Bariloche: Un inmenso “kultrün” atrapó la estatua de Roca
En coincidencia con el 11 de octubre, gente Mapuche y no Mapuche de Bariloche desarrolló “El kultrunazo”, un acto reivindicativo y cultural que tuvo su momento saliente cuando la estatua ecuestre del Centro Cívico quedó comprendida en un enorme kultrün, el instrumento sagrado de los Mapuche.
Por Adrián Moyano / Fotos: Avkin Pivke Mapu
Si se miraba a la escultura desde las arcadas, enfrentaba al espectador el perfil que correspondía al parche del tambor ceremonial. En cambio, si se observaba al conjunto desde la Unidad Regional III, se advertía su caja de resonancia. En el medio, cual contenido de un sándwich, quedó atrapada la figura del dos veces presidente de los argentinos y perpetrador de la campaña al mal llamado desierto. De ahí la denominación de la movilización: kultrunazo.
En esta ocasión, para marcar el contra-festejo se recurrió a una manifestación plástica. También hubo música, poemas y películas. Impulsó la movilización un espacio intercultural de jóvenes.
Al abrigo del trabajo plástico, que se concretó con material de reciclado, el conjunto ecuestre quedó invisible para los concurrentes y viceversa, la evocación del general no pudo advertir que se desarrollaba ante su vista. Al igual que El Eclipse de Roca, que se llevó a cabo en 1995, la del sábado fue una tarea en conjunto entre expresiones del pueblo mapuche de Bariloche y gente de otros orígenes que comparte la necesidad de expresar el repudio.
La tarde no fue del todo apacible desde la perspectiva climática, pero la temperatura que no aportó el clima la suplieron y con creces bandas del acontecer local. En particular, concitó la atención de manifestantes y transeúntes Aguas Barrosas, una banda que tiene un cantante carismático, imposible de no emparentar por su registro a la voz de La Renga. Rock duro, letras con compromiso y una actitud de permanente reclamo.
También hizo su aporte la murga Los herederos de Cazó, que tiene su origen en Villa Jamaica. Los muchachos le pusieron ritmo y ganas de bailar a 100 personas, mientras el Sol se ocultaba detrás del inmenso adefesio que cierra el horizonte del Centro Cívico por el Oeste. Durante un momento feliz, se largó una zapada entre los Aguas Barrosas y Los Herederos, que contó con la participación de los ñorkin mapuches. Entonces, el espacio intercultural también se hizo música.
Conformaron el Colectivo Kultrunazo jóvenes de diversos orígenes. Quizá porque precisamente se trata de una nueva generación, tuvieron intención de superar el carácter trágico de la denominación Último Día de Libertad de América que desde comienzos de los ‘90, caracterizó a los contra-festejos en coincidencia con el 11 de octubre. Con su composición, quisieron expresarle al conjunto de la sociedad barilochense que la convivencia no sólo es necesaria a pesar de las diferencias, sino también enriquecedora.
Conformaron el Colectivo Kultrunazo jóvenes de diversos orígenes. Quizá porque precisamente se trata de una nueva generación, tuvieron intención de superar el carácter trágico de la denominación Último Día de Libertad de América que desde comienzos de los ‘90, caracterizó a los contra-festejos en coincidencia con el 11 de octubre. Con su composición, quisieron expresarle al conjunto de la sociedad barilochense que la convivencia no sólo es necesaria a pesar de las diferencias, sino también enriquecedora.
Registros que viajarán
A la música, se le sumó una cuelga de poemas, trabajos plásticos, recortes periodísticos y más música. Cuando el frío comenzaba a apretar, los organizadores encendieron la leña que habían arrimado. No fueron legiones pero tampoco escasos los turistas que ocasionalmente, transitaban por el centro neurálgico de la ciudad y se quedaron a vivenciar los sucesos. Sacaban fotos, filmaban e incluso grababan.
Ni bien las condiciones lumínicas se tornaron propicias, los jóvenes organizadores dispusieron la exhibición de dos películas, una de ellas fue “Nación mapuce” (así, con “c”) documental de reciente estreno en Buenos Aires y exhibición en el canal público, que logró llamar la atención de la crítica especializada. Básicamente, se rodó en la provincia de Neuquén y pone de relieve diversas situaciones de conflicto que tienen como protagonistas a comunidades mapuches. Más allá de sus bondades y carencias cinematográficas, es un trabajo que viene bien para poner al tanto a los inadvertidos sobre la situación de postergación que viven los mapuches, mientras de sus espacios territoriales las trasnacionales del petróleo succionan riquezas difíciles de cuantificar.
Obviamente, demostraciones como las del sábado se replicaron en muchos otros puntos del antiguo territorio mapuche. En realidad, en América toda. Mientras, en el sitio en Internet del Ministerio de Educación, icono Efemérides Culturales, se menciona al 12 de Octubre como Día de la Raza, denominación que suena a todas luces anacrónica. El “kultrunazo” demostró que otra relación es posible entre las diferencias y que además, es muy efectivo expresarse con la altura que en general, brinda la opción por el arte.
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