Domingo 28 de octubre de 2007
Por Javier Rebolledo / La Nación
Sergio Díaz López, ex CNI y pieza clave de la seguridad de Lider
El "sucio" de D&S
El experimentado agente aplicaría el "know how" que obtuvo en los organismos represivos de la dictadura para cuidar la seguridad de las tiendas de D&S. Aunque pesa sobre él una condena por el asesinato de un militante del PC en 1975 y suma varios procesamientos por violaciones de los derechos humanos, la familia que controla el mayor holding de supermercados le confía incluso la seguridad de sus hogares
Cada día, Sergio Díaz López llega a la casa matriz de D&S, ubicada en Quilicura, vestido con una chaqueta cuadrillé negro y amarillo. Mientras avanza a paso raudo por los pasillos del edificio corporativo, sus empleados lo saludan con diligencia. Aunque no mide más de 1,60, su figura marcial inspira un extraño respeto: lentes oscuros, mostacho y la piel bronceada curtida por el sol hacen que no pase inadvertido. Tampoco su voz ronca y dura. Quienes lo conocen relatan que pocas veces tiene un trato amable, y que cuando se ríe su rostro más bien parece la mueca de una burla. A muchos subalternos, dicho conjunto de cualidades les produce un temor difícil de explicar. Sin embargo, para el rol que desempeña Sergio Díaz en la compañía, estas características resultan fundamentales: es el subgerente de protección y gestión preventiva de negocios segundo hombre de la gerencia de seguridad corporativa , a cargo, entre otros aspectos, de supervisar la seguridad de todos los supermercados Lider y Ekono a lo largo de Chile. En la práctica, Díaz se mueve por los distintos supermercados revisando que los guardias de seguridad cumplan en forma óptima con su labor.
PRONTUARIO CRIMINAL
Lo que muy pocos saben es que una vez al mes, obligatoriamente, Díaz debe subir a una camioneta Chevrolet verde, propiedad de D&S, para dirigirse hasta avenida Macul 821, donde se encuentran las oficinas del programa de libertad vigilada de Gendarmería de Chile. Ahí, un asistente social lo entrevista en profundidad: le pregunta si considera que se ha rehabilitado, cómo va la relación con su mujer e hijos y, en general, si ha vulnerado algunas de las normas que la Corte Suprema hace pocos meses le impuso, como no salir del país. Pasado ese trago amargo, Díaz enciende el motor del vehículo para volver a codearse con los más altos directivos de la compañía.
Pese a su alto cargo, son poquísimos los trabajadores de D&S que están al tanto de que la chapa de Díaz en los ochenta era "Harry el sucio", y que hoy está libre debido a que, este año, la justicia decidió concederle la libertad vigilada luego de reducir de diez a cuatro años su condena por el crimen en noviembre de 1975 del militante del PC Luis Rivera Matus. En ese tiempo, "Harry" era temido y su trabajo, primero con Álvaro Corbalán en el Comando Conjunto y luego en la CNI, dejó muchas víctimas. De hecho, el juez de la Corte de Apelaciones Eduardo Fuentes Belmar lo mantiene sometido a proceso por la desaparición de los militantes del PC Luis Moraga Cruz y Ricardo González Espinoza, detenidos el 20 de octubre y el 4 de diciembre de 1975, respectivamente. Además, está siendo investigado por la desaparición de otro militante del PC (ver recuadro).
Tres décadas después, Díaz sigue despertando temor, pues las personas que dieron su testimonio, salvo los dirigentes sindicales, solicitaron que se resguardara su identidad. Le temen debido a que las prácticas del ex agente de seguridad para conservar el orden en la empresa de retail configurían un verdadero sistema de inteligencia destinado a mantener el temor y la desconfianza entre los compañeros de trabajo. Esto incluiría la instrucción de técnicas de interrogatorio con manuales del Ejército; también habría impartido cursos de seguimiento de automóviles, y algunos que han trabajado con él confiesan que, a la fuerza, han debido aplicar este aprendizaje en compañeros de trabajo e, incluso, a los jefes de cada local.
RELACIÓN CON IBÁÑEZ
Antes de trabajar en seguridad de D&S, Sergio Díaz cumplió funciones similares en las oficinas centrales de Lan Chile. Desde ahí se habría desvinculado en 2004, poco después de que se conociera la sentencia por su participación en la desaparición de Luis Rivera Matus. Ese mismo año llegó a la compañía de los hermanos Ibáñez, como subalterno del general (r) Carlos Alberto Tagle, actual gerente de seguridad corporativa de la compañía.
A los pocos meses, Díaz López se arrimó al tronco central de la empresa. Con ocasión de un robo en la casa del presidente del directorio de D&S, Felipe Ibáñez, en San Carlos de Apoquindo, éste se comunicó con la gerencia de seguridad solicitando ayuda. Díaz habría sido quien le devolvió la calma, implementando un sofisticado equipo de circuito cerrado de televisión con el que el empresario y su familia podrían dormir tranquilos.
A partir de ese momento, Díaz se habría transformado en un fiel consejero del clan Ibáñez y, poco tiempo después, se hizo cargo de la seguridad del paterfamilia, Manuel Ibáñez.
Quien da cuenta de esa relación es el general de aviación (r) Carlos Ottone, dueño de la empresa de seguridad Shields, que aporta personal a D&S en varios supermercados y también en los hogares de los dueños de la gigante del retail.
Ottone se reconoce amigo de Díaz y cuenta que éste lo llamó para resguardar las casas, porque "él es el responsable de la seguridad del hogar de Felipe Ibáñez".
Lo particular de la relación contractual de D&S con Díaz es que, si bien en las oficinas señalan que tiene un cargo de planta subgerente, con más de tres años en la empresa está a honorarios. Por lo mismo, en Dicom figura sin empleador.
El poder de "Harry" en la compañía sería tan grande como para ser capaz de crear un reducto en su interior, y entre sus pares se jactaría de la relación que mantiene con los dueños. Uno de sus compañeros en la gerencia de seguridad corporativa, el coronel de Ejército (r) Sergio Carrasco Concha, subgerente de coordinación y operaciones de seguridad de D&S, también trabajó con él en los ochenta. Coincidieron en la temida Escuela Nacional de Inteligencia de la CNI (ver recuadro), donde Díaz era secretario de estudios y Carrasco profesor. Ahí forjaron su amistad.
BESOS PROHIBIDOS
Según los detractores de Díaz, éste tiene absoluta libertad para desarrollar técnicas de inteligencia militar dentro de los supermercados. Natalia Duque, presidenta de la Federación de Sindicatos Lider, relata que "es sabido que en muchos locales D&S hacen seguimientos con las cámaras. En el caso de Viña es patente, y sobre todo a los dirigentes sindicales. También cuando los trabajadores se sindicalizan los llaman a interrogatorios bastante extenuantes, donde los hacen decir por quiénes votan, etcétera. Esto fue denunciado en la comisión investigadora de la Cámara de Diputados".
La líder sindical sostiene que por el extremo poder que tienen los supervisores de seguridad se dan abusos que lesionan la integridad de las personas. "Un ejemplo se dio hace dos meses en el Lider de Gran Avenida, donde dos funcionarios fueron descubiertos besándose. Claramente con la intención de humillarlos, los guardias mostraron el video a todo el personal".
Más grave es la denuncia de dos guardias de un Lider de la Región Metropolitana, quienes aseguran que es común que Díaz llegue hasta el local incluso disfrazado, para no delatar su presencia y así fiscalizar mejor el trabajo de los funcionarios de seguridad. "En una ocasión nos dimos cuenta que estaba adentro del local con un jockey, peluca, barba postiza y ropa sport. Obviamente nos asustamos", sostiene el empleado. Agrega que Díaz porta una pistola y "generalmente la lleva adentro del vehículo. Nos dice que es porque hay mucha gente que le quiere hacer daño". El guardia desconoce que, por su situación procesal, el ex agente de seguridad tiene estrictamente prohibido el porte de cualquier tipo de arma.
LECCIONES DE INTERROGATORIO
El paso de Díaz por el Comando Conjunto y la CNI pareciera, según sus críticos, enorgullecerlo, por lo que no tendría problemas para explicitar sus conocimientos operativos. En 2005, con un manual de inteligencia del Ejército, Díaz habría enseñado a los funcionarios las técnicas de interrogatorio. Les habría señalado, por ejemplo, que el foco de luz dentro de una salita debe ir directo a la cara, que el interrogado siempre debe sentirse culpable y, por ende, angustiado, manteniendo una situación de poder y tensión constante. "Nos mostraba que esto se logra manteniendo siempre al otro por debajo de uno. Es decir, que la otra persona sienta que todo el resto puede conocer sus secretos, que su familia se avergonzará de él", cuenta un funcionario vinculado con los entrenamientos.
Algunos de los que han ingresado a las oficinas de Díaz, ubicadas en el subterráneo del edificio corporativo de Quilicura, coinciden en que no sólo hay un aparato de grabación de llamados que se enciende automáticamente al momento de levantar el auricular, sino que, además, cuenta con un escáner (rastreador) de cada una de las llamadas entrantes. "A veces nos asusta su exceso de determinación, ya que cuando hay peligro de robo y debemos dar aviso a Carabineros, o sea, entregar todas las atribuciones a la policía, él nos da órdenes de intentar reducir a los ladrones, pero no contamos con armamento calificado para ese tipo de acciones".
Según los guardias, estas actitudes y demostraciones hacen que endurezcan el trato con los trabajadores de los supermercados, generando desconfianzas entre los propios compañeros. "Una vez me envió a seguir a un compañero de labores. Fue muy desagradable porque es mi compañero, pero no se puede hacer nada porque es un secreto a voces que Harry tiene intervenido todo el sistema de radios de la compañía", relata el guardia.
A pesar de esta situación, reforzada por una serie de denuncias por hostigamiento realizadas ante la Dirección del Trabajo (ver recuadro), Great Place To Work Institute y revista "Capital" han reconocido a D&S durante los dos últimos años entre las 35 mejores empresas para trabajar en Chile debido a su clima laboral.
Brigada Cobra
Un ex funcionario que trabajó por dos décadas en D&S asegura que fue justamente cuando Díaz ingresó a la empresa que todo cambió. "Un día se presentó su gente a mi local. Me llevaron a una habitación y me sentaron en una silla. Delante mío estaba un tipo que me dijeron era abogado y a su lado otro que hacía las preguntas. El primero no pronunciaba palabra alguna, sólo me miraba. El otro comenzó a decir que yo le había hecho regalos a un jefe de administración, lo cual negué. Me insistió en que era así. Luego me cambió de tema. Comenzó a preguntar si había sacado cosas por bodega, lo que también negué. Él insistía que sabía, pero que no podía darme el nombre de la persona que lo había señalado. No me dejaron salir en más de una hora. Finalmente todo quedó en nada. Nunca me volvieron a tocar el tema, pero en Lider todos creen que los están mirando", denuncia el ex empleado, excusándose por no querer que aparezca su nombre por el temor de quedar en una lista negra, ya que existe una verdadera red de ex militares y carabineros a cargo de la seguridad de las grandes empresas.
Los "agentes" aludidos por el funcionario víctima de los apremios serían parte de un grupo de la estrecha confianza de Díaz denominado Cobra, debido a que se relacionarían a través de una frecuencia interna de radio que llaman con este nombre. La mayoría de sus integrantes también son ex miembros del Ejército y su labor se centraría en secundar los trabajos de "Harry".
Según la sindicalista Natalia Duque, hay personajes en la seguridad de los supermercados que no corresponden a sus cargos y que sobrepasan la autoridad que piensan que tienen. "Yo creo que alguien les hace creer que tienen mucho poder. Las cúpulas, incluyendo jefes de seguridad y administradores, son todos ex militares. Eso es algo que está arraigado en Lider. Es algo que no van a abandonar y es parte de su entrenamiento, de su vida, de su ser. Entonces, la formación que recibieron en el Ejército la repiten en Lider, eso es algo innato".
La dirigenta agrega que los reponedores externos son las víctimas más expuestas a esta situación. "Si salen del local tienen que levantarse los pantalones hasta la rodilla, los bolsos, la polera. Los guardias les imponen el horario de entrada y salida, les retienen los carnés. Son muy maltratados por los guardias, que a veces llegan a ser violentos. A todos los trabajadores de Lider les hacen una inducción que yo le llamo abducción y les enseñan un método de trabajo donde no existe un respeto a las personas. Existe una idea muy distinta de lo que es moralidad. Si los jefes no tienen respeto por sus subalternos es obvio que éste tampoco lo va a tener, lo que genera un círculo vicioso. Los guardias tienen un comportamiento poco ético. Ellos están más preocupados de vigilar a los trabajadores que a los clientes".
Si este trato es vejatorio, peor aún es el reservado a los mecheros (ladrones de supermercados). "Hay un caso que no ha sido denunciado, pero que captaron las cámaras del local de Plaza Vespucio. Ahí, los guardias le dieron una brutal paliza a un ladrón. Además, aunque la ley no se los permite, ellos usan varillas retráctiles como las de Carabineros, que esconden en los bolsillos", denuncia otro empleado de Lider.
Aparte de estos problemas, las denuncias en contra de Díaz apuntan a que los seguimientos, escuchas y presiones laborales estarían dirigidos a beneficiar a empresas de seguridad y camaradas de armas.
"LADINO Y SUCIO"
Un oficial de inteligencia en servicio activo, que conoce toda la carrera de Díaz en el Ejército, recuerda que el sobrenombre "Harry el sucio", en alusión a la película protagonizada por Clint Eastwood, no se lo ganó por ser un tipo violento, como el personaje del filme, "sino porque era realmente sucio y ladino en su manera de relacionarse. Si algo lo caracterizaba es que era engreído, siempre trataba de obtener algún beneficio, en cualquier momento te podía clavar un puñal por la espalda, pero sobre todo era muy hábil para estar cerca de los jefes. Con ellos sí se relacionaba bien", cuenta. Otro funcionario de inteligencia agrega que, como Díaz estaba a cargo del Departamento Administrativo Logístico de la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército, encargado de entregar los recursos económicos, su actuar rayaba en la corrupción. "Si necesitábamos dinero para una operación, todo debía pasar por él, y uno sentía que si le entregaba una parte del dinero tenía más posibilidades de llevar a cabo los trabajos", asegura.
LND se comunicó con Extend, la empresa de relaciones públicas a cargo de D&S, para obtener la versión de la empresa. Al cierre de esta edición no se tuvo respuesta.
Tal como en los mejores años de los ochenta, Sergio Díaz mantendría todo el control. La pregunta es si logrará seguir imponiendo su estilo, si se materializa la inminente fusión entre D&S y Falabella. LND
El prontuario de "Harry" y Corbalán
La condena sobre Sergio Díaz (originalmente de diez años y luego rebajada por la Corte Suprema a cuatro) es por la desaparición del electricista del PC Luis Rivera Matus en noviembre de 1975. El caso fue especialmente polémico debido a que, según los testimonios de la Mesa de Diálogo, el cuerpo de Rivera había sido lanzado al mar. Sin embargo, en 2002 se confirmó el hallazgo de restos óseos de su cuerpo en el Fuerte Arteaga del Ejército, en Colina. A partir de ese momento, la Mesa de Diálogo perdió peso y dividió los ánimos.
Actualmente, Díaz también se encuentra procesado, junto a Álvaro Corbalán, por el crimen del militante del PC Ricardo Weibel, el 5 de diciembre de 1975. Según los testimonios de la Comisión de Verdad y Reconciliación, ese día "detuvieron a Ricardo Weibel Navarrete, siendo conducido hasta la Base Aérea de Colina, lugar desde donde habría sido sacado, junto a otros detenidos, para ser muerto en los terrenos militares de Peldehue".
Los otros dos procesamientos pendientes en contra de Díaz son por los casos de los militantes del PC Luis Moraga Cruz y Ricardo González Espinoza, detenidos el 20 de octubre y el 4 de diciembre de 1975, respectivamente. Sin embargo, el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Eduardo Fuentes Belmar ha logrado avances notables en la investigación de la desaparición de Víctor Vega Riquelme, también del PC, ocurrida entre fines de 1975 y principios de 1976. Según los testimonios recabados, nuevamente fueron Corbalán y "Harry el sucio" quienes lo sacaron del último centro de detención donde se le vio con vida.
Patricia Silva, directora del Trabajo
"La ley no permite trato policial a los trabajadores"
Según el documento de la Dirección del Trabajo "Sociedades comerciales bajo la marca Lider con denuncia por hostigamiento 2007", este año fueron presentadas numerosas denuncias en 23 locales de Lider a lo largo de Chile. La directora de ese organismo contralor, Patricia Silva, afirma que es poco común recibir denuncias de este tipo.
–¿La ley protege al trabajador frente al hostigamiento?
–No. Nuestra legislación regula poco el hostigamiento relacionado con el maltrato sicológico que afecta la honra, la intimidad y el honor de las personas. En general es poco denunciado, porque se debe tener en cuenta que el hostigamiento es una denuncia que se hace cuando el trabajador tiene una relación laboral vigente. Por ende, no cuenta con fuero.
–¿En qué sectores se da más este tipo de trato?
–En el sector servicios, y dentro de éste los supermercados y bancos son preponderantes. Nosotros hemos emitido dictámenes tendientes a regular el control extremo y policial. En ningún caso la ley permite un trato prepolicial o preinvestigativo. Los trabajadores pueden denunciar con reserva de identidad.
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