulos del libro autobiográfico "El vuelo del cóndor", un título que llama la atención debido a que -estando en el alto mando de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA)-, le correspondió coordinar algunas actividades de la Operación Cóndor. Dicha acción fue parte de la coordinación que mantuvieron las dictaduras del cono sur (Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay), a través de sus órganos represivos, para combatir a los opositores políticos.
Abunda en el equipo material gráfico de Iturriaga imágenes de su entorno familiar, con amigos en un fundo de la X Región y con sus camaradas (ex comandos integrantes del Destacamento Tradicional Comandos del Ejército). Al estar sometido a proceso por la justicia y con condena en primera instancia, Iturriaga aparece junto al actual comandante en jefe de la institución castrense, Óscar Izurieta, junto a otros integrantes del organismo de oficiales retirados.
Entre el material que analiza Investigaciones destacan otras fotografías donde resaltan fiestas en la que participó mientras estuvo detenido en el Comando de Telecomunicaciones del Ejército, en Peñalolén. Allí aparece gozando de los privilegios que mantenían los militares que estaban procesados por violaciones de los derechos humanos, en 2003.
En el computador hay también carpetas con documentos de Word, titulados con cada uno de los casos donde el ex comando está involucrado o donde se han dictado sentencias favorables o desfavorables a sus intereses. Entre otros están los casos Prats, Leighton, Lumi Videla y Víctor Olea Alegría.
RED DE PROTECCIÓN
El ministro Solís va a completar casi un mes a la espera del informe donde se detallan las diligencias relativas a todo el material incautado a Iturriaga. Trascendió que el equipo a cargo del subprefecto José Cabión, jefe de la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos Humanos, también incluirá pericias al computador.
El juez ya anunció que no hará una investigación en contra de las personas que ayudaron a Iturriaga en su período contumaz. No obstante, en ese momento no conocía el contenido del computador, que podría arrojar antecedentes tanto de participación de funcionarios públicos en la huida del ex uniformado, como datos sobre las causas de derechos humanos.
En uno de los documentos de Word, titulados "Carta a Pato", Iturriaga habla en tercera persona y se refiere a que lleva 22 días "de vacaciones de invierno". Entrega un detallado informe sobre las actividades desplegadas por la justicia, Investigaciones y Carabineros para ubicarlo en las regiones Metropolitana, V y VII, y se refiere in extenso a los apoyos que recibió.
El documento entrega instrucciones para dar pistas falsas. Ordena "llamar desde un teléfono público al Tata, para que él, escondiendo la mano, eche a correr el rumor de que tu hermano [Iturriaga] fue visto en Iquique. Eso debido a que tiene allí muchos amigos desde cuando fue comandante de la VI División, con sede en esa ciudad, y que ha estado buscando salir del país. No decir que fue visto en Arica porque no se debe sospechar del Tata".
En este mismo sentido, indica la misma instrucción para que se comuniquen con un personaje llamado "Palanca, para que él, escondiendo la mano, eche a correr el rumor de que fue visto en La Unión, debido a que ahí tiene algunos amigos, desde que fue comandante en jefe de la IV División, con sede en Valdivia, y gobernador de la provincia, una de cuyas comunas era La Unión".
Más adelante dice que "él y su entorno deben extremar las medidas de seguridad y mantener un apoyo indirecto y si es posible, con inteligencia, más directo".
Iturriaga tenía planeado mantener sólo por un tiempo su situación de rebeldía. Para ello tenía planeado "entregarse acudiendo, en lo posible muy secretamente, al Comando de Telecomunicaciones", ubicado a un costado del Penal Cordillera, donde debía ingresar el 11 de junio. Y en caso de ser descubierto, el ex comando aseguraba en la misiva que si era descubierto se entregaría pacíficamente.
Junto con los contactos denominados "Tata" y "Palanca", Iturriaga también menciona buscar apoyo al interior de Carabineros. Para ello, sugiere ubicar a un "amigo del Cajón del Maipo, ese que cuando juega tenis contigo se pone un buzo verde, tal vez pueda averiguar qué pasa al interior de Carabineros y a lo mejor por esa misma vía saber para dónde va la pelota en Investigaciones".
CAMARADAS
Otra vía por la que se sospecha recibió apoyo el general (r) Raúl Iturriaga es la de sus ex compañeros de promoción del curso de comando que realizó tanto en Chile como en Panamá, en la denominada Escuela de las Américas, con que EEUU entrenaba militares latinoamericanos para la lucha antisubversiva.
El ex oficial mantenía un listado alfabético de 140 oficiales, algunos en servicio activo, con sus respectivos correos electrónicos. Entre ellos hay 23 generales. Destacan dentro de sus contactos el general Jorge Fuenzalida Rojas, actual jefe de operaciones del Ejército; el general (r) Eugenio Castillo Cádiz, ex secretario privado de Pinochet, investigado por desvío de dineros en el caso Riggs; el coronel (r) Federico Chaigneau, ex integrante de la Brigada Lautaro de la DINA; el general (r) Eugenio Jaque Valenzuela, ex agregado militar en Alemania, investigado por desvío de dineros en el caso Riggs; el general (r) Jaime Orellana Lepe, ex secretario general del Ejército; el coronel (r) Edmundo O Kuinghttons, procesado por vender dos fusiles a narcotrafiantes; el general (r) Carlos Parera, conocido por un desaire al ex Presidente Patricio Aylwin, al inicio de la Parada Militar de 1990, y Christofer Willeke, procesado por el caso Prats, entre otros.
CLASIFICADO: MICHAEL TOWNLEY
Los problemas de Iturriaga y el resto de la cúpula de la DINA con la justicia se iniciaron cuando el agente de la CIA Michael Townley declaró por el atentado con bomba que costó la vida al ex canciller Orlando Letelier y a su secretaria, Ronni Moffit, ocurrido en Washington en 1976. De allí en adelante, el estadounidense dejó al descubierto las actividades que el organismo represivo tuvo en el extranjero, y las principales operaciones en que también involucró a la plana mayor. Es el caso del intento de asesinato a tiros del ex vicepresidente Bernardo Leighton y su esposa, Anita Fresno, y el bombazo con que fueron asesinados en Buenos Aires, en 1974, el general Carlos Prats y su esposa, Sofía Cutberth.
En dichos procesos, Townley señaló que Iturriaga era el jefe del Departamento Exterior de la DINA y que en los casos donde él participó como autor material recibió órdenes directas del entonces coronel.
Desde que Townley confesó que sus crímenes fueron ordenados por la DINA, la plana mayor de la misma ha argumentado en su defensa que los hechos fueron digitados por la CIA.
En su computador, el ex general no sólo demuestra la antipatía que siente por Townley, sino que también deja entrever que le ha hecho un complejo seguimiento que incluye información clasificada sobre él, sus viajes y las identidades que ha utilizado. Fuentes consultadas indican que antecedentes de ese tipo sólo pueden haber sido obtenidos desde organismos policiales o de inteligencia, especialmente estadounidenses, los que corresponden a identidades entregadas al ex agente de la CIA, como parte del programa de protección de testigos al que está acogido.
Un archivo de Word, especialmente dedicado al agente norteamericano, da cuenta de los viajes que realizó desde Chile hacia el exterior y desde varios países hasta nuestro país, desde 1957 hasta 1995 (ver recuadro). En total registró 137 movimientos, donde utiliza 15 identidades falsas, la nacionalidad que ocupó en cada ocasión y los números falsos de pasaporte y carné. Se detalla también la fecha de salida en cada una de las ocasiones, el aeropuerto y, en algunos casos, incluso la razón de los viajes efectuados por Townley en el último tiempo. Por ejemplo, sostiene que en una oportunidad salió del país rumbo a Perú bajo el nombre de Michael Robert Welch porque "vino a pasar la Pascua con sus hijos".
Al mencionar algunas de las fuentes desde donde obtuvo la información clasificada incluso para un general en retiro como él , Iturriaga nombra la base de datos de Policía Internacional, agregando que dicho organismo tiene perfecto conocimiento de los movimientos clandestinos de Townley, ya que quedó registrado en archivos fotográficos. En dicho sentido acusa que las mismas autoridades no lo detuvieron debido a que Townley se ampara en el poder que le otorga el ser agente de la CIA.
Iturriaga revela, por primera vez, en este documento que cuando se inició la investigación en Chile por el crimen de Orlando Letelier, en 1991, tomó contacto con el ex cónsul general de EEUU en Chile, Frederick Purdy (fallecido el año pasado). El ex militar sostiene que dos oficiales el brigadier (r) Luis Mujica Collao y el teniente coronel (r) Hugo Acevedo Godoy fueron testigos de esa conversación donde "Purdy me confirmó que efectivamente Townley era agente de la CIA y que él había sido su contacto en Chile".
No obstante, Mujica Collao desmintió a LND esta información diciendo que "nunca he tenido reunión con los tres".
Otro antecedente que contiene su computador personal y que sería falso es sobre la casa que utilizó el estadounidense, después de 1973. Según Iturriaga, Townley adquirió "una casa en Lo Curro, según lo expresado por Inés Callejas", para lo cual utilizó el nombre falso de John Schmidt. Sin embargo, diligencias recientes de la policía establecieron que en la compra del inmueble, ubicado en calle Vía Naranja 4925, participa un tal Diego Castro Castañeda, la chapa que empleó el ex general mientras estuvo en la DINA, y que luego fue entregada a Michael Vernon Townley Welch.
Junto con la información de las actividades de Townley, Iturriaga hace una relación de los contactos que el agente tuvo con dirigentes del movimiento de ultraderecha Patria y Libertad. En ese contexto menciona a Pablo Rodríguez (abogado de Pinochet), Manuel Fuentes Weding, Miguel Katz (fallecido ex ministro de Pinochet) y los hermanos Bunster (que participan en el atentado del edecán naval Arturo Araya).
Asimismo, menciona que Weding puso en contacto a Townley con el sacerdote Raúl Hasbún, antes de realizar un atentado en Concepción, en 1973.
EL VUELO DEL CÓNDOR
Las existencia de seis de los nueve capítulos prometidos, del libro autobiográfico en el portátil de Iturriaga, revelan que el general ocupó una buena cantidad de tiempo y documentación.
De su lectura se desprende un paseo por la vida del ex uniformado, desde que su padre fue desterrado por una intentona golpista, contra Pedro Aguirre Cerda, en 1939. Iniciada su carrera militar destaca a maestros como Rolf Wenderoth (procesado por violaciones de los derechos humanos) y Julio Canessa (ex senador institucional).
Su cercanía con la derecha se inicia como adolescente, cuando apoya la candidatura de Carlos Ibáñez. Asimismo, su vocación de militar golpista queda de manifiesto no sólo por apoyar la dictadura de Pinochet. En la década de 1960, mientras era entrenado por el Ejército de EEUU en la llamada Escuela de las Américas de Panamá, fue enlace con el hombre fuerte de ese país, Omar Torrijos. De regreso en Chile, en 1968, apoyó el "Tacnazo" del coronel Roberto Viaux y realizó actividades clandestinas.
Ese mismo año participa en reuniones secretas con oficiales de medio rango (capitanes y mayores) y contactó al periodista Augusto "Perro" Olivares para publicar información sobre el descontento que existía en el Ejército hacia el Presidente Eduardo Frei Montalva.
"El nivel de ideologización había llegado a un punto extremadamente serio en Chile. El mismo partido de Gobierno, el Demócrata Cristiano, fue dividido por los extremistas, se creó el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y la Izquierda Cristiana. La ideologización llegó hasta la Iglesia y hay sacerdotes que se adhieren a la Teología de la Liberación", acota Iturriaga.
Sobre la acción de la Iglesia, agrega que "no encontraba comprensible que sacerdotes protegieran a extremistas y colaboraran a incentivar la lucha de clases pregonada por el marxismo".
De hecho, en capítulo VI del libro sostiene que ya en dictadura, una de sus principales tareas, siendo jefe de la Brigada Purén, fue infiltrar las bases sociales, incluyendo a la Iglesia Católica.
Para justificar su convicción aplicada en este sentido, viene una de las partes más insólitas del libro. Quién diría que Iturriaga utilizaría como base de apoyo una cita de las memorias del general Carlos Prats, a quien ayudó a eliminar desde la DINA: "La Democracia Cristiana comete un grave error histórico al menospreciar a las Fuerzas Armadas, en las que se venía acumulando durante 35 años un fermento de frustración profesional".
Explica que "empezaba a conocer en forma directa lo que puede hacer la interferencia política en los militares, o el desconocimiento de lo militar por parte de los políticos".
De ahí en adelante, Iturriaga no gastará palabras en vano para destruir la imagen del general Prats. El ex comando deja atrás su carrera militar y se transforma en un agente represor capaz de justificar los crímenes de la DINA. LND
Cronología de sus viajes e identidades falsas
Su obsesión por Townley
07-04-1957 Entra a Chile proveniente de Estados Unidos. Pasaporte número 365626.
12-1966 Huye de Chile a Estados Unidos por una orden de arraigo del 6º Juzgado del Crimen luego del asesinato de un pintor. Pasaporte número 490577.
08-01-1971 Entra a Chile desde Estados Unidos ya como agente de la CIA. Pasaporte número 490577.
18-10-1973 Entra a Chile proveniente de Estados Unidos con el nombre de Kenneth Enyart. Pasaporte entregado por la CIA 5D22877732.
16-10-1975 Entra a Chile desde Estados Unidos como Kenneth Enyart.
19-07-1976 Entra a Chile proveniente de Argentina bajo el nombre de Juan Andrés Wilson.
31-10-1994 Entra a Chile desde Estados Unidos bajo el nombre de Michael Welch Sterlin. Línea aérea Viasa.
05-11-1994 Sale de Chile a Estados Unidos como Michael Welch Sterlin. Línea aérea Varig.
05-12-1994 Entra a Chile como Michael Welch. Médico cirujano. Pasaporte número 150354380.
16-12-1994 Entra a Chile proveniente de Estados Unidos como Michael Robert Welch. Pasaporte número 101.283.272.
25-12-94 Sale de Chile a Perú Michael Robert Welch. Townley vino a pasar la Navidad con sus hijos.
23-01-1995 Entra a Chile proveniente de Argentina bajo el nombre de Michael Barney Welch.
11-02-1995 Sale de Chile a Estados Unidos con el nombre de Michael Barney Welch.
Total de viajes con todas las identidades: 137.
Por Luis Narváez y Javier Rebolledo / La Nación Domingo
El contenido del computador portátil incautado al ex general
Los archivos X de Iturriaga
El disco duro del notebook revela detalles de la red que lo protegió y antecedentes inéditos sobre los juicios que enfrenta. La información encontrada indica que sus contactos no sólo le permitieron mantenerse prófugo, sino también elaborar un informe sobre Michael Townley, hasta 1996. Lea aquí un adelanto de su libro, su paso por la temida Escuela de las Américas, en Panamá, y cómo se las arregló para sacarse recientemente una foto con el actual jefe del Ejército, Óscar Izurieta. Su visión política, sus críticas a la Iglesia y a la memoria del general Carlos Prats son sólo una muestra.
Raúl Iturriaga Neumann cambió el camuflaje típico que utilizó en los juegos de guerra, donde se entrenaba con cara pintada, ramas de árboles sobre el casco, armas de todo tipo, corvo, por ropa de ciudadano vulgar, pelo mal teñido y un falso acento español. Así se mantuvo 53 días prófugo, hasta que fue capturado por Investigaciones.
La mayoría de las cosas que le fueron encontradas en el departamento de Viña del Mar, donde se ocultó los últimos dos días antes de la captura, el 7 de agosto, no explicaban el tiempo que logró evadir la condena que hoy cumple por el crimen del mirista Luis Dagoberto San Martín.
La clave para entender su plan estaba en el computador portátil incautado en ese momento y que Iturriaga no alcanzó a intervenir para ocultar los 1,69 gigabytes de valiosa información que escondía el disco duro.
LND logró tener acceso a dicho material que hasta el cierre de esta edición seguía siendo analizado por la Subdirección Operativa de la Policía Civil, a cargo de entregar los informes correspondientes al ministro de fuero Alejandro Solís.
Su contenido es sorprendente. Iturriaga mantenía bases de datos acerca de todo lo referido a su situación: su fuga, las actividades de Investigaciones, recortes de prensa, mapas satelitales del lugar donde estuvo oculto en Vitacura, nombres de militares y sus respectivos correos electrónicos.
Dentro de los 53 archivos que estaban almacenados, el general retirado mantenía cartas dirigidas a sus familiares con instrucciones detalladas para comunicarse con él. Pero también estableció todo un plan de actividades, para seguir evadiendo la acción de la policía, mediante medidas distractivas que debían ser realizadas por su círculo más íntimo.
El notebook guarda los seis primeros capítulos del libro autobiográfico "El vuelo del cóndor", un título que llama la atención debido a que -estando en el alto mando de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA)-, le correspondió coordinar algunas actividades de la Operación Cóndor. Dicha acción fue parte de la coordinación que mantuvieron las dictaduras del cono sur (Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay), a través de sus órganos represivos, para combatir a los opositores políticos.
Abunda en el equipo material gráfico de Iturriaga imágenes de su entorno familiar, con amigos en un fundo de la X Región y con sus camaradas (ex comandos integrantes del Destacamento Tradicional Comandos del Ejército). Al estar sometido a proceso por la justicia y con condena en primera instancia, Iturriaga aparece junto al actual comandante en jefe de la institución castrense, Óscar Izurieta, junto a otros integrantes del organismo de oficiales retirados.
Entre el material que analiza Investigaciones destacan otras fotografías donde resaltan fiestas en la que participó mientras estuvo detenido en el Comando de Telecomunicaciones del Ejército, en Peñalolén. Allí aparece gozando de los privilegios que mantenían los militares que estaban procesados por violaciones de los derechos humanos, en 2003.
En el computador hay también carpetas con documentos de Word, titulados con cada uno de los casos donde el ex comando está involucrado o donde se han dictado sentencias favorables o desfavorables a sus intereses. Entre otros están los casos Prats, Leighton, Lumi Videla y Víctor Olea Alegría.
RED DE PROTECCIÓN
El ministro Solís va a completar casi un mes a la espera del informe donde se detallan las diligencias relativas a todo el material incautado a Iturriaga. Trascendió que el equipo a cargo del subprefecto José Cabión, jefe de la Brigada de Asuntos Especiales y Derechos Humanos, también incluirá pericias al computador.
El juez ya anunció que no hará una investigación en contra de las personas que ayudaron a Iturriaga en su período contumaz. No obstante, en ese momento no conocía el contenido del computador, que podría arrojar antecedentes tanto de participación de funcionarios públicos en la huida del ex uniformado, como datos sobre las causas de derechos humanos.
En uno de los documentos de Word, titulados "Carta a Pato", Iturriaga habla en tercera persona y se refiere a que lleva 22 días "de vacaciones de invierno". Entrega un detallado informe sobre las actividades desplegadas por la justicia, Investigaciones y Carabineros para ubicarlo en las regiones Metropolitana, V y VII, y se refiere in extenso a los apoyos que recibió.
El documento entrega instrucciones para dar pistas falsas. Ordena "llamar desde un teléfono público al Tata, para que él, escondiendo la mano, eche a correr el rumor de que tu hermano [Iturriaga] fue visto en Iquique. Eso debido a que tiene allí muchos amigos desde cuando fue comandante de la VI División, con sede en esa ciudad, y que ha estado buscando salir del país. No decir que fue visto en Arica porque no se debe sospechar del Tata".
En este mismo sentido, indica la misma instrucción para que se comuniquen con un personaje llamado "Palanca, para que él, escondiendo la mano, eche a correr el rumor de que fue visto en La Unión, debido a que ahí tiene algunos amigos, desde que fue comandante en jefe de la IV División, con sede en Valdivia, y gobernador de la provincia, una de cuyas comunas era La Unión".
Más adelante dice que "él y su entorno deben extremar las medidas de seguridad y mantener un apoyo indirecto y si es posible, con inteligencia, más directo".
Iturriaga tenía planeado mantener sólo por un tiempo su situación de rebeldía. Para ello tenía planeado "entregarse acudiendo, en lo posible muy secretamente, al Comando de Telecomunicaciones", ubicado a un costado del Penal Cordillera, donde debía ingresar el 11 de junio. Y en caso de ser descubierto, el ex comando aseguraba en la misiva que si era descubierto se entregaría pacíficamente.
Junto con los contactos denominados "Tata" y "Palanca", Iturriaga también menciona buscar apoyo al interior de Carabineros. Para ello, sugiere ubicar a un "amigo del Cajón del Maipo, ese que cuando juega tenis contigo se pone un buzo verde, tal vez pueda averiguar qué pasa al interior de Carabineros y a lo mejor por esa misma vía saber para dónde va la pelota en Investigaciones".
CAMARADAS
Otra vía por la que se sospecha recibió apoyo el general (r) Raúl Iturriaga es la de sus ex compañeros de promoción del curso de comando que realizó tanto en Chile como en Panamá, en la denominada Escuela de las Américas, con que EEUU entrenaba militares latinoamericanos para la lucha antisubversiva.
El ex oficial mantenía un listado alfabético de 140 oficiales, algunos en servicio activo, con sus respectivos correos electrónicos. Entre ellos hay 23 generales. Destacan dentro de sus contactos el general Jorge Fuenzalida Rojas, actual jefe de operaciones del Ejército; el general (r) Eugenio Castillo Cádiz, ex secretario privado de Pinochet, investigado por desvío de dineros en el caso Riggs; el coronel (r) Federico Chaigneau, ex integrante de la Brigada Lautaro de la DINA; el general (r) Eugenio Jaque Valenzuela, ex agregado militar en Alemania, investigado por desvío de dineros en el caso Riggs; el general (r) Jaime Orellana Lepe, ex secretario general del Ejército; el coronel (r) Edmundo O Kuinghttons, procesado por vender dos fusiles a narcotrafiantes; el general (r) Carlos Parera, conocido por un desaire al ex Presidente Patricio Aylwin, al inicio de la Parada Militar de 1990, y Christofer Willeke, procesado por el caso Prats, entre otros.
CLASIFICADO: MICHAEL TOWNLEY
Los problemas de Iturriaga y el resto de la cúpula de la DINA con la justicia se iniciaron cuando el agente de la CIA Michael Townley declaró por el atentado con bomba que costó la vida al ex canciller Orlando Letelier y a su secretaria, Ronni Moffit, ocurrido en Washington en 1976. De allí en adelante, el estadounidense dejó al descubierto las actividades que el organismo represivo tuvo en el extranjero, y las principales operaciones en que también involucró a la plana mayor. Es el caso del intento de asesinato a tiros del ex vicepresidente Bernardo Leighton y su esposa, Anita Fresno, y el bombazo con que fueron asesinados en Buenos Aires, en 1974, el general Carlos Prats y su esposa, Sofía Cutberth.
En dichos procesos, Townley señaló que Iturriaga era el jefe del Departamento Exterior de la DINA y que en los casos donde él participó como autor material recibió órdenes directas del entonces coronel.
Desde que Townley confesó que sus crímenes fueron ordenados por la DINA, la plana mayor de la misma ha argumentado en su defensa que los hechos fueron digitados por la CIA.
En su computador, el ex general no sólo demuestra la antipatía que siente por Townley, sino que también deja entrever que le ha hecho un complejo seguimiento que incluye información clasificada sobre él, sus viajes y las identidades que ha utilizado. Fuentes consultadas indican que antecedentes de ese tipo sólo pueden haber sido obtenidos desde organismos policiales o de inteligencia, especialmente estadounidenses, los que corresponden a identidades entregadas al ex agente de la CIA, como parte del programa de protección de testigos al que está acogido.
Un archivo de Word, especialmente dedicado al agente norteamericano, da cuenta de los viajes que realizó desde Chile hacia el exterior y desde varios países hasta nuestro país, desde 1957 hasta 1995 (ver recuadro). En total registró 137 movimientos, donde utiliza 15 identidades falsas, la nacionalidad que ocupó en cada ocasión y los números falsos de pasaporte y carné. Se detalla también la fecha de salida en cada una de las ocasiones, el aeropuerto y, en algunos casos, incluso la razón de los viajes efectuados por Townley en el último tiempo. Por ejemplo, sostiene que en una oportunidad salió del país rumbo a Perú bajo el nombre de Michael Robert Welch porque "vino a pasar la Pascua con sus hijos".
Al mencionar algunas de las fuentes desde donde obtuvo la información clasificada incluso para un general en retiro como él , Iturriaga nombra la base de datos de Policía Internacional, agregando que dicho organismo tiene perfecto conocimiento de los movimientos clandestinos de Townley, ya que quedó registrado en archivos fotográficos. En dicho sentido acusa que las mismas autoridades no lo detuvieron debido a que Townley se ampara en el poder que le otorga el ser agente de la CIA.
Iturriaga revela, por primera vez, en este documento que cuando se inició la investigación en Chile por el crimen de Orlando Letelier, en 1991, tomó contacto con el ex cónsul general de EEUU en Chile, Frederick Purdy (fallecido el año pasado). El ex militar sostiene que dos oficiales el brigadier (r) Luis Mujica Collao y el teniente coronel (r) Hugo Acevedo Godoy fueron testigos de esa conversación donde "Purdy me confirmó que efectivamente Townley era agente de la CIA y que él había sido su contacto en Chile".
No obstante, Mujica Collao desmintió a LND esta información diciendo que "nunca he tenido reunión con los tres".
Otro antecedente que contiene su computador personal y que sería falso es sobre la casa que utilizó el estadounidense, después de 1973. Según Iturriaga, Townley adquirió "una casa en Lo Curro, según lo expresado por Inés Callejas", para lo cual utilizó el nombre falso de John Schmidt. Sin embargo, diligencias recientes de la policía establecieron que en la compra del inmueble, ubicado en calle Vía Naranja 4925, participa un tal Diego Castro Castañeda, la chapa que empleó el ex general mientras estuvo en la DINA, y que luego fue entregada a Michael Vernon Townley Welch.
Junto con la información de las actividades de Townley, Iturriaga hace una relación de los contactos que el agente tuvo con dirigentes del movimiento de ultraderecha Patria y Libertad. En ese contexto menciona a Pablo Rodríguez (abogado de Pinochet), Manuel Fuentes Weding, Miguel Katz (fallecido ex ministro de Pinochet) y los hermanos Bunster (que participan en el atentado del edecán naval Arturo Araya).
Asimismo, menciona que Weding puso en contacto a Townley con el sacerdote Raúl Hasbún, antes de realizar un atentado en Concepción, en 1973.
EL VUELO DEL CÓNDOR
Las existencia de seis de los nueve capítulos prometidos, del libro autobiográfico en el portátil de Iturriaga, revelan que el general ocupó una buena cantidad de tiempo y documentación.
De su lectura se desprende un paseo por la vida del ex uniformado, desde que su padre fue desterrado por una intentona golpista, contra Pedro Aguirre Cerda, en 1939. Iniciada su carrera militar destaca a maestros como Rolf Wenderoth (procesado por violaciones de los derechos humanos) y Julio Canessa (ex senador institucional).
Su cercanía con la derecha se inicia como adolescente, cuando apoya la candidatura de Carlos Ibáñez. Asimismo, su vocación de militar golpista queda de manifiesto no sólo por apoyar la dictadura de Pinochet. En la década de 1960, mientras era entrenado por el Ejército de EEUU en la llamada Escuela de las Américas de Panamá, fue enlace con el hombre fuerte de ese país, Omar Torrijos. De regreso en Chile, en 1968, apoyó el "Tacnazo" del coronel Roberto Viaux y realizó actividades clandestinas.
Ese mismo año participa en reuniones secretas con oficiales de medio rango (capitanes y mayores) y contactó al periodista Augusto "Perro" Olivares para publicar información sobre el descontento que existía en el Ejército hacia el Presidente Eduardo Frei Montalva.
"El nivel de ideologización había llegado a un punto extremadamente serio en Chile. El mismo partido de Gobierno, el Demócrata Cristiano, fue dividido por los extremistas, se creó el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y la Izquierda Cristiana. La ideologización llegó hasta la Iglesia y hay sacerdotes que se adhieren a la Teología de la Liberación", acota Iturriaga.
Sobre la acción de la Iglesia, agrega que "no encontraba comprensible que sacerdotes protegieran a extremistas y colaboraran a incentivar la lucha de clases pregonada por el marxismo".
De hecho, en capítulo VI del libro sostiene que ya en dictadura, una de sus principales tareas, siendo jefe de la Brigada Purén, fue infiltrar las bases sociales, incluyendo a la Iglesia Católica.
Para justificar su convicción aplicada en este sentido, viene una de las partes más insólitas del libro. Quién diría que Iturriaga utilizaría como base de apoyo una cita de las memorias del general Carlos Prats, a quien ayudó a eliminar desde la DINA: "La Democracia Cristiana comete un grave error histórico al menospreciar a las Fuerzas Armadas, en las que se venía acumulando durante 35 años un fermento de frustración profesional".
Explica que "empezaba a conocer en forma directa lo que puede hacer la interferencia política en los militares, o el desconocimiento de lo militar por parte de los políticos".
De ahí en adelante, Iturriaga no gastará palabras en vano para destruir la imagen del general Prats. El ex comando deja atrás su carrera militar y se transforma en un agente represor capaz de justificar los crímenes de la DINA. LND
Cronología de sus viajes e identidades falsas
Su obsesión por Townley
07-04-1957 Entra a Chile proveniente de Estados Unidos. Pasaporte número 365626.
12-1966 Huye de Chile a Estados Unidos por una orden de arraigo del 6º Juzgado del Crimen luego del asesinato de un pintor. Pasaporte número 490577.
08-01-1971 Entra a Chile desde Estados Unidos ya como agente de la CIA. Pasaporte número 490577.
18-10-1973 Entra a Chile proveniente de Estados Unidos con el nombre de Kenneth Enyart. Pasaporte entregado por la CIA 5D22877732.
16-10-1975 Entra a Chile desde Estados Unidos como Kenneth Enyart.
19-07-1976 Entra a Chile proveniente de Argentina bajo el nombre de Juan Andrés Wilson.
31-10-1994 Entra a Chile desde Estados Unidos bajo el nombre de Michael Welch Sterlin. Línea aérea Viasa.
05-11-1994 Sale de Chile a Estados Unidos como Michael Welch Sterlin. Línea aérea Varig.
05-12-1994 Entra a Chile como Michael Welch. Médico cirujano. Pasaporte número 150354380.
16-12-1994 Entra a Chile proveniente de Estados Unidos como Michael Robert Welch. Pasaporte número 101.283.272.
25-12-94 Sale de Chile a Perú Michael Robert Welch. Townley vino a pasar la Navidad con sus hijos.
23-01-1995 Entra a Chile proveniente de Argentina bajo el nombre de Michael Barney Welch.
11-02-1995 Sale de Chile a Estados Unidos con el nombre de Michael Barney Welch.
Total de viajes con todas las identidades: 137.
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