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Hablan los marineros antigolpistas de 1973
Los que dijeron no
Los que dijeron no
Autor: LUCIA SEPULVEDA RUIZ
EL historiador Jorge Magasich y la redactora de PF, Lucía Sepúlveda.
El historiador Jorge Magasich (Valparaíso, 1952) se doctoró en la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica, con una investigación en que trabajó ocho años: Los que dijeron no: historia del movimiento de los marinos antigolpistas de 1973, que lanzó en Chile, en dos volúmenes, la editorial LOM. Ex preso político mirista, Magasich es académico en el Instituto de Altos Estudios en Comunicación Social, de Bélgica.
¿Qué lo motivó a esta investigación?
"Se trata de un capítulo de la historia de Chile importante y poco conocido. Fue uno de los argumentos del Plan Z: aseguraba que un grupo de marineros iban a degollar a los oficiales de la Armada. Carlos Altamirano tomaría el mando de la Escuadra para bombardear las ciudades. Eso es lo que publicó Gonzalo Vial Correa en el Libro Blanco, y en la revista Qué Pasa. El Plan Z tuvo dos objetivos: justificar el golpe de Estado e infundir en la tropa y en la oposición al gobierno de Allende el odio necesario para asesinar y torturar. Hoy se sabe que el Plan Z es una falsificación. En Chile debería hacerse una investigación a fondo para determinar su autor. Vial Correa afirma no saberlo, dice que la Marina le dijo que fue encontrado en un allanamiento. Transformar un documento desconocido en un documento de gobierno es sin duda la falsificación más grande que se conoce en la historia de Chile".
¿Qué fuentes utilizó usted en su investigación?
"Toda la prensa de la época (Punto Final y Chile Hoy, entre ellos), diarios y periódicos locales de Valparaíso y Concepción; también las memorias de los almirantes golpistas Patricio Carvajal, Sergio Huidobro, José Toribio Merino e Ismael Huerta. Realicé 52 entrevistas, 30 de ellas a marinos antigolpistas y las restantes a dirigentes de la Izquierda y a militantes relacionados con el trabajo del Mapu y el MIR. También a tres abogados, al fiscal naval de la época, Víctor Villegas y al comandante Hernán Julio, del destructor Blanco Encalada, que disparó contra el barco cubano Playa Larga en aguas internacionales.
Asimismo, en 2003 logré acceder a los diez tomos del proceso a los marinos en el Juzgado Naval de Valparaíso, aunque no me permitieron fotocopiar los documentos".
¿Cómo fue la acogida de los marinos antigolpistas?
"Teodosio Cifuentes, Oscar Carvajal y Víctor López, líderes del grupo, me ayudaron a conseguir entrevistas. Les dio confianza el carácter universitario de mi investigación. Después que Pinochet fue enjuiciado, los marinos que mantenían su historia en secreto quisieron dar a conocer su verdad. Las fuentes orales son importantes, porque aquel era un movimiento secreto cuya historia está sobre todo en la memoria de sus protagonistas. Sólo existían las versiones entregadas por la Armada y El Mercurio. Aunque la tortura en Chile comenzó con ellos, no fueron recibidos por la Comisión Valech por haber sido encarcelados antes del golpe. Los marinos antigolpistas tienen mucho que decir. Participan en la Coordinadora del Personal Exonerado de la Armada (Copea). Hay verdades del proceso que nunca han sido citadas".
¿Algunos marinos antigolpistas murieron entretanto?
"En otras circunstancias cayeron dos miristas: el cabo Alberto Salazar (ejecutado en 1979 en Concepción) y el marinero Ernesto Zúñiga, caído en combate con la CNI en 1982. Ambos están entre los siete marinos que asistieron a la reunión del 3 de agosto de 1973 con Carlos Altamirano, Miguel Enríquez, Andrés Pascal y otros, en la casa de Osvaldo Puccio (padre)".
¿Cuáles son los aportes centrales de su obra?
"Primero, describir la vida en los buques de la Armada. Hay una desigualdad grande e irracional. ¿Por qué hay en un mismo navío tres cocinas y dormitorios diferentes? La Marina está hecha para conservar las desigualdades entre oficiales y tropa. Es un cóctel explosivo, porque esa estructura social, que data del siglo XIX, es chocante para técnicos especializados con formación moderna, como son los marinos de hoy. Por eso en Chile, y en el mundo, en la Armada se producen más revueltas que en otros sectores de las fuerzas armadas.
En segundo lugar, aquellos marinos trataron de oponerse al golpe pero también reflexionaron sobre cómo tendrían que ser las fuerzas armadas en un país democrático. La democracia no puede detenerse en la puerta de los cuarteles.
Si Chile algún día reflexiona sobre fuerzas armadas democráticas, hay que dar la palabra a los militares que en 1973 respetaron la Constitución, la ley y la democracia. Estos marinos, por iniciativa propia, decidieron arriesgar todo por defender al gobierno democrático. Es un gesto que tiene que ser reconocido.
Un tercer aporte es la reconstrucción de la historia de estos marinos antigolpistas. No hubo infiltración, prácticamente en casi todos los buques y unidades de tierra surgen grupos".
¿Entonces hubo más de 88 marineros antigolpistas?
"Sí, hay 88 condenados, pero los grupos estuvieron constituidos por centenares de marinos. La oficialidad de la Armada era muy derechista y los sargentos, marineros y clases, eran más bien de Izquierda. Hay sondeos que establecen que dos tercios de la tropa se oponía al golpe de Estado y simpatizaba con Allende. Ellos se dieron cuenta que se preparaba el golpe. En 1972 se organizan para transmitir información. Y se dirigen a los partidos Comunista y Socialista. Pero como esos partidos le dan poca importancia, se contactan con el Mapu y el MIR, que los escuchan. Finalmente, los marinos antigolpistas establecen una relación continua sobre todo con el MIR. A partir de 1973, además de transmitir información, una parte de ellos esboza un plan para oponerse al golpe de Estado cuando se produzca".
¿Hubo entonces dos tendencias en el movimiento?
"Sí, el sargento Juan Cárdenas era de los 'anticipacionistas'; en el otro sector, los 'reaccionistas', estaban Oscar Carvajal y Víctor López. Los primeros elaboran un plan de insurrección de la marinería, que es la propuesta que hacen a los dirigentes políticos. Consiste en arrestar a los oficiales en sus camarotes como en la sublevación de la Armada de 1931; sacar los buques a alta mar y allí emitir una proclama diciendo que la fuerza es leal al presidente de la República y quizás formular algunas reivindicaciones específicas. Esa es su propuesta a los dirigentes políticos".
¿Qué tipo de reuniones se hicieron, y cómo se desarrollaron?
El año 72 hubo reuniones de transmisión de información al MIR -y a otros- sobre reuniones y conversaciones de oficiales, datos de equipamiento de los buques, contactos de la oficialidad con oficiales de la marina norteamericana y brasileña. A partir de 1973, el objetivo de las reuniones con Oscar Guillermo Garretón (31 de julio), Altamirano y Enríquez (3 de agosto) es informar, pero también pedir apoyo al proyecto de toma anticipada de la flota contra un golpe que ellos creen se va a llevar a cabo el 8 de agosto. Y era efectivo lo que detectaron: un proyecto de golpe naval, sin el ejército, planeado para esa fecha por oficiales medios vinculados a Patria y Libertad. Fue frenado a última hora por la comandancia naval, que se preparaba para el 11 de septiembre.
En realidad, ninguno de los partidos aprueba el plan totalmente. Hay matices en las respuestas. Garretón agradece la información pero dice que no está de acuerdo con la toma de la flota, que puede ser una locura. Carlos Altamirano también se opone, sostiene que en todo caso tienen que reaccionar al golpe cuando se produzca, y que va a informar al presidente. Miguel Enríquez acepta participar en los preparativos de la toma de la flota, pero plantea la necesidad de coordinar la respuesta al golpe con otros militares y los movimientos sociales".
UNA ABOGADA VALIENTE
En 1975, cuando la mayoría de los abogados de Izquierda estaban exiliados, la abogada Lidia Hogtert -ya fallecida- hizo una valiente defensa de los marineros presos, con dos argumentos: el proceso debía ser declarado nulo pues las confesiones fueron arrancadas mediante tortura, y además, el deber de todo militar es defender al gobierno legítimamente constituido. Pero el fallo condenatorio redactado (…)
(Este artículo se publicó completo en la edición Nº 660 de PF, 18 de abril, 2008. ¡!Suscríbase a Punto Final!!)
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