24 de Octubre de 2008
Análisis La PDI y el crimen organizado
En términos reales la red descubierta contiene todos los elementos que tipifican al crimen organizado tal como lo describen diversos instrumentos internacionales, la ONU y varias legislaciones más avanzadas que la nuestra.
El trabajo sucio de la PDI en territorio Ancestral Mapuce: http://www.kilapan.entodaspartes.net/
Por Santiago Escobar
Es importante que haya sido la propia justicia, concretamente la Corte Suprema, la que ordenara las investigaciones que hasta el momento involucran a unas 38 personas entre policías, miembros del poder judicial y de otras reparticiones públicas del ámbito del gobierno de la seguridad, según lo declarado por el propio Presidente del máximo tribunal, Urbano Marín.
Por el contrario, no resulta ni prudente ni deseable que el ministro vocero de gobierno Francisco Vidal salga a declarar que la Policía de Investigaciones “no es corrupta”, que es “un lujo para Chile” y que “la PDI y Carabineros de Chile son las instituciones más confiables, mucho más confiable que los políticos y la prensa, por ejemplo".
No es prudente porque entorpece las investigaciones generando una indebida confianza anticipada e indeterminada, que eventuales delincuentes agazapados en la PDI pueden utilizar para enmascararse.
No es deseable porque nadie está acusando de corrupta a la institución hasta ahora, y el tono admonitorio de sus palabras parece más un intento de encubrir de manera anticipada la responsabilidad del mando de la PDI en el tema, el que debe una explicación clara acerca de lo ocurrido.
Se hace evidente, además, que el atolondramiento del gobierno contrasta con lo actuado por la Corte Suprema, dejando la sospecha que está improvisando en esta materia.
Esas ideas están corroboradas en la Convención de Palermo y diversos instrumentos de la ONU y acuerdos multilaterales. Entre ellas las del Grupo de Acción Financiera Internacional GAFI, del Grupo de los Siete, en relación al crimen organizado transnacional y el lavado de activos.
Las autoridades nacionales debieran ponderar, y hacer una pedagogía al respecto, que existe una enorme cantidad de conductas tipificadas en este ámbito, que normalmente se presentan relacionadas o correlacionadas. El tráfico de drogas, el tráfico de personas, la trata de personas, el blanqueo de dinero, la corrupción de funcionarios públicos, los delitos cibernéticos, y muchos otros. En un mundo globalizado, además, el paso de lo nacional a lo internacional requiere de un muy leve impulso.
Por otro lado, y en el caso descubierto importa mucho, la percepción de que este se manifiesta como una estructura burocrática altamente centralizada no corresponde necesariamente a la realidad.
Por estas y muchas otras razones la llamada red de corrupción descubierta es crimen organizado. Por lo tanto, debiéramos esperar una investigación acuciosa a ver si hay estudios de abogados involucrados, si hay más jueces, y que, eventualmente, la organización tenga también canales de salida internacional, con itinerarios y controles blandos para permitir la salida de delincuentes del país. O sea ver si está en una división mayor del trabajo.
http://www.elmostrador.cl/index.php?/noticias/articulo/la_pdi_y_el_crimen_organizado
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Análisis La PDI y el crimen organizado
En términos reales la red descubierta contiene todos los elementos que tipifican al crimen organizado tal como lo describen diversos instrumentos internacionales, la ONU y varias legislaciones más avanzadas que la nuestra.
El trabajo sucio de la PDI en territorio Ancestral Mapuce: http://www.kilapan.entodaspartes.net/
Por Santiago Escobar
La red delictual descubierta la semana pasada por el Ministerio Público se llama crimen organizado. Aunque es entendible la cautela de las autoridades mientras no se conozca la profundidad del hecho, el uso de un lenguaje ambiguo hace que se pierda una excelente oportunidad para una pedagogía cívica que muestre que el país no está exento de este problema y se certifique la probidad de sus instituciones.
Es importante que haya sido la propia justicia, concretamente la Corte Suprema, la que ordenara las investigaciones que hasta el momento involucran a unas 38 personas entre policías, miembros del poder judicial y de otras reparticiones públicas del ámbito del gobierno de la seguridad, según lo declarado por el propio Presidente del máximo tribunal, Urbano Marín.
Por el contrario, no resulta ni prudente ni deseable que el ministro vocero de gobierno Francisco Vidal salga a declarar que la Policía de Investigaciones “no es corrupta”, que es “un lujo para Chile” y que “la PDI y Carabineros de Chile son las instituciones más confiables, mucho más confiable que los políticos y la prensa, por ejemplo".
No es prudente porque entorpece las investigaciones generando una indebida confianza anticipada e indeterminada, que eventuales delincuentes agazapados en la PDI pueden utilizar para enmascararse.
No es deseable porque nadie está acusando de corrupta a la institución hasta ahora, y el tono admonitorio de sus palabras parece más un intento de encubrir de manera anticipada la responsabilidad del mando de la PDI en el tema, el que debe una explicación clara acerca de lo ocurrido.
Se hace evidente, además, que el atolondramiento del gobierno contrasta con lo actuado por la Corte Suprema, dejando la sospecha que está improvisando en esta materia.
En términos reales la red descubierta contiene todos los elementos que tipifican al crimen organizado tal como lo describen diversos instrumentos internacionales, la ONU y varias legislaciones más avanzadas que la nuestra. Es posible que aquella del Código Penal Alemán sea la más completa y que conviene tener a la vista para analizar los hechos: “Violación planificada de la ley al objeto de adquirir beneficios económicos o poder, cuyos delitos son independientemente o en su conjunto de especial gravedad y se llevan a cabo por más de dos participantes que cooperan en el marco de una división laboral por un período de tiempo prolongado o indeterminado, utilizando (a) estructuras comerciales o para comerciales, o (b) violencia u otros medios de intimidación, o (c) influencia en la política, en los medios de comunicación, en la administración pública, en el sistema de justicia y en la economía legítima.”
Esas ideas están corroboradas en la Convención de Palermo y diversos instrumentos de la ONU y acuerdos multilaterales. Entre ellas las del Grupo de Acción Financiera Internacional GAFI, del Grupo de los Siete, en relación al crimen organizado transnacional y el lavado de activos.
Las autoridades nacionales debieran ponderar, y hacer una pedagogía al respecto, que existe una enorme cantidad de conductas tipificadas en este ámbito, que normalmente se presentan relacionadas o correlacionadas. El tráfico de drogas, el tráfico de personas, la trata de personas, el blanqueo de dinero, la corrupción de funcionarios públicos, los delitos cibernéticos, y muchos otros. En un mundo globalizado, además, el paso de lo nacional a lo internacional requiere de un muy leve impulso.
Conceptualmente esto debiera ser dominado a la perfección por el Director General de Investigaciones, quien viene de un frustrado intento de asumir la Dirección General de INTERPOL. Y por lo mismo, explicar a la ciudadanía por qué ahora la PDI se ha visto lesionada tan fuertemente.
El crimen organizado es una calidad delictual determinada por variados elementos. La cantidad de personas que intervienen, su estructura organizativa, su división de tareas, de especialización y las reglas para el comportamiento de la organización, su capacidad de orden interno y, eventualmente, de disuasión externa por medio del uso de la violencia, y sobre todo su finalidad económica y modelo de negocios.
Los estereotipos del crimen organizado hacen que la gente solo piense en las mafias cuando se habla de él. Pero estas son una expresión superior de organización, y que suponemos no querríamos se afincaran en Chile, pues aún no existen evidencias serias de que lo hayan hecho.
Por otro lado, y en el caso descubierto importa mucho, la percepción de que este se manifiesta como una estructura burocrática altamente centralizada no corresponde necesariamente a la realidad.
Muchas de sus actividades son externalizadas, pues debe repartir el riesgo, que es su principal costo. Para ello un papel crucial lo juega el llamado law factory (la industria jurídica), consistente en estudios de abogados o tramitadores especializados que prestan servicios integrales, a veces globalizados, y desarrollan prácticas para aprovechar brechas de juridicidad. Los bancos y empresas intermediarias financieras, por ejemplo, son también esenciales para mover capitales y blanquear el dinero del negocio ilegal.
Sin embargo, son las prácticas corruptivas, junto con la violencia punitiva o intimidatoria, las manifestaciones más lesivas para el Estado de parte del crimen organizado.La corrupción se da en una cadena de cinco niveles: cohecho o soborno esporádico (intercambio de favores, siembra de agentes); incorporación del funcionario a la nómina (canal de información); infiltración del mando bajo (canal de información operativa/recurso punitivo/protección territorial); infiltración del mando alto (control de planificación operativa/expropiación de recurso público); infiltración política (control de las instituciones). Aquí se nota que el objetivo del crimen organizado no es destruir al Estado, sino capturarlo y criminalizarlo.
Por estas y muchas otras razones la llamada red de corrupción descubierta es crimen organizado. Por lo tanto, debiéramos esperar una investigación acuciosa a ver si hay estudios de abogados involucrados, si hay más jueces, y que, eventualmente, la organización tenga también canales de salida internacional, con itinerarios y controles blandos para permitir la salida de delincuentes del país. O sea ver si está en una división mayor del trabajo.
http://www.elmostrador.cl/index.php?/noticias/articulo/la_pdi_y_el_crimen_organizado
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